Subí a mi habitación, claro si puedo llamarla así.
Es un complejo y completo manojo de desperdicios, prendas y una cama. Tome mi mochila, un par de lápices, un cuaderno y baje.
Abajo, en la sala de estar; una sala modesta y sencilla; de paredes beige y cuadros en sepia, suelo de madera de alerce con un par de plantas de interior.-Últimamente Monseñor gato a estado mas apacible, tú si sabes como consentirlo
-Sólo hay que saber entender sus caprichos.
-¿Como darle hierba gatera?, creo que aún queda un poco en el jardín.
-Eres la creatividad personificada Pat, pero ya en serio, un poco de caricia en su panza y decirle lo buen chico que es lo complace de maravilla.Gato o Monseñor gato a estado merodeando por mi casa hace un par de años, de pelaje gris y aterciopelado, cola corta, ojos vívidos y azulados como las tardes en la colina Saint Spring.
Mi madre cuando el llego intento consentirlo y cuidarlo hasta en el más mínimo detalle; comida gourmet, una cama confortable y sedosa, acompañada de un simpático cascabel gris.Pero a Monseñor gato poco y nada le interesó estos objetos, es un gato sencillo, de gustos algo "naturales", unas buenas cucarachas que suelen aparecer bajo la hortensia y perezosas tardes panza arriba en el tejado, le son suficientes para cumplir sus sencillas necesidades felinas.
-Bien suficiente de la bola de pelos, tenemos clases -tome al macizo gato y lo deje sobre la ventana para que refrescase sus bigotes.
-Hey Pat! ¿no cerraras la casa?, se que Nature Hills es una pueblo tranquilo, pero...-con un dejé de preocupación y una mirada algo preocupada me aconsejó.
-Lo se, pero relaja la vena, mi madre está en la casa de vidrio, seguramente hará una pausa pronto. Son las 12 menos 10 y esta ahí desde las 7 am, por el tema de los tulipanes, de seguro pronto hará una pausa -salíamos al soleado jardín y nos encaminamos hacía el instituto.El sol ascendía lento y perezoso entre algodonadas nubes blancas, la temperatura aumentaba pero aún así, la mañana seguía igual de agradable.
-¿Ya has pensado que estudiar? -Elly a estado un tanto silenciosa los últimos días, con las pruebas de aptitud universitaria a la vuelta de la esquina la gran mayoría de nuestro nivel esta patas arriba.
-Nada claro Pat, solo se que el sector matemático analítico no es lo mio, para nada. Artes es verdaderamente estimulante, Ms Dew es excelente, una profesora realmente admirable, pero no es suficiente para darme un rumbo profesional dentro de su área académica -en su rostro denote tristeza, pero más que ello una pizca de decepción, no puedo sentirme indiferente a ello, me encuentro prácticamente en la misma situación que ella.
-¿Y tu?, las ciencia del estudio y entendimiento de la vida se te da bastante bien, ¿ves algún futuro en ello?
-Algo así, digamos que el sector médico es interesante e intenso, tengo las aptitudes... seguramente seré parte del cuerpo médico, pero siempre están las dudas.
-Entiendo, serás de gran ayuda ahí...La conversación se desvaneció como niebla costera, rápida y misteriosamente, estábamos a un par de calles del instituto y ya se podía percibir aquella atmósfera característica de un centro educacional; chicos con sus madres con aquellos apretujados abrazos y chequeando que tuvieran lo indispensable para un triunfante día escolar.
-¿No te sorprende que a estas alturas del año sigan haciendo el mismo ritual del primer día? -aquel ruptura del silencio fue extraña, más aún por el hecho que pensaba en lo mismo.- puede ser, Helen nunca me acompaño a mis días de clases.
-Tu madr... digo, Helen nunca fue una madre ejemplar, de seguro cuida mejor a los nabos del jardín que a ti -lo se, pero debes admitir que hicimos una gran ensalada con esos nabos, la cara de Helen fue sencillamente memorable.
-Si...- el silencio volvió, extraño y repentino.Los chicos se tumultuan en la entrada principal al igual que los docentes, solamente que ellos lo hacían sin el notable pánico y desesperación por llegar a tiempo al salón; más bien yo diría que se ve un notable letargo y un decadente animo al arrastrar sus oscuros zapatos de marca, con aquellos cafés en sus manos, ya fríos de tanto deambular.
-Tengo clase de literatura, 3er piso, tedioso, fascinante y conmovedor, te veré luego Pat, te espero donde siempre -y sin mas se alejo, evitando bolsos, chocando contra chicos y perdiéndose entre la multitud.
Inspire profundamente, flores de cerezo, césped y petricor; una danza de perfumes térreos bastante agradables, combinación curiosa que me es útil para aguantar una jornada escolar.
Adentro la situación se acompasaba, los chicos entraban a clases y los docentes iniciaban la condena. Por mi parte debía ir al invernadero, clase de botánica y ciencias del cuidado floral, proceso interesante pero demasiado lento, Mrs. Sunflower parecía fascinada con el proceso.
El aire dentro del aula de cristal era un tanto sofocante pero agradable, húmedo a no mas dar lo suficiente para mantener a las chicas rosas lejos de aquí, nadie quiere que un mañana de alisado perfecto se desvanezca por cuidar unas "tontas plantas", mejor, así puedo estar en paz.
Yo estaba encargado de cuidar la plantas toxicas; en un momento me pregunte ¿para que necesitaran plantas toxicas? Mrs. Sunflower me respondió maravillada de la vida.
-Querido Patrick, nada de por si es malo, no puedes culpar a una planta simplemente por ser venenosa, de la misma manera que no puedes culpar a una persona por ser vanidosa - apuntando ligeramente con la mirada a las chicas rosas.
Mrs. Sunflower siempre ha sido bastante estricta en las clases de botánica, no es de extrañar ya que gran cantidad de las plantas de este invernadero son maléficas para la salud humana o mortales para ser sinceros, yo también lo seria por la poca y casi nula atención que prestan en clase
En fin, me dirigí al final del invernadero, donde poco a poco me sentí rodeado de aquel característico aroma del petricior, humus y belladona, esta ultima es la que estado manteniendo junto con la adormidera. Tenían buena humedad, más agua no van a necesitar por hoy, pero estas maleza no para de crecer.
Un estruendo me erizo la piel de la nuca, seguido un chico mas alto que yo, se lanza suelo en el intentando salvar a la madreselva que acababa de dejar caer, pero algo en sus movimientos me pareció extraño; no coordinaba bien, tenía la mirada perdida y sus manos no parecían encontrar las delicadas hojas ni las pálidas flores.
Mrs Sunflower no me había mencionado nada acerca de un estudiante nuevo en este sector, usualmente los días lunes soy yo el único que este cuidando seres vegetales. El chico estaba en un aprieto, la madreselva es la preferida de Mrs Sunflower y de verdad no podía levantar un simple tallo sin hacerle daño.
Me acerque en silencio y con paso seguro, me agache para ayudarlo en un acto amable de mi personalidad.
-¿Quien es?- alterándose y alejándose de mí en un súbito salto
-Tranquilo, ví que tuviste un percance con la madreselva y quise ayudar, este espécimen es muy apreciado por Mrs. Sunflower.- intente calmarlo, pero su inexpresiva mirada seguía desconcertándome
-Vaya, lo siento no sabía que alguien estuviera aquí a estas horas, los últimos días los he estado solo, discúlpame.
-Esta bien, ven déjame ayudarte con eso -lo ayude a poner se pie y a levantar a la maltratada de madreselva y la trasplantamos en un macetero nuevo.
-Gracias, de verdad eres muy amable, necesito pedirte un favor más.
- si, dime
-sabes a caso ¿dónde está el abono y las regaderas?, no he podido hallarlas.
Me volteé, y pude visualizarlas perfectamente, en la estantería del fondo; lo volví a mirar a los ojos y pude comprender lo que sucedía aquí.