Caí por un agujero. Me costaba respirar, a penas podía mover las piernas, y lo único que iluminaba el tétrico lugar era la luz de la luna a travez de una sucia y mugrienta ventana.
Sentía que alguien me observaba, y pensar que no era Harry me ponía los pelos de punta.
Sabia que estaba atrapada, que no tenía escapatoria alguna... Estaba sin salida, y presentía que esto a penas comenzaba.