Un personaje fuera de lugar

1. Bienvenida a Wattpad

Me bajé del taxi. Le agradecí al hombre que conducía por traerme y le di las páginas correspondientes. El sistema de pago siempre me marea, pagar con hojas de libros es raro.

Bien, instituto Wattpad, hola.

Por favor, intenta no matarme, humillarme o descuartizarme en mis próximas horas.

Miro a mí alrededor, y veo a muchos chicos despidiéndose de sus familiares. La mayoría de los chicos y chicas que hay a mi alrededor parecen de mi edad, pero aún así soportan las vergüenzas de sus mamás o papás llorando o dándoles consejos que fácilmente olvidarán. A diferencia de ellos, mi vida es tan triste que mis padres fingieron estar dormidos para no acompañarme y en venganza le saqué unas páginas al final a la novela favorita de mi mamá para así pagar el taxi. De cualquier forma, mientras voy acercándome a la entrada del instituto, una señora rubia platinada con pechos enormes parece estar ahogando a su hijo vez de estar despidiéndose de él. Me acerco para escuchar mejor.

Y no, no soy alguien sin vida social que se preocupa por escuchar conversaciones ajenas. Solo curioseo un poquito mientras me oculto detrás de una fuente.

—Scottie, nunca te olvides de tu mami Barbie cool —oigo como le dice su madre—. ¡Espera, baby! ¡Te daré mis bendiciones! —me asomo por un lado y veo como ella se acerca y con voz seria dice:

En el nombre del papi

Del Junior

Y de la palomita buena onda

Santo eres por siempre ¿Ok? Ok.

... sin comentarios por el momento.

—Sí, mamá —trata de zafarse del abrazo que le da ella, ya que todo su pechuga queda en su cara, pero no lo logra por mucho que se esfuerce—. Mamá, es suficiente.

El pobre chico muere de la vergüenza cuando se da cuenta de que las chicas que antes lo miraban con lujuria, ahora solo hacen pucheros para burlarse de él. Sinceramente me da algo de lástima y pena verlo así de humillado, y me dan ganas de salir a ayudarlo.

Luego recuerdo que tengo que pasar mi primer día sin inconvenientes y se me pasa.

— ¡Es que voy a extrañarte, Scottie! —lo suelta, vuelve a abrazarlo y le da un sonoro beso en la mejilla—. ¡Mándame mensajes! No te olvides de mí, o sea, never.

—Claro que no, Ma' —ríe y se despide definitivamente de su mamá de pechos voluminosos.

Rio en voz baja para no llamar la atención. Scottie besa la mejilla de su madre, agarra su valija y se dirige hacia adentro, así que tomo esto como mi señal de salida.

Sigo observando gente, (porque una curiosa que se esconde detrás de las estatuas seré siempre) y veo a unos chicos que son... ¿Iguales? Salvo que uno es hombre y la otra es mujer. Ambos son castaños, de piel muy blanca y atractivos. El tiene ojos azules y ella verdes.

Me detengo de nuevo y trato de fingir que estoy observando el edificio con un rostro pensativo.

—Niños, los voy a extrañar mucho —le da un beso a cada uno en la sien—. Aunque sean un dolor en el culo, ustedes son mi dolor en el culo —se secó una lágrima falsa.

— ¡Damas y Caballeros! —gritó el chico, sobresaltándome por lo repentino de su reacción—. La ganadora del premio discursos emotivos es... ¡Camille Flicks! —señaló a su madre con una mano y le hizo una reverencia. Ella rió e hizo una clase de reverencia al igual que su hijo.

—Ah, su tía Sam les manda saludos —dicho eso, unos hoyuelos aparecieron en el rostro de ambos chicos.

Como noté que esto no me llevaría a ningún lado, me di vuelta para seguir observando gente (repito, solo es curiosidad sana, para nada psicópata) y una pelirroja llama mi atención. Pero lo que más me llamó la atención fueron los objetos que colgaban de su axila. Aproveché que un perro vago estaba pasando cerca mío y comencé a acariciarlo para no llamar la atención.