Soundtrack: Say something-A great big world
No soy la clásica chica japonesa, me gusta pensar eso, porque no me gusta lo común, soy una persona diferente.
Estoy harta de la gente que solamente se deja llevar por la corriente, que se deja llevar por las últimas modas, que intenta entrar en el panorama perfecto de cada persona.
Tal vez por eso siempre estoy sola, o al menos me siento sola.
Aprendí a ahogar mis pensamientos más profundos ante mis amigos solamente por el miedo a nunca más poder tener una relación estable con ellos.
Me dí cuenta que ahora todos dependen de las redes sociales, de estúpidas conexiones moleculares, pero también me dí cuenta que ahora tener un teléfono celular es un requisito para el famoso siglo veintiuno, así que lo quiera o no, estoy obligada a tener un teléfono celular, a tener una cuenta de facebook y una cuenta de whatsapp. A poner estados estúpidos o sin sentido, a expresar mis tonterías por medio de éstas redes.
Esta tarde me dí cuenta que no tenía sentido poner mis estupideces en esas redes, me di cuenta que sólo perdía mi tiempo así que puse de estado sólo tres asteriscos.
Gran error.
Irónicamente, el chico con el cual ando, puso algo parecido, y mi amiga saltó como en aceite para la noche.
-¿Acaso terminaron? yo que pensé que ustedes eran la pareja perfecta.
Sólo con ese comentario me dí cuenta que ahora todos dependen de tus estados de whatsapp, de tus publicaciones de facebook, de toda actividad tuya en las redes sociales.
Prejuicios, eso es lo que son, y estoy harta de ellos.
Todos me hacen prejuicios por mi manera de actuar o como dije repetidamente, por mi actividad en redes sociales.
Encarguémonos más de poder hacer juicios y no prejuicios. Conozcamos todas las facetas de una persona y de una historia, no sólo de lo que nosotros vemos o pensamos, porque el hombre también tiene imaginaciones, imaginaciones que nos hacen pensar algo que no es, que nos destruyen internamente.
Estoy harta de las personas, de sus prejuicios, me doy cuenta que ahora "amigo" es una palabra muy fuerte, una palabra que debe ser bien usada, una palabra que se use apropiadamente con la persona apropiada.
Todos me ven como un verdadero fenómeno, sólo porque le veo sus imperfectos a las cosas, por sentirme deprimida de vez en cuando, por reír a carcajadas, por sentir pasión por un simple piano, por emocionarme por la política, por escuchar la música que me gusta, por ser una artista, por mi obsesión por las notas altas, por mi desorden, por que me guste la química, por ser un intento de escritora, por mi obsesión por la buena ortografía, por mi necesidad de justicia, por llorar, por encantarme la poesía, por todo.
Ellos me quieren poner en un molde que ellos diseñaron, ellos me quieren cambiar.
Ellos lo lograron, pero por una temporada.
"un hombre no es la misma persona después de una tormenta"
Eso es totalmente cierto, tras una tormenta me dí cuenta que no necesito de ningún molde, de ninguna voz, de ningún ideal, de ningún ídolo.
"Mi historia no es la de una chica con sueños quebrados, es la de una chica que no puede ser quebrada."
Quiero a una persona que me quiera con mis buenas y malas facetas, una persona que conozca mi lado negativo y que me siga amando por ello.
Yo tenía miedo de expresar todo esto a la gente que me rodeaba, pero ya no me asusta más.
Ahora lucho contra esos prejuicios, ahora lucho por lo que creo correcto, ahora me estoy conociendo a mí misma, me doy cuenta que como cualquier ser humano puedo odiar y naturalmente odio, como cualquier ser humano puedo deprimirme y naturalmente me deprimo, como cualquier ser humano puedo reír y naturalmente río.
Tengo los estados de ánimo de cualquier ser humano, pero nunca falta aquel que no te permite sentirte conforme a la situación.
Estoy harta, sólo siento un odio y un enojo que me rebalsa, y eso me hace odiarme a mi misma.
No me gusta odiar, pero ahora yo misma lo torno inevitable, quiero cambiar, pero no en el sentido de cambiar respecto a las opiniones ajenas, si no cambiar respecto a lo que yo sienta necesario cambiar.
"Tengo fe en ti"
Hay una persona que tiene fe en mí, y por eso estoy dispuesta a cambiar.
Pero uno no puede cambiar fácilmente, uno tiene que hacer un gran esfuerzo contra una gran tormenta que lo persigue en su proceso de cambio.
Poco a poco me convenzo más que "amigo" es una palabra muy fuerte.
Sólo una acción puede cambiar el panorama que tienes acerca de una persona y eso es lo que me acaba de pasar.
Yo pinté mi panorama de "ella" como una persona que no es superficial, como una persona que hace juicios y no prejuicios, pero sólo por esa suposición me dí cuenta que todos somos superficiales, todos somos malos, todos hacemos prejuicios.
Esos prejuicios me persiguen hasta en mis más descabellados sueños, mis mejores filosofías siempre tienen prejuicios.
Estoy harta por un prejuicio de redes sociales.
Estoy harta por un prejuicio de mi estado de ánimo.
Estoy harta por un prejuicio respecto a mis gustos.
Estoy harta por un prejuicio respecto a mis pasiones.
Pereciera que siempre debo de estar feliz, porque de lo contrario todos me verán como una persona amargada.
Pero cuando me deprimo, simplemente no puedo ocultarlo, no puedo mostrar una felicidad falsa, lo siento pero no puedo actuar una felicidad si lo que tengo dentro no es felicidad, me cansé de las mentiras.
Prefiero ser invisible si todos me harán prejuicios por mi estado de ánimo, prefiero no importarle a nadie si me ven como una depresiva.
Si no pongo algo en mi whatsapp, estoy mal con alguien.
Si estoy enojada, soy una alterada.
Si río, soy una tonta.
Si me deprimo, soy una amargada.
Si me expreso, soy una presumida.
Si no digo nada, soy una antisocial.
Si estoy con un chico, soy una maldita.
Si no estoy con un chico, nadie me quiere.
Si escucho Bach, soy una anticuada.
Si escucho Maroon 5, soy una ignorante.
Si me altera la mala ortografía, soy una persona obsesionada con las reglas.
Si rompo las reglas, soy una rebelde.
Si pienso una nueva ideología, la ideología es incorrecta.
Si actúo de líder, soy una represiva.
Si pretendo no existir, soy rara.
Si contradigo algo, soy pesimista.
Todos hacen prejuicios sólo por una acción, y eso me altera.
Pero algún día, sé que llegará alguien que me conozca, y no me haga ni prejuicios ni juicios, que me conocerá al derecho y al revés, que sepa que soy mucho más de lo que muestro, que puedo ser una gran persona.
Pero hasta ese entonces la comunidad controla todo, incluso a las mejores personas las convierte en una basura, mata a su esencia y las hace encajar en ese molde perfecto que forjó.
Tras pensar acerca de todo esto la furia me desbordó, y desperté una habilidad que no reconocía hasta ahora.
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Burn
Science FictionMiyu, una chica japonesa, silenciosa, solitaria, es más de lo que parece. Contiene habilidades y poderes que nadie se imagina, pero poco a poco estas habilidades la van dominando a tal punto que termina en un conflicto con ella misma, una guerra den...