Diario De Un Desconocido

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Capitulo 1

Un día más, ¿Habría golpes el día de hoy? Lo más probable es que si ¿Para quién irían destinados? No se sabía, podían ser tanto como para él o su madre o en los peores casos para los dos, si ambos no querían sufrir debían hacer las cosas correctamente y como él lo decía o de lo contrario… mejor no continuemos hablando. El pequeño Matt se paró de su cama en punto de las seis de la mañana, en cuanto abrió la puerta de su habitación el delicioso olor a café y pan con mantequilla le impregno la nariz, su desayuno favorito. El señor seguía profundamente dormido y no era conveniente ser despertado tan temprano, sería de madrugada para él y más si una buena cruda le esperaba al levantarse.

Era lo de todos los días, la misma rutina, nada nuevo que ver o hacer, de arriba abajo, de abajo hacia arriba. La hora de la comida se llegó rápido así como la hora en la que el imbécil de Jeff como Matt le llamaba, se levantaba, las 2:30 de la tarde. La señora puso la mesa con ayuda de su pequeño hijo, la comida estaba por fin lista, sopa de fideos con un poco de puré de papá, era lo que les quedaba para comer.

— ¿Qué hiciste de comer? — Pregunto el hombre sentándose en la mesa con aires de grandeza, aires que no tenía.

—Sopa de fideos y puré de papá.

— ¿Eso pretendes que coma buena para nada? — Habló levantando la voz cada vez más poniéndose de pie al mismo tiempo golpeando la mesa con los puños cerrados. — Como sea, es lo único que hay ¡Apúrate que tengo que ir con los amigos!

Ninguno de los dos dijeron algo y ella se dedicó a servirle la comida a ese borracho hombre que tenía como esposo. Una vez sirviéndole a él le sirvió a su hijo y por último a ella sentándose así los tres a comer.

—Tráeme un vaso de agua escuincle ¡Pero rapidito papá, rapidito! — Ordeno tronando los dedos mientras el niño se paraba para servir el vaso de agua, caminaba muy apenas puesto que su pierna estaba lastimada, aun así no mostraba señas de dolor, prefería sufrir en silencio. No se dio cuenta porque o con que tropezó pero fue a dar al suelo mojando un poco la pierna del hombre quien se paró furioso tomando levantando al infante del suelo de una manera muy brusca.

El pequeño se puso de pie después de la tremenda golpiza que su padrastro le puso solo por dejar caer un vaso de agua al suelo, los golpes aún le dolían incluso se le complicaba mucho más poder caminar, se acercó lentamente a su madre quien se encontraba sentada en una silla muy cerca de la estufa con la cabeza entre las manos, parecía estaba llorando.

—Mamá — Murmuro el niño, las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos, debía de ser fuerte, fuerte por su madre.

— ¿Qué pasa mi cielo? — Dijo esta con la voz entrecortada aun sin levantar la vista o si quiera ver de reojo a su hijo, la mujer no tenía el valor suficiente para mirarlo a los ojos, no después de lo que su padre le hizo y esta no fue capaz de intervenir, si lo hubiera hecho los golpes hubieran sido también para ella.

—No llores por mí, estoy bien — Dijo abrazándola por la espalda, no le importaba lastimarse más, valía la pena sufrir solo por ella — Si hubieras intervenido… te hubiera ido peor.

—No lloro por eso mi niño — Por primera vez pareció levantar la cabeza después de estar llorando por más de una hora, tiempo que el niño estuvo inconsciente debido a los golpes. El "padre" era una bestia poseída por el alcohol, no le dejaba ver con claridad, estaba ciego, la ira lo cegaba al igual que el dañino licor.

—Odio verte llorar por culpa de ese infeliz — La manera en la que él se expresó le sorprendió a su madre, nunca le escucho antes expresarse de esa manera y menos de su padrastro que, aunque este le odiara jamás se permitió hablarle así ni por los golpes que le daba cada que hacía algo mal por mínimo que fuera.

—Mi niño él nos mantiene…

—Nos mantenía, ahora solo se complace el mismo llegando borracho todos los días a la casa, llega a comer y se larga de nuevo a las cantinas pero no sin antes golpear a alguno de los dos ¿Eso es mantener mamá? ¡Ya no tenemos comida!

—No tienes que reprocharme ni reprocharle nada, se lo que él hace y llega haciendo ¿Tienes que decírmelo a mí? — La mujer volvió a mirar al frente y negó — Sé que no es vida.

—Jamás lo ha sido, estaríamos mucho mejor…

—No te atrevas a mencionar al hombre que nos dejó solos, es tu padre pero nos dejó — Suspiro profundamente antes de continuar, aquel recuerdo ya no le dolía como antes… al menos no tanto — En cambio llegó Jeff a nosotros ¿Y qué hiso? Darnos alimento ¿Has sabido algo de tu padre estos últimos años? No verdad… ¡No le importamos Matt!

—Pero al menos, papá no nos golpeaba — El pequeño se dio la vuelta y se marchó a su habitación dejando sola a su madre en la cocina quien solo le observaba tristemente, ella sabía que en parte su hijo tenía toda la razón del mundo pero ¿Qué podía hacer? No podía echar a la calle al hombre que los ha ayudado estados últimos 3 años, no le importaba sufrir si su hijo estaba bien alimentado y contaba con un techo para dormir, pero la mujer estaba ciega, para ella Jeff era un salvador que a pesar de su mal trato los saco adelante, para el niño el solo era el mal en la casa, un demonio que debía ser expulsado cuanto antes de esa casa. 

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⏰ Última actualización: Apr 26, 2013 ⏰

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