Mi primera vez (Kagehina)

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Podía notar unos suaves labios presionando los míos con fuerza y pasión.
Su respiración era entrecortada y tenía el pulso tan acelerado que necesitaba separar sus labios de los míos para recuperar oxígeno.
Me volvía a besar, cada vez más intensamente, poco a poco su lengua se hacia paso hasta encontrar la mía para acabar jugando ambas entre ellas.
Estaba siendo un beso muy lascivo y sensual, mis piernas temblaban, no podía seguir manteniéndome en pie y sus labios sólo hacían mas que hacerme caer.
Finalmente caí de rodillas separándome de él, necesitaba aire, mi corazón no podía dejar de latir tan fuerte, incluso me dolía el pecho.
Kageyama se arrodilló sobre mi de manera que me tenía completamente arrinconado entre sus brazos y sus piernas.
"Perdoname..." me dijo de forma entrecortada. No podía entenderle, pero mi cuerpo ardía, no podía dejar de tener una extraña sensación que me oprimía el pecho. Me miraba con sus ojos azules intensamente, unos ojos que me perdían, no podía dejar de mirarlos y podía observar claramente como Kageyama acercaba sus labios a los míos una vez más. No sólo eso, por mis piernas notaba recorrer sus dedos con una gran y dulce delicadeza. Me acariciaba por las rodillas y examinaba con sus largos dedos cada zona de mis piernas llegando hasta el pantalón. Aquello debo admitir que me asustó, mi respiración se volvió mucho más entrecortada y mi corazón no hacia más que acelerarse, sentía que aquello no debía estar pasando, que no debíamos hacerlo, pero... sus labios eran tan dulces y sus manos me trataban con tal delicadeza y suavidad que mi cuerpo no podía alejarse de él. Notaba mi cuerpo arder, incluso sudaba, la excitación llegaba al punto de que mi entrepierna se levantara con ánimos de visita.
Me moría de vergüenza, pero no podía hacer nada, Kageyama estaba provocando todo aquello y.. sinceramente, no me desagradaba en absoluto, incluso... incluso mi cuerpo se aferraba a esas manos, quería que me tocara más, que me besara por todas partes, que examinara cada rincón de mi cuerpo con sus labios y sus manos...
Kageyama parece ser que se encontraba incómodo, así que me cogió de los glúteos y me subió sobre sus piernas de manera que pude notar claramente que no sólo mi entrepierna se había levantado, la de Kageyama estaba ardiendo. Sentí un ligero cosquilleo en mi entrepierna al encontrarse con la suya y de mis labios salió un leve gemido q provocó una sonrisa tonta en Kageyama, "siento hacer esto.... pero no puedo aguantar más", su voz se cortaba a cada respiración y podía notar como el corazón de Kageyama iba a mil... estaba sintiendo algo parecido a mi... y no se como había empezado todo, lo único que hacíamos era.... era dejar los balones de voley en el almacén, y yo me tropecé y... si, acabo besándome.
Cortando mis pensamientos, Kageyama se adentró por las zonas escondidas de mi camiseta mientras me besaba y lamia por el cuello, su saliva caía por mi pecho desde el cuello provocándome escalofríos que sólo me excitaban aún más. Sus manos estaban buscando algo, me inspeccionaban de arriba a abajo y por un momento a Kageyama empezó a estorbarle mi camiseta del entrenamiento así que me la quitó rápidamente. Me dio un beso fugaz nada más quitármela y prosiguió por mi pecho, empezó a lamer mi pecho y me tocaba como si tuviera botones o ... no se como describir esa sensación, me mordía y absorbía mis zonas más íntimas con delicadeza y masajeandome la zona de alrededor con sus dedos, suavemente pero intenso.
Mi espalda se curvaba con cada lamida y necesitaba cogerle de la camisa, esa excitación me estaba matando y podía notar como se divertía por los sonidos que su lengua me provocaba. "Si sigues haciendo esos pequeños gemidos me vas a provocar un infarto o un sobrecalentamiento excesivo idiota"
Que quería? No podía aguantar más, estaba tocando en zonas con las que cualquiera se excitaría... "Kageyama... baja por favor... N-No aguanto más...".
Le mordí el lóbulo de la oreja una vez terminé la frase y pude escuchar un suave gemido de su voz, eso me estaba divirtiendo la verdad.
Automáticamente noté como Kageyama acariciaba con su mano el bulto inferior de mis pantalones.
Inmediatamente sentí como mi miembro se alzó completamente al notar su mano sobre mi, y simplemente me tocaba sobre la tela del pantalón. La mano de Kageyama cubría mi zona íntima con totalidad y no dejaba de frotar el lugar como si esperara algo. Poco a poco la tela se fue humedeciendo y eso me avergonzaba aún más, mis mejillas estaban completamente acaloradas y no podía separarme de los brazos de Kageyama. Mientras que con una mano me frotaba la parte inferior, con la otra me arqueaba la espalda contra su pecho sin soltarme. Notaba su respiración en mi oído lo cual... era demasiado excitante para mi. Me sentía como un muñeco entre sus manos, no tenía ninguna voluntad, mi cuerpo se dejaba hacer cualquier cosa por esas manos que me estaban rodeando en ese momento. Necesitaba acercarme más a su cuerpo... no... necesitaba notar su piel. Era injusto que fuera el único semidesnudo y se que esto era un simple capricho pero... mi deseo hacia Kageyama iba más haya del deseo sexual, desde hacia tiempo que mi cuerpo se movía sólo por Kageyama o reaccionaba de forma imprevista. Sólo puedo decir que cuando debíamos cambiarnos en los vestuarios era un infierno...
Pero mi amor por Kageyama no podía medirse en palabras, puede que en muchas ocasiones fuera un idiota y un total imbécil conmigo, pero se preocupaba por mi y me mostraba una amabilidad que no le enseñaba a nadie más que a mi. Y ese momento en el a Kageyama se había lanzado sobre mi para besarme, no sólo me había sorprendido claro, sino que también me había llenado de felicidad...
"Kageyama... ah..." Mi voz no se podía escuchar bien pero noté que me había escuchado por su reacción al besarme el cuello cada vez que decía su nombre en su oído.
Decidí actuar, a duras penas movi mis brazos hacia su pecho y le obligué a parar cualquier movimiento que estuviera haciendo. Necesitaba quitarle la camiseta, ese trozo de tela me estaba impidiendo notar la piel de Kageyama con la mía, y lo mismo podía decir de los pantalones, pero eso ya se lo iba a quitar él.
Cogí la orilla de su camiseta y se la subí descubriendo su pecho. Él alzó los brazos para permitirme el paso de la camiseta y cuando se la quité la tiré a un lado y me abalancé a su cuello. Mis manos inspeccionaron cada zona de la espalda de Kageyama y él no dejaba de pegarme completamente contra su cuerpo provocando que tanto sus sudor como el mío se unieran.
"Hinata necesito quitar esto ya..." Me volvió a besar nada más acabar la frase. Cada beso me producía un escalofrío que me recorría el cuerpo entero hasta mi intimidad y para ser sincero... empezaba a doler. Me hizo bajar de sus piernas y me empujó suavemente contra el suelo para levantar mis piernas y proceder a deshacerse del pantalón q separaba mi intimidad de su mano. Deslizó el pantalón por mis piernas junto a los boxers y mi miembro quedó a la completa vista de Kageyama. Ahora ya podía morir de vergüenza, Kageyama me estaba viendo completamente desnudo... sin nada que ocultara mis zonas más íntimas de sus ojos.
"N-No me mires tanto... ah... vas a hacer que explote de la vergüenza..."
"Como quieres que no te mire idiota..." Kageyama se abalanzó lentamente sobre mi y me abrazó. No hacia ningún movimiento brusco, me trataba con total respeto y gentileza. Me aferré a su cuello, Kageyama me volvió a mirar, ahora mucho más cerca, podía notar su aliento y sus suspiros en mis labios, estábamos ha escasos centímetros y una vez más nos besamos y nuestros labios se fundieron entre ellos. Amaba sus besos. En realidad, amaba todo de él, menos su genio, eso me llegaba a sacar de mis casillas.
Mientras me besaba mis manos se movieron solas hacia sus pantalones y sin pedirle permiso ni avisarle de ninguna forma, mis dedos se adentraron en la goma elástica de su pantalón y los baje junto a los boxers negros que llevaba ese día. Kageyama se separó un momento de mi para quitarse completamente las prendas de las piernas y volvió a cogerme entero y me volvió a colocar sobre sus piernas. Ahora si que podía morir, toda su piel y la mía fundidas entre ellas, nuestros miembros se rozaban y eso me provocaba espasmos de placer, notaba como cada zona de mi cuerpo se pegaba a la piel de Kageyama. "Hinata..." Su voz sonaba suave y cálida, bastante diferente a como me habla en los entrenamientos o durante las clases. La voz de Kageyama ahora mismo era mia, me pertenecía completamente a mi, sus suspiros y sus voz entrecortada, todo por mi, para mi, me sentía la persona más feliz del mundo. En ese preciso momento sólo necesitaba la voz de Kageyama para q mi excitación fuera plenamente placentera.
Kageyama me miró divertido y puso su mano sobre mi miembro y empezó a hacer el mismo trabajo que había estado haciendo sobre la tela sólo que ahora podía sentir cada movimiento de su mano. Pequeños gemidos surgieron de mi boca y no podía dejar de quejarme. La excitación era tal que llegaba a doler. La mano de Kageyama se movía arriba y abajo entre sus dedos, en ocasiones presionaba la punta con el pulgar provocando un dolor que tiraba mi cuerpo hacia atrás. "N-No hagas eso...! ah... k-kageyama p-para..." Era mentira, no quería que parara, me aferré a su cuello cada vez más fuerte y como venganza observé su cuello y sus hombros y mi labios se dirigieron a su oreja. Al principio la besaba y mordía suavemente pero por un momento empecé a lamerla y fui descendiendo por su cuello dejando marcas de mi propia boca en su piel. Al final decidí no sólo lamerle el cuello, saque delicadamente los dientes y le di un pequeño mordisco que hizo que Kageyama gimiera. "Q-que haces idiota...!?" Me replicó en el oído. "Tu me has hecho daño con el dedo! Ahora te toca a ti pasar dolor..." Hinata hizo un puchero y lamió la parte más alta de la clavícula de Kageyama. "Idiota Hinata..." se acercó mucho más a mi oído "no he dicho que pares...". Aquello si que fue una sorpresa para mi, pero lo único que provoque fue a un Kageyama moviendo mucho más rápido la mano y haciéndome llegar al climax. No podía parar de gemir, no podía controlar mi voz, iba a salir ya. " K-Kageyama... va a.... salir ya.. ah..."
Kageyama sin decir nada siguió haciendo su trabajo y finalmente, cuando ya no podía ir más rápido, mi miembro expulsó todo lo que cohibía dentro manchando tanto la cintura de Kageyama como la mía. Kageyama paro un momento cogiendo energías, me miró y me volvió a besar cada vez usando mucho más su lengua, cada vez llenándome más de su placer. Cuando se separó a escasos centímetros de mi rostro, se metió dos dedos en la boca y los bañó en saliva, abrió las piernas de modo que su mano pudiera llegar a mi zona trasera y... espera... Iba a meter dos dedos ahí! No No No un momento! "K-Kageyama!!! Espera!!!" le dije agitadamente parando la trayectoria de sus dedos. "Qué pasa?"
"Que qué pasa!? Vas a meter dos dedos!? Dos!?"
"Tranquilo" se dirigió a mi oreja, sabía que era mi punto débil "después de meter tres, meteré algo que te hará saltar literalmente..."
Si ya estaba avergonzado de todo lo que habíamos hecho, esa simple frase me provocó que se me saliera el corazón. "Idiota!! Me refiero a que...p-puedes empezar por uno..." Aclaré avergonzado hasta las orejas.
"Pero así no es divertido..." Inmediatamente dirigió sus dedos hacia la entrada de mi interior, y poco a poco metió ambos dedos dentro. Dolía... Dolía mucho... y sólo eran dos dedos, ni quería imaginar como debía ser tener su... Tenía mucho miedo. Me agarre a la espalda de Kageyama marcándole los dedos de la presión q tuve que ejercer para aguantar el primer dolor. "Tranquilo Hinata... dentro de nada dejará de dolerte" Kageyama me dijo aquello muy suavemente mientras metía y sacaba lentamente los dedos que acababa de insertar. Cada vez los metía más a dentro y notaba como recorría parte de mi entrada con sus dedos. Al principio lo notaba apretado pero después empecé a notar más espació, más suavidad en los movimientos de Kageyama, sus dedos se deslizaban más ágilmente, y vio la oportunidad de meter el tercer dedo. No podía parar de hacer pequeños gemidos que cada vez iban a mas, y uñas ligeras lágrimas se asomaron por el rabillo de mis ojos, mi corazón palpitaba con muchísima fuerza y el sudor de Kageyama y el mío se fusionaban cada vez más. Finalmente, Kageyama notó como mi cavidad estaba libre y más espaciosa con los tres dedos que estaba utilizando, "Hinata... voy a entrar...", me miraba con las mejillas sonrojadas y prosiguió a besame la barbilla bajando hacia por el cuello hasta la clavícula. "K-Kageyama... se muy gentil por favor... e-es mi primera vez..." Tuve que confesar entre susurros que esa era mi primera vez y tenía mucho miedo, la piernas me temblaban sólo por sus dedos...
Kageyama, sin decir nada, sacó los dedos de mi interior y dirigió sus manos a mis caderas para subirme de manera que pudiera apuntar su miembro justo en la entrada de mi cavidad. "Hinata... para hacerlo tendrás que poner de tu parte... necesito que te sientes sobre mi para que entre... no tengas miedo"
Asentí con la cabeza, cada palabra que Kageyama me dirigía me subía los colores por mil, no se como accedí a aquello pero dejé que Kageyama me manejara a su voluntad. Al fin, con su miembro ya en la entrada de mi cavidad, bajé poco a poco notando una gran presión y fuerza en mi zona trasera. "K-K-Kageyama! Duele!! Duele!!!" Me dolía de tal forma que no podía aguantar. "Hinata.. por favor relajate, no quiero hacerte más daño del que ya te hago, en cuanto este dentro dejará de dolerte, así que tranquilo" Kageyama me acariciaba las mejillas y me apartaba el flequillo de la frente con cariño y dulzura mientras me decía esas palabras. Me armé de valor y decidí bajar las caderas lo que provocó que automáticamente notara un fuerte dolor y una increíble presión dentro de mi. Conseguí que entrara bastante y de mi boca salió un gemido bastante sonoro que me daba vergüenza recordar los siguientes cinco minutos. Me agarré al cuello de Kageyama y dejé que él hiciera el resto con sus manos, así que me cogió de las caderas y empezó a entrar y salir de mi interior lentamente. Mis gemidos se hacían más prominentes y podía escuchar la voz de Kageyama soltando pequeños quejidos de placer. Dolía pero... ver aquella expresión de placer en Kageyama y pensar que eso sólo me lo estaba haciendo a mi... sólo a mi... a nadie más... estaba demasiado feliz. Mis lágrimas caían y tenía la cara roja a más no poder. Gemía y me avergonzaba de ello cada vez mas por que cada vez gemía más alto y más excitado pero por mucho que Kageyama la metiera no sentía mucho placer que digamos, y de repente note algo en mi interior que me revolucionó, Kageyama había tocado dentro algo que me hizo gemir de una forma muy vergonzosa. Mis lágrimas empezaron a salir más y mis quejidos eran más prominentes, no sólo eso, Kageyama se movía mucho más rápido y la metía mucho más al fondo, estaba siendo todo muy rápido, incluso había dejado de dolerme, sólo sentía placer y calor, mis sonoros gemidos de fusionaban con los quejidos de Kageyama. Sentía una calidez infinita y mi interior estaba siendo completamente revuelto por la presencia del miembro de Kageyama, de tal presión arañé sin querer la espalda de Kageyama de la pasión que el mismo ejercía en mi interior con su cadera. Cada vez más rápido, mis piernas subían y bajaban coordinadas con las caderas de Kageyama. "H-Hinata... ah... me vengo.....". Definitivamente no me avisó con tiempo... por último solté un gemido ahogado que me dejó sin fuerzas y pude notar como mi interior estaba lleno de la esencia de Kageyama...
Después de coger algo de aire después del ajetreo, Kageyama me abrazó tranquilamente, yo le respondí con un abrazo rodeándole el cuello y acariciandole el suave pelo que había sido alborotado por lo que acabábamos de hacer.
"Hinata..." Kageyama me miró con esos ojos azules intensos y me besó los ojos secándome las lágrimas, "Te quiero...".
A continuación me desperté en mi cama, todas las sabanas estaban revueltas y la luz de la mañana entraba a través de las cortinas.
Si, maldecí el momento en el que me di cuenta de que aquello, por desgracia, sólo había sido un sueño húmedo con la persona a la que quiero.

Fin.

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