Él, volteaba a verla cuando ella estaba distraída... Notaba su ceño y nariz fruncida cuando se enojaba o el pequeño hoyuelo que se formaba en su mejilla cuando sonreía. Observaba sus rizos color miel caer por su espalda en forma de cascada, sus casi inexistentes pecas en la nariz y sus llamativos ojos color gris.
Ella, en cambio, lo contemplaba a escondidas... Luego de clases o en el pasillo del instituto. Observaba su manera de caminar, relajada y siniestra. Su oscuro cabello y su piel tan blanca como la nieve. Analizaba su grave y atrayente voz o sus espeluznantes y misteriosos ojos.
Ellos se sentían tan atraídos el uno con el otro, pero nunca tuvieron el coraje de hablarse, sus miradas nunca coincidieron y su historia nunca comenzó...