Era 1 de Julio, el día de Canadá y por tanto, el cumpleaños de Matthew. Vosotros erais amigos desde hace mucho tiempo pero tú vivías en otro país. Eras de (N/n) pero habías pasado tu infancia en Canadá junto a él y habías vuelto a tu país natal cuando eras adolescente. Desde siempre él había sido un chico tímido por lo que la gente no hablaba con él y era ignorado. Así que cómo supusiste que todos se olvidarían de su cumpleaños, le escribiste por Facebook que "Fuck el dinero y fuck everything" qué tú irías hasta su casa y celebraríais su cumpleaños juntos.
En eso habíais quedado pero... ¿Por supuesto algo tenía que salir mal, ¿verdad?
Habías tomado el avión y llegaste sin retrasos al aeropuerto. Eran las 3 P.M. y habíais quedado a las 6 en su casa. Tenías tiempo de sobra para coger un taxi y llegar a su tranquila cabaña en el bosque. Aunque en estos tiempos parezca raro que alguien viva en el bosque, a ti te parecía normal, y más viniendo de él. Él prefería vivir en un lugar tranquilo donde reinase el silencio y pudiese estar cómodo junto a su oso polar Kumajirou.
Al ser el día de Canadá, todo estaba en movimiento. El personal atendiendo apresurados a las personas para los siguientes vuelos. Gente que volvía y se reunía con sus seres queridos. Todo muy animado y alegre pero... "¡¿Podríais dejar un maldito hueco para que pase, no?!" Ya te habías enfadado. Para ser sincera, nunca habías sido una persona muy paciente que digamos. Todo estaba muy lleno y apenas podías moverte pero te fuiste nadando entre ese mar de gente hasta donde dejaban las maletas hasta que "Oh"
No estaba tu maleta.
Fuiste a pedir ayuda a alguien del personal pero "Oh"
Hablaba en francés.
Sin quererlo empezaste a tener un tic en el ojo.
Al ver que nadie te entendía, empezaste a desesperarte y empezaste a gritar: "It's there someone who can speak english!?!?" sin darte cuenta, había un ancianito de baja estatura que dijo tímidamente: "I know english"
No pudiste evitar quedarte en el sitio mirándolo y al momento le abrazaste por ser tu salvador. Al final, el anciano te ayudó a encontrar tu maleta y tras agradecerle agachándote al estilo japonés: "Thankyouthankyouthankyouthankyou" Saliste del aeropuerto en busca de un taxi para que te llevase por fin a casa de Matthew.
Mientras revisabas el reloj de tu muñeca, veías que eran ya las cuatro y media. "¡¡Una hora y media metida en el puto aeropuerto para mis putas maletas!!" maldijiste en tu mente. Por fin apareció un taxi y le indicaste la dirección. Pero el conductor te dijo que no podía llegar hasta la casa con su vehículo porque el bosque estaba lleno de nieve y al final te quedaste cómo:
"Fuck you but ok"
Te dijo que te acercaría lo máximo posible así que solo tendrías que caminar un poco sobre la nieve. Todo parecía ir bien mientras movías tu pierna por los nervios y revisabas el reloj cada rato "Las 5 y cuarto..... Maldita sea, Matthew... ¿Por qué tienes que vivir tan lejos?" decías por lo bajo hasta que notaste que el coche se había parado. "¿Qué pasa? ¡¿Hemos llegado?! Dijiste totalmente entusiasmada. "No, sorry, m'am. Parece que las calles están cortadas por los desfiles" "Damn it!" dijiste mientras te cruzabas de brazos y mirabas por la ventana.
"¡Pues busca otra maldita calle!" Tú no solías ponerte así pero era una ocasión importante, era Matthew de quien estábamos hablando. Ese idiota adorable, amable y tímido del que te habías enamorado. Siempre te había apoyado en tus momentos duros y luego te hacía sus deliciosos pancakes con demasiado sirope de arce aunque él siempre decía que era la cantidad normal que siempre se echaba. Sabias lo que sufría cada vez que intentaba hablar para ver que todos le ignoraban. No podías comprender por qué la gente hacia eso. Tampoco es que él hubiera hecho algo cómo para merecerlo.
Era demasiado bueno cómo para ello.
Ya os estabais acercando, ya podías sentir cómo tus mejillas se sonrojaban por el frio a pesar de que estabas aún en el coche.
Ya se había acabado. Ya no había más camino limpio por el que el coche pudiera pasar sin que la nieve pudiera pararle.
Ahora solo estabas tú. Ya habías pagado al taxista que se había ido y ahora estabas sola. Las 7. "¡Maldita sea! ¡¿Por qué se ha tenido que hacer tan tarde?!" Te cargaste la maleta a los brazos y empezaste a correr torpemente por la altura a la que estaba la nieve. "Estúpido Canadá. Estúpido su tiempo idiota que tiene nieve en verano. Estúpida maleta que pesa. Estúpido frio...." Marmullabas mientras seguías corriendo. La casa de Matthew estaba lejos. Él siempre había preferido la tranquilidad y el silencio en vez del marmullo y la acción de la ciudad. Tus piernas ya se estaban empezando a cansar, sentías que tus pulmones estaban empezando a arder, ya casi no podías má-
PUM
Ese fue el ruido que hiciste al caerte tras tropezarte con algo que había entre la nieve.
"Matt.... Matthew..." Empezaste a sollozar. Sabías que ya era muy tarde, sabías que él iba a enfadarse contigo por abandonarle y que no querría ser tu amigo nunca más. "No.... ni de coña..." Hiciste una mueca en forma de sonrisa. No, no te ibas a rendir ahora. ¡Habías cruzado medio mundo por él! ¡A la mierda si te odiaba después de esto! Irías a su casa, le dirías Feliz Cumpleaños y le darías su regalo. Así serían las cosas y así iban a ser.
Por fin veías la casa, ya veías su terraza y ese banco donde solíais sentaros a veces por la noche para admirar las estrellas mientras bebíais chocolate caliente. Juntos. Fuiste corriendo hasta llegar a la puerta y diste un golpe a la puerta demasiado fuerte pero ya estabas en tu límite. Te apoyaste sobre tus rodillas mientras intentabas recuperar el aliento y veías de reojo cómo tu reloj indicaba que ya eran las 8.
Mientras recuperabas las fuerzas oíste el sonido de la puerta abriéndose. Automáticamente fuiste a abrazarle cubriendo tu cara entre su pecho. "¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Ya sé que he llegado tarde y que te prometí que estaría aquí a las 6! Pero es que perdí mi maleta en el aeropuerto y, y todo estaba lleno de franchutes idiotas y todas las calles estaban cortadas por los puñeteros festivales y, y......"
"..."
"Jejejeje.... bueno.... pero el caso es que ya estoy aquí, así que no pasa nada, ¿verdad?" dijiste mientras miraste hacia arriba y sonreías con una risa nerviosa pero te detuviste cuándo le viste la cara. Sus ojos.... estaban húmedos y rojos. "...Matthew?" "No, no puede ser. Pensaba que se iba a enfadar conmigo pero llorar..."pesabas aún en shock. De repente recordaste las veces que le viste llorar cuándo erais pequeños porque estaba solo y lo ilusionado que parecía mientras confirmabais los detalles para su cumpleaños. Él realmente quería que estuvieras con él. "Nononononononono my baby, no" Empezaste a perder el control, ya no sabías que hacer, siempre estabas ahí para consolarle cuándo otros le hacían llorar pero esta vez habías sido tú. Empezaste a llorar tú también "Oh, my god. I'm so sorry! Lo siento, de verdad que quería llegar antes pero..... BUAAAAAAAAAAAAAA!!!"
"¡¡Lo sientoooooooooo!! Yo, yo quería venir pero... buaaaaaaah...." caíste de rodillas y empezaste a llorar. Matthew se sorprendió al verte de esa forma, siempre habías sido una chica fuerte y alegre pero nunca te había visto llorar cómo una niña pequeña. Pero... de algún modo... le pareció adorable verte así. Con tu cara sonrojada por el frio y con ese lloriqueo. El ver cómo te habías puesto solo por él solo consiguió que... sonriera. Dejó salir un suspiro y se arrodilló para estar a tu altura. "Está bien (t/n). No te preocupes, no tienes por qué llorar" decía mientras ponía su mano en tu mejilla. "Pe-pero sé lo mal que lo pasas cuándo estás solo y... ¡Y sé nota que has estado llorando también! ¡A mí no me mientas!" Alzaste la cabeza un momento para decirlo y después la volviste a agachar porque seguías llorando. Él volvió a sonreír pero más por saber lo bien que lo conocías "Bueno... es cierto que estaba llorando, je. Pero ahora estás aquí así que todo está bien, ¿okey?" "¿De, de verdad?" "De verdad" decía mientras limpiaba tus lágrimas con su dedo. Te le quedaste mirando a los ojos hasta que otro sonrojo apareció por tu cara. "You.... you know, siempre voy a ser tu mami y si alguien te hace llorar a parte de mi le parto la cara" dijiste mientras mirabas hacia otro lado. "Hehehe, I know. Pero también sé que si te vas a quedar aquí fuera vas a pillar un resfriado así que, ¿qué tal si vamos adentro y comemos el pastel con una taza de chocolate caliente?" "¡Vale!" dijiste sonriendo y te adentraste primero a la casa. "A si... Matthew, se me olvidó darte tu regalo" "¿Hm?" Te diste la vuelta y le diste un beso rápido en los labios "¡MUJAJAJAJAJA LA VICTORIA ES MIA!" dijiste mientras huiste corriendo por la casa y dejando a un sonrojado canadiense detrás.
The End