Luchar para vivir

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Disclaimer: Los personajes pertenecen a la gran Hiro Mashima. Si me pertenecieran, Fairy Tail estaría llena de parejas crack ;)

Realmente ése día nadie celebró la victoria. Si mirabas a tu alrededor, sólo podías ver escombros o restos de lo que antes había sido el gremio número uno de todo Fiore, el gremio de Fairy Tail. El cielo también había adoptado un color negro carbón, que dramatizaba el dolor, las pérdidas y las heridas que difícilmente sanarían con el tiempo. Todo había terminado, ya no había una amenaza contra la cuál luchar. Sin embargo, el precio por la victoria fue mayor de lo que la gente se hubiera imaginado.

Para algunos, las pérdidas y la impotencia por no ser más fuertes por proteger a sus camaradas, fue peor que en otros, mas todos sentían en su interior que a pesar de derrotar a Tártaros habían fracasado como magos.

Los Dragón Slayers perdieron a sus dragones, los cuáles ayudaron a derrotar Face, una arma de pulso mágico que hubiera podido erradicar la magia de todo un continente.

Igneel, el dragón de fuego y padre de Natsu, murió en la batalla luchando contra Acnologia. Sin embargo, en realidad todos los dragones ya habían perecido anteriormente, ya que sus almas fueron absorbidas por el rey de los dragones.

Natsu PoV

Mi mente se quedó en blanco y en mi corazón un gran vacío.

-Cada día tenía la esperanza de encontrar a mi padre, cuando siempre estuvo dentro de mí.-sonreí con sarcasmo.-Tampoco entiendo, que quería con el libro que me pidió que robara a Mard Geer.

Mis rodillas estaban entumecidas por el contacto con la húmeda tierra, ya que había permanecido al lado de mi padre hasta que se desvaneció como los otros dragones. Me levanté y puse una mano en mi rostro para limpiar con el dorso de ella la suciedad que se había acumulado en mi rostro durante la feroz batalla contra Tártaros. Fue entonces, que noté el rastro de lágrimas que aún resbalaban por mis sonrojadas mejillas como si fueran un río que no tenía destino. Al acabar de limpiar el rastro de ellas, miré a mí alrededor por encontrar alguno de mis camaradas. Aunque era ya de mañana, los rayos de sol no penetraban por las gruesas nubes negras que había en el cielo que en su día fue hermoso. Encontré a Wendy unos pasos más lejos de mí, con el cabello muy corto y llorando por la pérdida de Grandeneey, la cual fue una madre para ella. Más lejos Elfman se lamentaba por haber destruido el gremio y por no haber logrado ser más fuerte que el demonio Seilah, la que lo controló para que hiciera dicha tarea. Lissana y Mirajane, sus dos hermanas intentaban consolarle como podían.

Empecé a andar para buscar a los miembros de mi equipo, que seguramente rondaban desperdigados por los restos del gremio.

-¡Natsu!-una voz aguda sonó por el aire desesperada. Me volteé y vi a mi mejor amigo y compañero Happy que volaba hasta mí con lágrimas en los ojos. Se estrelló con mi pecho y lo abracé hacia mí con ternura.

-Happy.-susurré aliviado. No me di cuenta de que mis amigos también sufrían, cuando mis ojos aún no podían ver o creer lo que había sucedido. Sin embargo, el gato azulado que había visto nacer y crecer allí estaba, cansado, angustiado y adolorido, pero sano y a salvo. Tenía mucha suerte de tener a un amigo como él a mi lado.

-Natsu, Igneel...-empezó a sollozar a mi pecho.

Cuando quise darme cuenta, mis ojos estaban de nuevo empapados al volver a pensar con mi difunto padre.

-Happy, a Igneel no le hubiera gustado vernos así.-dije encontrando las palabras de no sabía dónde.

Happy me miró con los ojos aguados. Es verdad que nunca había conocido a mi padre, pero al verme así no pudo contener su gran preocupación por su gran amigo. No hacía falta ser un Dragón Slayer para darse cuenta de cómo tu mejor amigo se podía sentir cuando su compañero estaba en ése estado tan depresivo.

Luchar para vivir (Nalu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora