Ella es Ana, adolescente, 15 años, de mediana altura, sonrisa enigmática y largo cabello rubio.
Vive en Barcelona, con su padre, su madre y hermano. Tienen un piso en el centro, no muy grande.
Ya es Lunes y le toca ir al colegio. Le toca Biología. Justo en la puerta del colegio, se encuentra a su amigo Óscar.
-Que tal estas Ana?- Dice Óscar contento
-Bueno, bien- Dice desganada
- Parece que las vacaciones no te han sentado nada bien!-
Suena el timbre y ya les toca entrar.
Ya por la tarde, llega a casa y directamente se va hacia su habitación. Deja la mochila y se tumba en la cama a escuchar música. La primera canción que suena es Flashlight de Jessie J.
Quita la canción, apaga el móvil y seguidamente se pone a llorar.
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Al fin son vacaciones y han decidido ir-se a murcia, a un bloque de pisos de alquiler.
Después de muchas horas de viaje, al fin llegaron.
Su habitación era la 231.
Era un bloque muy cercano a la playa.
Dejaron las maletas, sacaron los bañadores y se fueron a la playa.
De camino, Ana dijo:
-Papá, puedo ir al piso, que me he dejado el móvil- dijo Ana medio angustiada.
-Parece que no puedas vivir sin móvil!- dijo su padre enfadado.
-Pero me dejas si o no?-
-Vale, aquí tienes las llaves-
Ana corrió como no hubiera un mañana.
Llego a recepción, subió las escaleras y llego a la planta, de la velocidad no vio a un chico que salia de la habitación de al lado.
-Perdón- dijo Ana sonrojada
-No pasa nada- dijo el chico sonrojado.
-Ana, encantada- exclamo al cabo de unos cuantos segundos en silencio.
-Mario- dijo el con una sonrisa tímida.
Después de unos cuantos minutos en silencio, Ana se decidió a despedirse de él muy aparatosamente y se dirijio a su habitación de esos días.
{{FIN FLASHBACK}}
