Capítulo 1: El comienzo de todo...

16 2 0
                                    

(Cassie)

-¡Cassie! ¿Podrías ayudarme con las últimas cajas, mi cielo?- escucho que grita mi mama desde su cuarto.

-¡Claro mama!- le respondo. Dejo lo que estoy haciendo y voy en busca de las benditas cajas-¡Laura deja de jugar con tu teléfono y ven a ayudarnos con las cajas!- grito para que mi hermana escuche.

-No es necesario que grites, estoy caminando hacia ti- me responde con una sonrisa irónica.

-Déjate de hacerte la chica cool y ayúdame con estas cajas así las llevamos al camión de una vez por todas- le digo golpeando su hombro de manera amistosa.

-Realmente no quiero mudarme, me gusta esta casa, me gusta esta vida ¿Por qué hay que hacer esto Cass?- protesta mientras se agacha para agarrar la caja. Es bastante gracioso ver que la caja es más grande que ella.

-Lo sé Lau, ¿Vos pensas que yo si quiero mudarme?- digo agarrando otra caja del suelo también-No me agrada tener que dejar todo lo de aquí y me agrada menos tener que convivir con cuatro personas más cuando por muchos años solo fuimos mama, vos y yo-respondo suspirando con pesar. Realmente ambas estábamos haciendo un gran sacrificio por mama.

Un silencio melancólico lleno la habitación. Empecé a caminar hacia la puerta con mi hermana siguiéndome.

-Pero hay que hacerlo por mama- digo después de unos minutos- Ella también merece ser feliz y si Steven la hace feliz, pues, supongo que debemos estar felices por ella-sigo mientras ambas colocamos las cajas en el camión de mudanzas.

-Sí, tenes razón Cass, mama merece ser feliz y por eso nosotras vamos a hacer el esfuerzo- dice con una extraña mueca que pretendía ser una sonrisa- Además, no creo que sea tan malo tener unos cuantos hermanos más, tal vez hasta sea divertido- dice con una mirada entusiasmada.

Yo no lo creía muy así pero es mejor que piense eso, tal vez tenga razón, tal vez los hijos de Steven e incluso el mismo Steven sean agradables.

-Puede ser Lau, tal vez tengas razón ¿Qué tan malo puede ser, no?- dije con una sonrisa frotándole el pelo para fastidiarla.

¿Qué tan malo puede ser, no?

------------------------------------------------------------------------------

(Michael)

-Michael, Michael, Michael

De lejos escucho como alguien me llama pero no respondo, tengo demasiada resaca para levantar mi cabeza de esta cómoda almohada.

-¡MICHAEL ROBERT MCDOG!

Me sobresalto y caigo de mi cama, al escuchar el grito de mi papa, prácticamente dentro de mi oído.

-Michael, ya es hora que te levantes. Me prometiste que hoy te levantarías temprano para ayudarme con los niños y la casa- dice mientras abre estrepitosamente las cortinas dejando que los rayos del sol dañen mis preciosos ojos.

-¡Agghh!- me quejo queriendo meterme debajo de mi cama, donde el piso esta frio y esta oscuro.

-Nada de quejas. Hoy vienen Natalie y sus hijas y no puedo recibirlas en su futura casa en las condiciones en la que esta- dice, aunque su tono va subiendo hasta casi gritarme.

-Por dios papa, no puede ser tan malo. Aparte si la casa esta como vos decís, sería perfecto que se quedara como está, así Natalie y sus hijas tal vez no quieran poner un pie en esta casa y salvemos a la familia- digo levantándome con una sonrisa.

-Ya hablamos de esto Mike, Natalie me hace realmente feliz ¿Por qué no puedes estar feliz por mí?- pregunta mi padre. Esta conversación la hemos tenido desde que conoció a esa mujer así que su actuación de perrito mojado ya no me afecta.

Suspiro irritado. Lo que mi padre no entiende es que estoy feliz por él, realmente lo estoy, pero ¿era necesario dejar que ellas se mudaran aquí, a mi hogar, a mi territorio?

-Yo si estoy feliz por ti papi- dice una vocecita chillona desde la puerta de mi cuarto. Como no, mi pequeña hermana Matilda siempre del lado de mi padre.

-Eso me llena el corazón, mi pimpollito- dice mi padre cursimente mientras va hacia ella y la carga en sus brazos.

Ruedo los ojos, estos dos juntos son imposibles.

-Te espero abajo en 5 minutos para que nos ayudes a organizar la casa- ordena mi padre mientras sale de mi cuarto cerrando la puerta.

Yo como respuesta solo resoplo y ruedo los ojos.

-5 minutos Michael, ni uno más ni uno menos- dice duramente abriendo la puerta de repente.

-¡Ya entendí!- digo exasperado, solo quiero que se vaya ahora.

Mi padre cierra la puerta e inmediatamente me tiro sobre mi cama. No pienso bajar a acomodar nada con el fin de pretender ser algo que no soy para tres personas que no podrían importarme menos en estos momentos.

---------------------------------------------------------------------

(Cassie)

-Esto sí que es malo- digo mirando a mi alrededor.

-No parece tan malo, la casa es bonita y Steven es bastante agradable-dice mi hermana desempacando nuestras cosas.

-Steven no es el problema Lau, el problema es que, primero, en esta minúscula habitación no hay espacio para las dos y segundo...-me interrumpo al escuchar como música rock comienza a sonar y hace vibrar las paredes del cuarto. Suspiro irritada-...y segundo, sus tres insoportables hijos, especialmente el mayor-termino rodando los ojos.

Seguimos acomodando como podemos nuestras cosas en la habitación, hasta que ya no soporto más esa música estruendosa que hace que mi cerebro palpite cada vez más y me decido a levantarme y enfrentar al causante de mi irritación.

Camino hacia la habitación de enfrente y comienzo a tocarla enfurecida.

-¡Michael, Michael!-empiezo a gritar sobre la música.

De repente la puerta del cuarto se abre dejando ver al ser más insoportable que conocí en mi corta vida.

-¿Qué se te ofrece?-pregunta muy tranquilo.

-Que ¿Qué se me ofrece? Pues que le bajes un poco a esa música que hace que mis oídos quieran irse corriendo- le digo pacientemente.

No recibo respuesta del energúmeno que tengo delante. Él solo está ahí mirándome con cara de nada.

Estoy a punto de pegarle una cachetada para que reaccione hasta que habla.

-¿Qué se te ofrece?-vuelve a preguntar con una sonrisa de lado.

¿ENSERIO? ¿Qué le pasa a este chico desconectó su cerebro durante la conversación? Voy a morir de un estrés masivo, si así es como va a ser siempre, ya estoy disculpándome con mi madre y ya me estoy volviendo por donde vine.

Frunzo el ceño sin poder creerme esta situación.

-Si no se te ofrece nada, adiós- dice cerrando la puerta en mis narices.

Y eso no es lo peor sino que la música aumenta más. Esto es la guerra.

¡Hola! soy Ailen y esta es mi segunda novela en wattpad; la primera no fue tan bien pero espero que esta les guste y sea de su agrado. Los primero capítulos van a ser cortos pero es porque los estoy haciendo en el momento para probar si la novela gusta o no. Desde ya gracias por leer y espero verlos en otro capítulo.

Foto: Cassei Badle

Ailu 

MI PERFECTA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora