Enviado. Leído.

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Estábamos saliendo del edificio JYP, las calles se veían mojadas, y el aire era frió y húmedo. Me adelanté y vi como caía una suave lluvia en las calles de Seúl.

Íbamos tapados hasta las orejas, sobre todo yo; una bufanda bastante gruesa y un gorro que solo dejaban ver mis ojos. 

No estaba solo, iba acompañado de mi mejor amigo.

- Jackson, ¿estás seguro de ir a casa caminando?

- No hay fans y me gustaría tomar algo de aire.

Asintió y volvió a ser el mismo chico distraído de siempre. Se puso la capucha de su parka gris, subió el cierre de su sudadera tapando su cuello y empezó a caminar.

Suspiré y lo seguí. ¿Hasta cuándo iba a seguir siendo así conmigo?

- ¿Te parece si al llegar vemos una película desde mi computador? – le invité de manera amistosa.

- No, me apetece descansar esta vez – murmuró haciendo hincapié en "esta vez".

Vaya. Así que seguía enojado por lo de anoche.

Tampoco es como si lo hubiera obligado a algo, ni nada por el estilo. Sé que es difícil que la gente me diga "No", pero Mark con su silencio y su cara en ese momento no daba a entender que quería que parase. Es más, pareciera que quería más.

Me tape más la cara al sentir que me estaba enrojeciendo por culpa de las imágenes que tenía guardadas en mi cabeza por la noche anterior; se veía extremadamente hermoso con sus mejillas sonrojadas, sus ojos vidriosos y sus labios húmedos.

- Bueno, iremos directo a la cama – murmuré sin una mala intención, pero el peli gris frenó en seco.

- No se va a volver a repetir – dijo dándose vuelta, me mostró sus labios morados por el frió – No soy tu juguete.

- Nadie dice que eres mi juguete – me defendí molesto.

- Bueno, tus acciones lo dicen – subió un poco el tono de su voz, alzó su dedo y me apuntó – Grow up, Wang.

En el momento en que iba a guardar en su bolsillo esa mano con la cual me apuntó, tomé su codo y lo acerqué a mí.

- No soy inmaduro – le dije frunciendo mi ceño y haciendo de mi boca una línea recta.

- Entonces date cuenta que no todo gira a tu alrededor – murmuró zafándose de mi agarre.

Siguió caminando y yo me quede ahí inmóvil bajo la lluvia que empezó a caer más fuerte.

No habían personas en las calles, y esto se debía al ser las 11:00 a.m. de un día feriado, en el que todas las familias debían estar reunidas, terminando de desayunar y preparando un delicioso almuerzo. Todo en familia.

Con mi mano izquierda froté mi frente y luego mis ojos.

El estar así con Tuan era lo peor de lo peor.

Él era mi única familia acá en Corea. Tantas cosas he hecho con él;  desde trabajar con él, viajar con él, ir a programas con él, compartir habitación con él... él es el único en el que puedo confiar. Es más, él sabe todos mis secretos. Pero no el más importante. Uno que debía quedarle grabado en su pequeña cabeza.

"Mark, tú no eres un juguete", pensé triste.

Más calmado tomé un taxi, porque la lluvia no era para nada débil y lo último que quiero ahora es pescar un resfriado.

Al llegar a la casa vi que todos estaban desayunando. Estas personas no cambian. Son unos flojos.

- ¿Y Mark? – pregunto JB, mirándome cuando entraba al departamento.

Lay Down. (Markson & Lemon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora