Capítulo 1:
Maya's POV:
New Orleans, Luisiana. 2014
Un golpe.
Un disparo.
Y mi victima yacía inerte en el suelo de su bonita y elegante casa. Sacudí mis manos y sonriendo me voltee satisfecha con mi trabajo, busqué algún guardia con la mirada y al ver el área completamente silenciosamente sonreí internamente ,orgullosa del trabajo de los chicos con los gorilas.
Al subir a mi auto —que no se encontraba lejos de la gran casa—. Recibí una llamada de Jason, uno de mis chicos.
— Decker —contesté poniendo el altavoz. — ¿Qué pasa?
— ¿Qué hacemos con el cuerpo?
— Pueden quemarlo
— Está bien —suspiró. — ¿Quieres que revisemos la casa?
— No estaría mal — alargué mi brazo buscando mis cigarros en la guantera. — Pero si revisan, no vayan a dejar alguna huella o evidencia
— No somos estúpidos —bufó.
— Guardaré mis comentarios —solté una risa. — Sean cuidadosos —colgué.
Encendí mi cigarro y abriendo la ventana para no ahogarme en humo, saqué la mano para botar la ceniza del cigarro; encendí la radio y moviendo la cabeza al ritmo de la canción me dirigí a casa.
Al llegar a mi departamento —que se encontraba en el centro de Nueva Orleans—saludé a Jonny, el dueño del lugar. La renta era bastante barata y me dejaban decorar mi departamento como me diera la gana.
No estaba situado en una zona de ricachones o de lujos, más bien estaba en una de las zonas pobres de Nueva Orleans, pero teniendo armas en casa y mi carácter no sufría de ningún problema con ladrones.
Saqué las llaves de mi bolsillo trasero y empujando la puerta para que cediera entré, el apartamento no era demasiado grande, la puerta de entrada daba a mi sala donde tenía un televisor y un tipo de consola de videojuegos —que solo los chicos usaban ya que a mí no me interesaba—. Cerca de la ventana estaba el sillón color tinto con sus distintos cojines, enfrente de este una mesa ratona redonda con unas flores que Lindy —la esposa de Jonny— dejaba todas las mañanas al limpiar mi departamento. La vieja alfombra que los chicos usaban como cama cuando dormían aquí era de un color negro desgastado por los años de uso, la cocina se encontraba continua a la sala, estaba equipada con todos los utensilios que la madre de Bob—mi primo-hermano— me había regalado, las encimeras eran de un color corinto al igual que los gabinetes sobre estas.
Deje mi chaqueta sobre el sillón y tiré las botas de tacón a una esquina, prendí el equipo de sonido que se encontraba sobre la repisa del televisor, moví mis cabeza al ritmo de Don't de Ed Sheeran.
Entré a mi pieza y abrí el armario buscando algo cómodo, me decidí por unos pantalones de chándal negros y una camisa básica roja.
Me despojé de mi ropa de "trabajo" que consistía en unos vaqueros apretados oscuros y una camisa blanca pegada al cuerpo. Me senté sobre mi cama lista para quitarme mis calcetas y quedarme descalza.
Me encontraba cenando en la sala comida china viendo algún programa basura cuando mi celular sonó indicándome que alguien me había enviado un mensaje.
"Buen trabajo, ven mañana para recoger la paga.
Los chicos también estarán ahí, tengo otro pedido."-Mick
Mick era nuestro "jefe" —en pocas palabras—. Él se encargaba de toda la parte financiera y nunca trataba a los "clientes". Solo se ocupaba de las cuentas, se aseguraba de que cada pedido fuera pagado, y si no bueno, ahí entrabamos nosotros.
Podíamos simplemente amenazar o simplemente matarlos. Todo dependía de la deuda.No le respondí, simplemente bloquee mi celular y continué comiendo tranquilamente, pasaba los canales aburrida hasta que una noticia me llamó la atención.
Era sobre un suicidio reciente, y oh sorpresa —noten el sarcasmo— era el famoso Michael Smith, dueño de un mega corporación —millonario—. Solté una risa al ver a la noticiera contando los "hechos" que claramente no eran tan verdaderos como decían, ya que él, fue mi victima hoy.
Solté una risa al darme cuenta que todo fue plan de los chicos, yo le disparé en la cabeza y ellos crean la idea de un suicidio en vez de quemarlo, idiotas. Tomé mi celular y busqué el número de Jason en mis contactos, mientras hacía eso iba recogiendo mi plato y vaso para dejarlo en la vajilla sucia, mañana los lavaría. Al tercer pitido respondió.
— ¿Hola? —dijo alegre, escuchaba de fondo a los chicos haciendo ruido
— ¿Suicidio? —reí— ¿Es enserio?
— Sí, fue una idea ingeniosa ¿no? —volví a reír pensando en que tan idiota era él
— Fue tu idea —confirmé.
— En realidad —volvió a reír—. Fue mía y de Axel
— Pásame a ese idiota
— ¡Boo! —rodé los ojos al escuchar el estúpido sobrenombre que me puso al haberlo asustado mientras estaba en la ducha — ¿Qué pasa?
— ¿Qué pasa? Menudo idiota —bufé.
— ¡Oye!
— ¿Suicidio?
— Admite que fue una buena idea —soltó una risotada.
— No, no lo es —contesté burlona.
— Tú lo sabes, Decker —volvió a reír como tonto.
— ¿Te drogaste?
— No...—volvió a reír y yo simplemente bufé exasperada para luego colgarle.
Puse a cargar el celular, apagué la televisión y preparé un té.
Dejé el té en mi mesa de noche y busqué un pijama, tengo una rara obsesión con dormir solamente con pijamas, no puedo dormir con otra cosa —a menos que esté borracha—. Me lo coloqué y me lavé los dientes para luego lanzarme como una cría sobre la cama. Moví el edredón blanco y me cubrí con las sábanas blancas recién lavadas. Tomé mi té viendo la pequeña televisión de mi cuarto, al terminar el té, apagué el televisor y las luces de mi pieza. Me tumbé sobre mi cama y cerré los ojos esperando que el sueño llegara —no tardó mucho en hacerlo— y pude caer en brazos de Morfeo.
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Fighting
Teen FictionCada decisión afecta el futuro. Cada error es pagado y cada logro recompensado. Para sobrevivir en el mundo tienes que ser valiente, pase lo que pase. Levantar la cabeza ante cualquier situación y decir: "No duele, no duele". Se fuerte y punto...