Ella tenía razón. Nunca se veía bonita. Se veía como si fuera el arte mismo, y el arte no tiene por qué verse bonito, simplemente tiene que hacerte sentir algo.
5.
Ella tenía razón. Nunca se veía bonita. Se veía como si fuera el arte mismo, y el arte no tiene por qué verse bonito, simplemente tiene que hacerte sentir algo.