Please, stay forever with me.

Capítulo 20 [FINAL].- So Far Away. Parte 2.

Una semana y dos días fue el tiempo que estuve esperando, sufriendo en soledad a la espera de noticias de James sin embargo no me devolvía las llamadas e ignoraba mis mensajes.

Sinceramente estaba empezando a perder la fe en él.

¿A caso todas esas promesas de eternidad eran falsas? En un desesperado intento de intentar curar el alma rota de una adolescente quebrada. ¿Alguna vez llegó a amarme de verdad sin tener la tentación de mi cuerpo a su alcance?

Cuan vacías eran sus palabras y ahora me daba cuenta.

Y si hubiera puesto fin a todo lo que me hacía sufrir ¿Quien hubiera llorado por mí?

Al principio estaba convencida que iba a ponerse en contacto conmigo porque él mismo me lo prometió, me sonrió de la manera más falsa y rastrera que pudo y me besó prometiendome un "para siempre" que nunca se iba a cumplir.

Me besó con esos labios que desde hacía mucho tiempo se habían convertido en mi droga necesaria para sobrevivir. Y ahora que carecía de ella estaba muriendo lentamente.
Pensaba que él estaría ocupado ayudando a su "esposa" pero el tiempo pasó y Cali me confirmó mis dudas con una foto donde salían todos con una sonrisa radiante junto a la frase "volvemos a ser una familia de nuevo."

¿Tan insensible podía llegar a ser James Hetfield? ¿Dónde quedó la promesa de no hacerme nunca daño?
Todo lo que me prometió ahora resumido en las cenizas de lo que alguna vez fue.

No pisé la escuela en cuanto empecé a mentalizarme de que él realmente quería olvidarse de mi. Era incapaz de verle, ya fuera una misera foto. Cualquier cosa era capaz de hacerme aún más añicos de lo que estaba.

Cali y yo dejamos de hablar tanto, me duele saber que es su hija, su hija con otra mujer y que yo no pinto nada en esa ecuación.

Más delgada, más pálida, la oscuridad me estaba consumiendo y no estaba haciendo nada para evitarlo. Y tampoco quería hacerlo.

Sola, sin nadie. James fue el que vino a salvarme cuando mi padre dejó este mundo pero ahora que él me dejó también ¿Qué debía hacer? La impotencia recorría mi cuerpo, la frustración formaba parte de mi.

Estaba tumbada en mi cama con la cabeza hacia el techo, observando todas las marcas que me ha dejado con el paso del tiempo. Esa quemadura con el mechero, dejándome un happy de forma permanente en mi mano, mi pecho y cuello llenos de pequeñas marcas que en su día me demostraron el amor que decía tenerme junto a un gran moreton con la marca de sus dientes, en especial sus colmillos. Dejándome marcada para que cualquiera que se acercara a mí supiera que mi corazón y mi cuerpo pertenecían a otro.

Y como olvidar el tatuaje que me hice para sellar nuestro amor invisible y que él ni siquiera se terminó.

La música de fondo había estado acompañándome desde el inicio del final, observando silenciosamente mi autodestrucción silenciosa. ¿Cómo era capaz de tranquilizarme la voz del culpable de mi desdicha?

Miércoles, 22 de Mayo, las 6 am. 2h para ir a clases y yo tumbada en la cama sollozando cuál niña a la que le han quitado su dulce más preciado. La diferencia es que en mi caso mi dulce tentación se fue por su propio pie.

Me levanté con vagancia y me dirigí hacia la ducha, hacia mucho que mi piel no entraba en contacto con el agua. El amor que una vez sentí se iba conviertiendo en odio, si él estaba bien le iba a demostrar que yo también aunque los dos supiéramos que en realidad era uns farsa.

Recordé la última vez que estuvimos juntos en aquella casa, en aquella habitación. Ensuciandonos más que limpiandonos, un sabor amargo ocupó mi boca e incluso pensé que iba a vomitar por un momento.