Capitulo 1

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"Larry es real... Lou... hazz... amooor... patata..." escuchaba el hermoso tono de mi voz al sonar como alarma. Sin pensarlo dos veces abrí los ojos de golpe y sonreí para mí misma.

Me di una ducha con agua semi fría, pues el doctor me lo había recomendado para algo de mi metabolismo, la verdad yo estaba más concentrada en mi celular así que no le puse atención, me arregle y baje a preparar un simple licuado de plátano y chocolate, como cualquier otro día.

Esa soy yo, Keysof Blair... mejor solo Sof. Mi nombre está inspirado en los nombres favoritos de mi mamá; "Keyla" y "Sofía". Como ella es muy indecisa decidió juntarlos.

Después de bajar las escaleras corriendo y recorrer casi media casa llego a mi destino, la hermosa y preciada cocina. Cada que alguien se paraba en ella podría percibir el aroma a galletas recién horneadas, pues estos últimos meses me he estado encariñando con la repostería que he pensado en estudiar gastronomía.

Abrí el refrigerador y saqué los ingredientes que iba a necesitar para prepararme mi desayuno. Para mala suerte no había chocolate, pero sí crema de avellanas. —Perfecto —. Sonreí perturbadamente y posteriormente junte todo dentro de la licuadora mientras empezaba a tararear una de mis canciones favoritas.

Usualmente no soy así, pero hoy era un día especial para mí.

—¿Por qué tan feliz señorita? — preguntó mi mamá observándome desde la entrada de la cocina.

— ¡Hola mamá! ¿Te preparo algo? ¿Un café? No ¡Ya sé, un té de manzanilla!

—Respóndeme mi pregunta Keyla Sofía —me dijo con gracia, sigo sin entender por qué no me puso así, se escuchaba más normal—. De todas formas no te daré dinero.

—¡PORQUE HOY VERE A JOY! —grité elevando mis brazos hacia arriba.

—Sof, tu todos los días la ves, ya dime la real causa por la cual estás feliz —alzó la ceja y cruzó sus brazos, oh oh, eso es malo.

—Bien, bien, me descubriste. Es que, hoy según llega One Direction a la ciudad, e iba a ir con Joy a su supuesto hotel y de allí a comer. Pero ella no quiso así que solo iremos a comer —mentí actuando lo más natural posible para no ser descubierta—. Bueno, me voy si no se me hará tarde, adiós te veo luego.

Salí corriendo de allí, agarre mi mochila que se encontraba en el último escalón de las escaleras, posteriormente, tomé mis llaves de la casa para así no estar batallando a la hora de regreso, al igual que mi celular, que se encontraba junto de estas. Antes de salir de la casa me coloqué mis audífonos y puse play a mi lista de reproducción favorita, "Forever Alone" donde se encontraban mis canciones favoritas.

Agarré la manecilla y la iré haca la izquierda—. ¡Adiós Mamá! —grité por última vez, para después salir de la puerta y cerrarla. Al salir me di cuenta que el clima era un asco, estaba soleado pero con un viento fresco, para mi suerte recordé que tenía una sudadera del día anterior dentro de la mochila, así que seguí mi camino sin problemas.

Caminé hacia mi colegio y en la trayectoria me encontré con Sam, mi hermano mayor. Se me hizo raro, pues papá se lo había llevado con mis abuelos a Irán, hace dos meses, y que yo recuerde no iban a regresar hasta mediados del próximo año. Él se acercó hacia mí y se puso a mi lado. En eso, yo me quité los audífonos para poder escucharlo por si hablaba, y si, como siempre, habló.

—¿Puedo acompañarte? —me preguntó amablemente, yo sólo asentí con la cabeza.

—¿Qué haces aquí Rafajar? —Pregunté un poco confundida—. ¿No estabas con mis abuelos en....

Drag Them DownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora