Goodbye Hero.

El motivo o razón por la cual hemos llegado hasta donde estamos hoy, ya no importa realmente.

Nadie recuerda el inicio y sólo mantienen en sus memorias el final.

Las partes del medio se quedan flotando como esporas de polvo en el viento.

Y es que ciertamente todo resulta más que la suma de sus partes.

O al menos ese era el caso del proclamado héroe de la tierra de Ooo. Quien yacía a mitad del campo de batalla, tras la que según él fue su más fantástica y verdaderamente cool aventura. Hace rato que había olvidado el porque de aquello, y a decir verdad poco le importaba, ya eran tantos los combates que había librado en sus 20 años de vida, que en realidad no le apetecía pensar en eso de nuevo.

Se dedicó unos segundos a observar el cielo nocturno, pues las estrellas se veían hermosas.

Inhaló profundamente y sintió un ligero calambre en el abdomen, probablemente era su herida, la cual dejó de dolerle hacia algún rato, y es que a decir verdad no sentía absolutamente nada. Ni dolor, ni ardor, nada de nada.

Pero sabía con certeza que eso no era una buena señal.

-¡Ahi esta Finn! ¡Jake!- escuchó a lo lejos la voz de la Dulce Princesa y sonrió un poco avergonzado de no verse tan gallardo como de costumbre, también se sintió un poco mal de que su hermano lo viese en tal estado.

-¡Hermanito!- se dio cuenta de que el buldog estaba muy agitado. Lo sintió pasar su cuerpo por detrás de su cabeza para conferirle así una improvisada almohada, podia olfatear un poco de sangre y tierra en el pelaje del can- Te vas a poner bien Finn...

No pudo hacer nada más que sonreir para así poder reunir un poco de su casi inexistente fuerza.

-Viejo no sabes mentir - profirió con esa voz grave y resonante que habia obtenido tras la pubertad, bastante debilitada.

-No te estoy mintiendo - dijo el perro intentando sonreír pero aquello le era prácticamente imposible.

-¡Finn! ¡Finn!- la princesa del dulce reino llegó montada en Lady Arcoiris y de un salto bajo para posicionarse al costado del maltrecho guerrero. - Oh mi héroe, mira como has quedado- lo miró de pies a cabeza y se detuvo horrorizada en la herida sangrante en el pecho del chico, le tomó de la mano-pe-pero no te preocupes la Doctora Princesa ya no debe tardar, todo estará bien, tú vas a estar bien- sus ojos se aguaron al percatarse que aquella última frase era más para si misma que para él.

-Ves hermano la princesa tiene razón, siempre la tiene - secundó Jake intentando aferrarse a ese espejismo igual que la chica de cabellos rosas,

Mertens suspiró, sabiendo que aquella mentira era el salvavidas de esos dos.

-Claro que estará bien- soltó en un tono bajo y firme la voz de otra persona, una que el rubio conocía bastante bien- no eres tan tonto como para morir aquí, ¿O si? Héroe.

La figura de la reina vampiro se alzaba imponente ante los tres, su camisa a cuadros color borgoña y sus vaqueros estaban algo rotos y llenos de tierra, productos del combate, su larga cabellera azabache se balanceaba con la brisa y se arremolinaba sobre aquel instrumento que siempre cargaba a casi todos lados.

El lastimado corazón del héroe vibró de genuina alegría por verla.

-Tu bajo-hacha se ve horrendo, espero que tengas un repuesto. Marceline- le respondió evadiendo el tema y la chica soltó una pequeña risa.

-Bueno dado que es tu culpa que lo haya destrozado, es tu obligación el acompañarme a conseguir uno nuevo. - dijo con su usual tono arrogante.

-¿Puedo mandar un representante?-preguntó disculpándose con sus quinqués azules.