¿Te comió la lengua el gato o no sabes hablar?

7 0 0
                                    

Capítulo 1.

Era una mañana normal, mi madre intentando levantar a mis hermanos para que no lleguen tarde al colegio, mi padre haciendo el desayuno, mientras yo tomaba una ducha instantánea para quitar la cara de zombie que tenía. Salí de la ducha y me decidí por unos jeans oscuros, una blusa blanca holgada y mis supras negras con dorado. Ya que termine de cepillar mi cabello y hacerme una coleta fui por mi mochila revisando no olvidar nada y al darme cuenta que no lo hacía, baje las escaleras en dirección a la cocina, ya que no aguantaba el hambre y si esperaba un poco más terminaría desmayada o comiéndome a mis hermanos -exageras Jaz- Bueno, tal vez me fui a los extremos.

-Hija, ya está el desayuno, siéntate. - Dice mi padre sacándome de mis pensamientos. Obedezco la orden de mi papá y me siento en mi silla de siempre, para mi suerte eran hot cakes el desayuno.

Tomé dos hot cakes del plato en donde se encontraban para colocarlos en mi plato y ponerle chocolate y unas cuantas frambuesas a uno de ellos, y después devorarlo. Coloqué miel en el segundo para poder también comerlo. Mire el reloj que había en la pared. POR DIOS, ¡IBA A LLEGAR TARDE! - Estupida tenias que ser Akemi - ¡Ey! Aquí la estupida eres tú... Y YA TE HE DICHO QUE NO ME DIGAS AKEMI. - ¡Joder! LLEGARAS TARDE AKEMI JAZMYN - ¡POR POCO LO OLVIDABA! ... espera, ¡¿me acabas de llamar Akemi otra vez?! - NO HAY TIEMPO PARA DISCUTIR ACERCA DE TU NOMBRE AKEMI - ¡Pff! Está bien.

-Mamá, ya me voy al instituto, no quiero llegar tarde el primer día de clases. - Dije, y como me encanta comer agarre un último hot cake y le unté nutella y le puse unas cuantas cerezas, lo agarre como si fuera un taco, fui por mi mochila y salí de la casa rumbo al instituto.

No era un largo camino, el instituto estaba a varias cuadras de mi casa. En todo el camino iba tranquila, comiendo mi hermoso hot cake con deliciosa nutella, pero como siempre dejé las dos cerezas para el final. Al llegar a las puertas del instituto solo me quedaba una cereza lamentablemente.

Crúzo las puertas de vidrio como puedo sin ensuciar mi cereza, voy directo a mi casillero, y para abrir la puerta de este pongo la cereza en mi boca, dejando que cuelgue ligeramente el palito fuera de mis labios. Coloco los cuadernos que tengo para las materias dentro del casillero y verifico que clase toca para estar lo antes posible y así poder tomar los libros que ocuparía cuando...

-Bien dicen que las chicas se ven más ardientes cuando comen cerezas. - Escuche a mi lado. Me quedé petrificada al oír esas palabras, esa voz yo la conocía, pero no me atreví a girar mi cabeza, solo baje mi mirada un poco ruborizada por el comentario. - ¿Te comió la lengua el gato o no sabes hablar? - Dijo él con un tono burlesco. Okey, su comentario me había molestado. Cerré de un golpe el casillero y me fui de ahí a mi aula dejándole con la palabra en boca a aquel idiota. ¿¡Cómo se atrevió a decirme aquello!? Tengo más palabras en mi vocabulario que las que él podría aprender en toda su vida - Tranquila Jaz, solo siéntate en un lugar y tranquilízate, igual no tienes idea de quien era ese chico y probablemente no te lo volveras a topar - Bueno, tenía razón, ya sobreviví mi primer año así que podría hacerlo con este.

- Buenos días alumnos. - Dijo el maestro entrando por la puerta.

Había olvidado tirar el palito de la cereza pues ya me la había comido, así que lo guarde en mi mochila. La clase era como cualquier otra en el primer día, dos horas de contar que hicimos en nuestras vacaciones, repasar lo visto el año pasado, etc. Hasta que un papelito cayó en mi mesa frente a mi vista, preferí ignorarlo pero al ver que otro papelito en la mesa volvío a aterrizar se me hizo raro, no soy una persona con muchos amigos, y mis mejores amigos no estaban en esta clase.

-Disculpa. - Le dije a Josh, un compañero el cual terminó sentado junto a mí no sé porque razón. - Creo que estas notas son para ti. - Le dije con una sonrisa amable, a lo cual el me miró confuso.

-Mmhh... no. - Dijo entre unas pequeñas risas después de haber leído lo que decían estas notas. - Estoy seguro de que son para ti.- Me entregó las notas extendidas a lo cual lo mire con el ceño fruncido. - No ignores la nota - Decía una de ellas. - Es de mala educación dejar a las personas con la palabra en la boca ¿sabías? Y más cuando son tan jodidamente ardientes como este chico... - Ahora era más que obvio que las notas las había enviado aquel idiota. Gire mi cabeza para intentar saber de quién eran aquellas notas, pero fue un intento fallido. Solté el aire que había contenido unos segundos y continue en mi escrito, ya que al profesor no le bastó con estar media clase contando que fue de nuestras vacaciones, nos habia puesto ha escribir un ensayo

-¿Con que dejas a los chicos jodidamente ardientes con la palabra en la boca? - Dijo Josh en voz baja para que el profesor no lo escuchara - Eso no se hace. - Comentó como último veredicto riéndose de la nota.

-Tampoco se debe de interrumpir a las personas en pleno ensayo de "que hice en mis vacaciones" y ya vez. - Dije con una sonrisa juguetona.

La verdad es que Josh me gustaba hace tiempo, pero ya lo superé, aunque no negare que sigue siendo bastante atractivo. Con su cabello rubio y esos labios que... ¡Dios mío! Besaría todo el día, todos los días, sus facciones tan perfectas, su sonrisa que podría derretir a cualquiera. Pero a quien engaño, un chico como él no se fijaría jamás en mí.

-Señorita Wolf, ¿podría dejar de ver al señor Parker y poner atención a mi clase? - ¡No es mi culpa que Josh sea tan sexy querido profesor! - Tranquila Akemi, no te provoques - Vi que otra nota habia caído justo frente a mí, miré al profesor y para mi suerte estaba escribiendo algo en el pizarrón que en realidad no me interesaba así que desdoble aquella nota.

Los capitanes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora