Nuestro Silencio

El ruido de los disparos inundaba a habitación, un largo cuarto atunelado que utilizábamos para practicar. Elegíamos blancos al azar y disparábamos cambiando nuestros cartuchos vacíos por nuevos de forma casi inconsciente. De poco a poco el piso se iba llenando de bolitas rozadas que rebotaban contra las paredes y rodaban un par de metros tras el impacto.

Solté el cartucho vacío y lleve mi mano a la bolsa pero... estaba vacía. Me había quedado si municiones. Suspiré y dos segundos después el silencio inundo la sala. Chiba también se había quedado sin más balas.

Se recargó en la pared y se deslizó por esta hasta terminar en el piso abrazado de su rifle. Lo seguí sentándome de espaldas a un tambo, de frente a él y a su lado, con la pistola sujeta entre mis manos sobre mis rodillas.

El silencio nos rodeaba inundando la sala de temerosas preguntas. Escuchar la historia de Koro-sensei había sido algo impactante e incluso conmovedor, sin embargo yo aún quería matarlo. Intentar asesinarlo me había vuelto una persona más fuerte y quería poder seguir progresando ¿Estaba mal pensar así?, ¿era una mala persona por eso?, ¿qué pensarían los demás de mí?

Sentí la mirada de Chiba en mí y alcé la vista. Me estaba sonriendo.

"Estoy aquí"

Le devolví la sonrisa y gateé para sentarme justo a su lado. Posó su mano sobre la mía sin mirarme.

"No pasa nada, estamos juntos en esto"

Sonreí tímidamente, con la vista fija en mis rodillas donde reposaba la pistola y gire mi mano para poder entrelazar nuestros dedos.

"No me dejes sola"

El apretó mi mano con delicada fuerza.

"Nunca en la vida"

Entrecerré los ojos y apoyé mi cabeza en su hombro. Instantes después sentí que él se apoyaba en mi cabeza. Mis ojos comenzaban a cerrarse, al fin podía descansar en paz. Ya no tenía miedo, mi decisión era lo más correcto para mí y si alguien me señalaba por ello, siempre tendría a Chiba a mi lado para apoyarme. Siempre...