Y allí me encontraba yo
masticando aquella comida
sin vida
Y allí estaba ella explicando
una vez más con aquella voz
hundida
Cómo había perdido la
última guerra de su cuerpo
inerte
Al fin todo acababa y
empezaríamos lo imposible,
una nueva vida
Y como siempre yo
armado de un valor inexistente
pero necesario
La tranquilicé aún pudiendo
notar como me ahogaba en
un mar de lagrimas
Las cuáles ya no podían salir
porque estaban
sin vida