El Rapto

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¿Dónde estaba? ¿Que era ese lugar? ¿Estaría bien Tanabe?

La oscuridad le aplastaba contra el suelo, cada uno de sus dedos se sentían dormidos, quizás había recibido un fuerte golpe, porque no solo sus dedos, también sus piernas, su espalda y sus brazos estaban en completo estado de inutilidad.

Quizás si intentaba dormir se sentiría mejor, cerró los ojos sintiendo el hormigueo de su piel, estaba todo tan callado todo que se quedó dormido un par de horas. Despertó en medio de la humedad de ese lugar, sus manos ya no estaban dormidas, intento levantarse para averiguar dónde estaba, recordaba haber ido con el líder antes de terminar Podía sentirlo, cada parte de su piel era tocada por esa cosa, la oscuridad no le permitía ver, era doloroso, sentía como recorría sus parpados y el miedo creció dentro de su pecho.

¿Dónde estaba? Abrió los ojos, o ya estaban abiertos pero no podían ver, una ligera luz amarilla brillaba en la sombra de lo que parecía una cueva. Sentía en su espalda algo suave, quizá no fuera una cueva después de todo, movió un poco sus manos hasta tocar aquello que le recorría, era viscoso, intento apartarlo, pero se pegaba fuerte a su abdomen, jalo más, hasta que sintió como se separaba. Un gemido de dolor salió de su garganta.

El aire era pesado, sentía sofocarse en el lugar, cerró los ojos de nuevo fuertemente, quería salir de allí. ¿Que era aquello? Recordaba haber estado en su cama con su querido batero, ahora estaba en ese lugar húmedo y obscuro. De nuevo, esa sensación de frío y viscosidad que se deslizaba en su piel. Intentaba resistirse a la sensación de asco que le producía en la carne, solo quería apartarlo. Comenzó a gritar por el terror, esas cosas recorrían sus muslos apretado su piel, los sintió sobre sus brazos, como si le amarraran a algún lugar, sentía como deslizaban sobre su piel, eran lisos y no le lesionaban la piel, solo de daban un asco terrible. Esas cosas recorriendo su cuerpo desnudo.

¿Qué demonios pasaba allí? Intento pensar en otra cosa mientras buscaba la manera de liberarse de esa sensación molesta. Cada momento que pasaba sentía peor, quería ver a Tanabe, no quería que esa cosa le tocara. Gimió fuerte al sentir como uno de las extremidades de eso bajaba por su vientre y se amarraba a su miembro.

- No, es asqueroso -grito con desprecio- quítalo, sea lo que seas, quita eso de allí. Por fav... Se interrumpió al sentir como frotaba su entrepierna, se movía en él, le estaba excitando. ¿Cómo podía comenzar a gustarle esa sensación? No podía, los gemidos salían de su garganta, cerró los puños y los apretó mucho, hasta que los nudillos se pusieron blancos.

Intento gritar de nuevo, cuando abrió la boca para hacerlo una de esas cosas se metió hada su garganta, ahogando sus gritos, se movía hasta el fondo, era horrible, pero de momento comenzó a pensar que era igual que tener un falo en la boca, negó ante sus pensamientos, no, eso no podía ser igual, era asqueroso. Esa cosa seguía moviéndose sobre sus zonas sensibles, cada movimiento que había ponía al guitarrista más duro, no quería, pero entre la sensación de ser acariciado así y la cosa que se movía en su boca, no aguantaría mucho.

- Basta... Por... Ah... Ah -comenzó a gemir y estremecerse, no duraría nada si eso seguía así, iba a correrse en esa situación, ¿Que rayos pasaba con él? Se estremeció y esa cosa no dejaba de tocarlo. Sentía el calor crecer en su interior, arqueo la espalda mientras los gemidos salían de su boca incontenibles. Podía sentir como crecía más siendo masturbado por esa cosa, sujetaba aun sus piernas, sus brazos estaban extendidos, se corrió por la presión y las lágrimas bañaron su rostro, mientras los gemidos salían más fuertes, o al menos lo que le permitía una de las cosas dentro de su boca. Intento morderlo pero no podía, estaba forzando demasiado si mandíbula para que mantuviera la boca bien abierta.

Se estremeció más mientras la cosa lo elevaba unos metros en el aire, ya no sentía el contacto de su espalda contra el suave suelo de la cueva. Intento desesperado mientras seguía temblando por el placer deshacerse del tentáculo en su boca, con gran fuerza acerco su mano y lo saco tosiendo, "eso" volvió a jalar su brazo para extenderlo y enrollarse más en él, produciendo una extraña y placentera sensación. Porque a pesar de que luchaba y lo haría hasta que acabara, debía aceptar que aquello había sido realmente bueno.

Una de esas cosas volvía a rodear su miembro para masturbarlo, apretaba sus erectos pezones y apretaban sus muslos con sutil fuerza, el guitarrista no podía resistir más, ligeros gemidos se salían de su garganta mientras esa fría extensión seguía entrando en el hasta tocar su próstata. Una corriente eléctrica recorrió su columna, le dolía, cada vez que la punta de esa cosa rozaba su zona más vulnerable sentía que iba a desmayarse, no solo de dolor, sino también de la vergüenza, sentía un placer muy profundo, pero la culpa por disfrutar aquello se volvía más grande a casa minuto que pasaba. Un grito desesperado salió de su garganta, quería calmarse un poco, necesitaba descansar, que eso se detuviera.

Entraba muy profundo en él, doloroso y placentero era el momento en el que rozaba y se metía en el otro de las extensiones, sentía que su entrada iba a estallar que iba a partirse en mil pedazos y no podía hacer nada al respecto. Estaba disfrutándolo demasiado más de lo que quería aceptar.

- Hgh... No, por favor -se quejó débilmente volviéndose loco en ese lugar- Me duele, basta. No puedo -susurro eyaculando de nuevo siendo excitado por ese extraño brazo. Sentía como continuaba moviéndose en el, cada parte de él iba a ser destruida. Las corrientes eléctricas seguían siendo enviadas a toda su espalda, a toda su columna vertebral. Cuando ya no pudo contenerse más comenzó a gemir inevitablemente. Escuchaba sus propios gritos haciendo eco en el aire y se odiaba. Quería destruir eso, pero al mismo tiempo deseaba más.

Sus propias caderas se impulsaron una y otra vez para estimular sus paredes, estaban ardiendo y deseaba más, más de lo que su mismo ego podía aceptar. Sintió el fuerte calor que se colaba entre sus piernas ¿Semen? ¿Esa cosa estaba eyaculando en él? Tenía que ser una broma, pero todos esos pensamientos se fueron con sus gemidos y gritos placenteros. Estaba eufórico, su respiración alterada y su mirada nublada.

- Más... Solo un poco -suplico fuera de sí, gritaba pidiendo que esos tentáculos volvieran a follarlo, sin duda alguna fue uno de los mejores polvos de su vida y fue con eso que desconocía.

El fuerte dolor que siguió al placer fue insoportable. Los dos tentáculos salieron de su trasero dejándolo palpitante e hinchado, era tal el dolor que recorría su cuerpo, el golpe contra el piso no dolió nada en comparación, todo a su alrededor se estaba volviendo blanco, cerró los ojos y se quedó tendido en el piso.

Despertó en medio de una sala desconocida de nuevo, pero no era esa cueva, estaba en una habitación de algún hospital con intravenosa y suero. Tanabe sentado en la silla más próxima a él sostenía su mano.

- Tanabe -susurro suavemente tocando su cabello, se sentó y el dolor en su espalda baja le hizo retorcerse- Maldita sea, Ahm... Me duele... Es insoportable...

- No te muevas tanto -le regaño el baterista obligando a que se recostara-Estas herido.

- ¿Herido? ¿Que rayos paso? -pregunto, seguro que lo de los tentáculos había sido un sueño de mal gusto.

- Te encontraron en la calle cerca de la playa, supongo que estabas ebrio -dijo cruzando los brazos y dándole un beso en la frente y luego en los labios- Te extrañe.

- Tanabe, lo siento -murmuro abrazándolo- También te extrañe.


Fin. 

El rapto de KouyouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora