Capítulo 2. Luxor.

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*Flashback*

Alcohol. Drogas. Música. Descontrol. Personas por doquier.

Luxor estaba repleto de personas sudorosas, ebrias, incluso algunas llegaban a estar totalmente fuera de sí debido a la gran cantidad de droga consumida. Todos bailaban, cantaban cosas sin sentido, había alguno que otro que reía desaforadamente, delirando completamente. Y entre ellos estaba nada más ni nada menos que Harry Styles, conocido por ser un famoso cantante juvenil, y por, como casi siempre, ser un rostro bonito. Cabello largo con ondas en las puntas, castaño, alto, delgado, y a la moda. Ojos verdes esmeraldas, y sonrisa ladina que derretía a cada persona que lo mirara. Simplemente perfecto.

Él se encontraba con su melena completamente mojada debido al sudor, su camisa desprendida, y un vaso de ron en su mano, mientras bailaba restregándose contra otros cuerpos que no desaprovechaban la oportunidad de bailar con, bueno, alguien tan prestigioso en el mundo de la fama. El ojiverde movía sus caderas de un lado a otro, al compás de la música. De vez en cuando lanzaba sonrisas pícaras a chicas y chicos que pasaban por allí, sintiendo que se ganaba el mundo al ver el sonrojo de aquellas personas, porque sí, a pesar de la poca iluminación, él podía sentir cuando intimidaba o avergonzaba a una persona.

En medio de su baile, miró hacia una de las tarimas que se encontraban sobre el escenario, y su vaso cayó al suelo, derramando el poco líquido que éste contenía. Quedó hipnotizado, su vista estaba fijada en uno de los cuerpos que danzaba contra uno de los caños, moviendo sin pudor alguno sus caderas contra él. Éste era bajito a comparación de su altura, pero su espalda estaba totalmente tonificada. Poseía una piel morena de infarto, cabello castaño y desordenado. El ojiverde se sentío desfallecer ante tal perfección, y se acercó lentamente hacia el escenario, sin dejar de observar al cuerpo danzante. Cuando llegó a estar frente a él, y el moreno gira, quedando de frente a varios espectadores de su baile -que en su mayoría, eran hombres-, Harry quedó boquiabierto. Sus ojos eran claros, no podía distinguir de qué color eran con claridad, pero tenía una sensación dentro de sí mismo que decía que éstos eran claros. Su sonrisa ladina, su nariz puntiaguda, su barba de un par de días creciente en su mentón y su mandíbula, creyó que frente a él se encontraba el mismísimo Dios. Se notaba que el más bajo estaba bajo sustancias, ya que apenas podía mantenerse de pie, pero aún así sonreía y les daba a las personas que lo observaban, un acto que hacían que ellos se deleiten con tan solo mirarlo. Mientras el cantante tenía su vista clavada en él, un chico de apróximadamente 20 años, pálido y rubio, que parecía más corde que los demás, se acercó al moreno, tomándolo de la muñeca. Éste le susurró algo en el oído y con suavidad, lo bajó del escenario, para luego llevarlo con dificultad hacia la barra, sentándolo en uno de los taburetes.

Harry no dudó en seguirlos. Cuando los vio sentados, se acercó y se sentó en uno de los asientos vacíos, que para su suerte, estaba al lado del castaño. El rubio dio una rápida mirada hacia el ojiverde, y al notar quién era, quedó boquiabierto, sin saber qué hacer ni qué decir. El chico de rizos aprovechó la oportunidad y se acercó, con esa típica sonrisa que hacía que cualquiera caiga a sus pies.
-Hola...- Dijo con voz ronca, pero lo suficientemente fuerte para que ambos puedan escuchar. - Soy Harry, creo que ya me han reconocido. - El pelirubio lo observó un poco más relajado, sonriendo, y se acercó a su oído para que pueda escuchar.
- ¡Yo soy Niall, y él es Louis! - Gritó, señalando al castaño al decir su nombre, que estaba mirando el suelo, perdido en su embriaguez.
Al menos sé su nombre, pensó Harry. Sonrió observando a Louis fijamente, y bajito alzó la mirada observándolo. Bien, ahora sabía que tenía ojos azules.

Louis de repente rió, como si estuviese loco, y tomó al ruloso de los hombros para acercarlo a él y decirle cerca de su rostro:
-¡Qué lindo e-eres!- Éste sonrió amplio al expulsar sus palabras de su boca, para luego abrazarlo con fuerza. El alcohol y las drogas ya le estaban afectando demasiado. Harry frunce el ceño algo extrañado, pero corresponde el abrazo, entre risas.

Luego de ese extraño momento, Niall y Harry entablaron una extensa conversación mientras Louis trataba de que su ebriedad descienda al menos un poco. Cuando en el lugar ya había menos gente, Niall se levantó y caminó al baño, dejando a Louis y Harry solos en la barra. El más alto observó a Louis y se acercó a él, para comenzar a coquetearle, palabras bonitas en el oído, su mano en su muslo, besos en la mejilla, y por más que el más bajo estuviese es un estado deplorable, era consciente de lo que Harry estaba haciendo, pero no tenía fuerzas suficientes como para pararlo.

Éste, en un momento se acercó a su rostro, y Louis entró en estado de alerta. "¿Qué hará?" "¿Cómo me alejo?" "¿Qué hago?" fueron varias de las preguntas que pasaron por su cabeza. No sabía qué hacer y estaba rezándole a todos los dioses del cielo que Niall apareciera para que lo salve. Louis no se consideraba homosexual, es más, incluso tenía novia, Eleanor, y no le gustaban los hombres. No. Pero...¿entonces por qué estaba dejando que Harry esté a pocos centímetros de sus labios?
El más joven al no notar alguna reacción u oposición ante su cercanía, sonrío y cuando estaba por rozar sus labios, el más bajo ladeó apenas un poco rostro, haciendo que bese la comisura de sus labios. El moreno puso una mano en el pecho del contrario, haciendo que tome distancia, y se sonrojó completamente, al igual que el rizado.

En ese mismo instante, llegó el rubio observando todo mientras venía casi corriendo del baño. Le agradeció al más alto por haber cuidado de su amigo y susurro al oído de Louis un "Es hora de irnos." totalmente frío y seco. El otro asientió con lentitud, y sin despedir a Harry, ambos salieron del bar, subiéndose al coche de Niall, yendose luego a quién sabe dónde.
El ojiverde, totalmente consternado, quedó en shock observando cómo los dos amigos se iban para luego no volver allí. Luego de un rato, salió de su trance y se dio cuenta de que no le pidió a ninguno algún número para poder comunicarse -específicamente, con Louis-. Ante ello, corrió hacia la salida para buscarlos, pero con lo único que se encontró fue con varios paparazzis fotografiándolo y haciéndole miles de preguntas. Éste, al ver que ambos ya se habían ido, y totalmente frustrado por las cámaras, ingresó al bar nuevamente. Fue hacia la pista de baile luego de pedir un vaso de tequila, tratando de olvidar al ojiazul. Pero no pudo. En toda la noche, su perfecto cuerpo que parecía esculpido por los mismos dioses, sus ojos color azul marino y su aguda voz chillona no dejaron de torturarlo en toda la noche. Al volver a su casa, cayó desfallecido en su cama, conciliando el sueño de inmediato. Ese fue, el único momento en el que por fin dejó de pensar en Louis... Por un rato. Porque en sus sueños, también se hizo presente.

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⏰ Última actualización: Aug 13, 2015 ⏰

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Luxor. -Larry Stylinson.-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora