Capítulo 1: El chico árbol.

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Baekhyun


No me importó azotar la puerta de mi querido —Nótese el sarcasmo— medio hermano. Estaba tan enfadado con él, porque sin duda llegaríamos tarde a nuestro primer día de clases.

Con pasos furiosos me acerque hasta su cama, la que tenía un pequeño bulto en medio. Sin piedad quité las sabanas y desahogue mi cólera.

— ¡Maldito ciervo! ¡Levanta tu maldito trasero de ahí antes de que yo lo haga!

Si, era un amor de persona con Luhan.

—Hazlo y  no  volverás a ver tus delineadores —Salió de su posición fetal y se sentó en la cama, aún con los ojos cerrados—. Sabes que no bromeo.

Ese maldito chino si sabía cómo manipularme.

—Como sea —Chasqué la lengua y le di la espalda, dispuesto a marcharme de su habitación—, tienes 10 minutos, vamos tarde.

— ¡Baek, tienes un ojo más delineado que otro!

¡Maldito mocoso!





Luego de 10 minutos, en los que obviamente me retoqué el delineado, Luhan y yo  nos subimos al preciado Honda S800, un pequeño auto viejo  que habíamos comprado  luego de dos años juntando dinero.

— ¿No se queda nada? —Miré a Luhan y este negó — ¿Tus pocas neuronas tampoco?

—Segunda advertencia —Se acomodó en el asiento después de fulminarme con la mirada—. Una más y comienza a despedirte de tu maquillaje, Baekkie.

Molestar  a Luhan era peligroso. Claro que sí.

La academia no quedaba lejos de donde vivíamos, se podía perfectamente ir caminando, pero  íbamos tarde, no teníamos tiempo de caminar y esperar a que los semáforos nos dieran luz verde.

—Mamá me dejó un mensaje anoche, dice que a fin de mes nos esperan para ir a pasar el fin de semana con ellos.

Mi padre y la madre de Luhan se habían conocido gracias a nosotros, cuando la maestra del jardín de niños los llamó para discutir nuestro comportamiento en  las actividades. Quién diría que dibujar zombies bañados en sangre era algo grave. En las reuniones de padres compartían mucho, más cuando nos iban a dejar a la casa del otro para una cita de juego. Finalmente contrajeron matrimonio cuando Luhan y yo estábamos en segundo grado de primaria.

Aparte de medios hermanos, éramos mejores amigos desde la infancia.

—Está bien —Aparqué el auto, apagando el motor y tomando mis cosas—, fin de mes con mamá y papá, anotado.

Bajamos del auto, admirando el viejo edificio que solíamos ver en las fotos del periódico. Esto era un sueño hecho realidad.

—Mierda, ya es hora —Dijo Luhan mirando su reloj—, vamos.

Corrimos por el estacionamiento repleto de autos, llegando a la entrada y siguiendo la carrera por los pasillos hasta nuestra primera clase de composición musical.

Aunque fuera una academia artística, también teníamos algunas de las materias de cualquier otra escuela. Yo y las estúpidas matemáticas nos reencontraríamos.

No me percaté de que Luhan había abierto la puerta del salón, disculpándose por ambos el retraso. La maestra nos sonrió y nos indicó que tomáramos asiento.

Al entrar al salón me sentí observado, pues todos nos estaban mirando de manera extraña. ¿Qué? ¿Acaso se me corrió el delineador o algo?

Seguí a Luhan hasta los únicos asientos disponibles, tomé asiento y acerqué el pupitre hacia  mi medio hermano. Me sentía muy incómodo por todas las miradas aún puestas en nosotros.

Esto no era como me lo imaginaba.














La clase consistió en hacer una introducción sobre composición musical, nada que ya no sepa. Salimos del salón una vez que el timbre de receso sonó, necesitaba ir a la cafetería, ya que por culpa de cierta persona no tuve tiempo para desayunar.

Lamentablemente, con lo distraído que soy cuando camino y hablo al mismo tiempo, choqué contra alguien justo a la salida del salón. Luhan me sostuvo del brazo para no caer, ¿Había chocado con una muralla o algo parecido? Elevé un poco la vista y me sorprendí un poco viendo al chico copn el que choqué.

—Lo lamento —Hice una pequeña reverencia—, no estaba prestando atención al camino, ¿Estás bien?

El chico era muy alto, tenía orejas grandes, ojos marrones y un poco saltones, y unos pocos mechones de su cabello oscuro cubrían estos. Debo admitir que era bastante guapo.

—No pasa nada, fue mi culpa —El chico sonrió de lado, mientras examinaba mi cuerpo con lentitud—. ¿Cómo te llamas?

—Byun Baekhyun —Dudé un poco, ¿Por qué le interesaría saber mi nombre—. ¿Tú cómo te llamas?

Su expresión cayó, mirándome como si fuera alguna especie de alíen o el mismo Luhan mientras comienza a hablar de su blog online.

— ¿No sabes quién soy? —Sonaba indignado, sólo me limité a negar con la cabeza— No lo puedo creer... estoy hablando con un marginado.

¿Marginado? ¿A este que le dieron de desayuno? No oculté mi tono molesto al responderle.

— ¿A quién carajo le dices "marginado"? —Los brazos de Luhan me sostuvieron antes de que diera un paso más cerca del tipo.

—Ya, Baek. Mejor vayámonos.

No pude hacer nada, Luhan me jalaba mientras seguía mirando desconcertado al chico árbol.

— ¡Oh dios, he hablado con un marginado!  —Un grupo de chicos se acercó a él y le dieron palmadas en la espalda.

¿Qué era esto? ¿El país de los idiotas como él o algo así?


Definitivamente este no era el primer día que tanto esperaba.

Silly love  » hunhan/chanbaek. (DISPONIBLE EN DREAME)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora