capítulo 2: huyendo

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--¿como esta ella? ---pregunte mientras lágrimas corrían por mi mejillas, llegue a ver a la chica una sola vez cuando estaba en la cocina con Olivia, la cocinera de la casa, ella era muy querida por mi padre y por mi, simplemente ni siquiera pensaba como iba a mirarla a los ojos después de que le hicieron daño a su nieta por mi culpa.

--la chica recibió muchos disparos ya que tu auto no era blindado y murió. Estos tipos van en serio mi niña y no quiero que te pase nada. No dejare que nada malo te pase, lo siento por esa chica pero no dejo de agradecerle a dios que no fuiste tú.

--¿Que podemos hacer papá?--- esa chica murió por tu culpa o por la mía, pero si no me explicas porque están detrás de nosotros me volveré loca.

--mi niña de verdad lo siento pero corres mas peligro si te digo, por ahora quiero que te vayas a un lugar seguro, hasta que todo esto allá pasado.

-- pero no puedo dejar el instituto así.

--ya hable con el director, todo esta bien.

-- ¿a donde me llevaras?
--pregunte entendiendo la gravedad del asunto.

--primero iremos a la casa a buscar tus cosas y luego te llevaran a un lugar un poco lejos de aquí pero estarás muy segura.

-- ¿me llevaran? Pensé que me acompañarías.

-- no puedo, seria arriesgado, pero no te preocupes ellos te cuidaran bien.

--¿quieren son ellos?--- pregunte denuevo.

--Eran amigos de tu madre y mios, una vez fuimos a pasar un fin de semana y él lugar es muy bonito y grande, el muchacho que se va a encargar de cuidarte es el hijo del hombre que fue mi mejor amigo hace unos años.

--¿porque ya no lo es?

-- murió en un enfrentamiento con unos mafiosos. Ellos se encargan de brindar protección a personas inocentes, son como un equipo de seguridad, una vez que estas bajo su ciudad eres responsabilidad de ellos y darán su vida para cuidarte.

Vaya eso si que me hizo sentir mejor

Cuando llegamos a mi casa Olivia gracias a dios que no estaba, le diría a mi padre que ayudara económicamente en todo lo que hiciera falta a su familia. Subí a mi habitación y me duche, luego me vestí con unos jeans ajutados, una camiseta negra y unas botas de cuero negro. Me deje mi cabello castaño liso y suelto.

Empaque ropa como para pasar dos semanas, sabia que era mucho pero no tenia ni idea de cuanto tiempo iba a pasar fuera, metí mis cosas de uso personal en la pesada maleta y tome mi iPad, la metí en el fondo de maleta y la cerré.

Ya le diría a Abigail que no iba a estar un tiempo en casa. Tome un poco de dinero que tenia debajo de mi cama, y lo metí en mi bota. No podia confiar en nadie de eso estaba segura, los amenazadores podrían sobornar.

--¡barbara baja ya!--- grito mi padre desde las escaleras, estaba irritado por su tono de voz.

Cuando baje el me llevo en silencio al auto ( también blindado) con dos guardaespaldas nuevos, mi padre los había contratado después de que los otros murieran, me senté en la parte de atrás del auto mientras uno de los guardaespaldas metía la maleta en el baúl del auto, mi padre se acerca y me beso en la mejilla.

--vas a estar a salvo---me dijo minutos después--- comportate y no hagas nada estupido, cuando llegue el momento te ire a buscar.

--Esta bien, te quiero papá.

--yo también mi niña.

El auto avanzo y en poco tiempo ya estábamos en la carretera, después de un rato comence a notar que habían menos autos y alrededor habían árboles altos y muy verdes, el paisaje era hermoso justo como a mi madre le hubiese gustado. Recuerdo cuando íbamos acampar cuando apenas tenia nueve años, era maravilloso como......

-- Ya estamos cerca del lugar acordado---dijo la voz del guardaespaldas que manejaba, sacándome de mis pensamiento---la chica esta tranquila, pero es mejor que se apuren.

Mi pulso se acelero y mi corazón comenzó a latir mas rápido, de pronto el guardaespaldas del copiloto saco un arma, la verdad ni idea de cual ya que la única que conocía era la revolver pero esta no lo era. Esta era mas grande y sofisticada. El guardaespaldas me hecho una mirada oscura y dejó el arma en su muslo.

Y entonces todo hizo click, estos tipos no iban a protegerme, iban a secuestrarme y mientras los miraba con temor me di cuenta de que ellos no eran de verdad guardaespaldas. Mi padre y yo habíamos caído en una trampa.

Un Amor Casi FalsoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora