¿DÓNDE ESTÁ WILLIAM? (GRELLIAM)

Parte 1 Sin Título

William fue transferido temporalmente a la división de Italia, el gerente de esa zona fue asesinado y William había sido requerido para entrenar al nuevo reemplazo, pero Grell no quería dejarlo ir, hacia poco ya eran amantes y el pelirrojo no se separaba de el casi nunca.

-Will, no te vayas por favor, tengo un mal presentimiento, no puedes dejarnos William por favor, ¿que voy a hacer sin ti.- Grell se aferraba a la cintura de su amante mientras este hacia sus maletas.

-¿Porque tú?, ¿porque no envían a otro?.

-Sutcliff, por favor, serán solo tres meses, no exageres.- William trataba de calmar al pelirrojo para que lo dejara ir.

-Toma Will.- Grell le entregó a William uno de sus camisones rojos, de los mas lindos que tenia, el preferido de su amante.

-Grell, no necesito esto.- dijo el moreno regresando la prenda.

- Seguro me extrañaras Will, es para que me recuerdes, ¿no me extrañarás?.- Grell dijo con lagrimas en los ojos. William tomó la prenda y la guardo en su maleta, la verdad si la necesitaría, seria difícil dormir si alguien a su lado.

-William, dame algo para recordarte.- Grell exigió a su amante y tomo el saco que traía puesto el hombre, lo aspiro profundamente para grabarse el aroma de William y se lo puso, Grell comenzó a sollozar y William lo abrazó, le dolía dejar a su amante pero el trabajo era primero, sus abrazos se transformaron en caricias, después de todo seria su ultima noche juntos, después de entregarse a la pasión quedaron profundamente dormidos abrazados uno al otro sin sospechar que seria la ultima vez que harían el amor.

Cuando Grell despertó William ya no estaba en la cama, esto lo alarmó, " se fue sin despedirse", pronto se relajo al ver a William salir del cuarto de baño, ya se estaba alistando para marcharse. Grell salto de la cama y abrazo a William, le dio un apasionado beso y habló.

-William, prométeme que regresarás, por favor, no me dejes por otra mujer.- dijo Grell suplicante, temía que su hombre encontrara un nuevo amor en la lejanía.

-Grell, voy a regresar, siempre estaré a tu lado, lo prometo.- William se inclinó frente a su pelirrojo, tomó su rostro entre sus manos y lo lleno de tiernos besos, jamas podría dejar a Grell, el era un hombre sin sentimientos, el único ser que lo había visto llorar o reír era Grell, en nadie más confiaba William y a nadie más podría darle su corazón.

-Grell, no digas tonterías.- ambos hombres se levantaron del suelo y se alistaron, desayunaron se marcharon, Grell acompaño a William al tren, debían tomar un tren en el reino humano hacia el país y después abrir un portal para llegar a la cede.

Ya en la estación del tren Grell no podía dejar de llorar, de verdad no quería que William se fuera, no podría vivir sin el si algo le pasaba.

-Grell, por favor, compórtate no quiero que causes problemas, no podré estar ahí para defenderte y sacarte de apuros, debes ser fuerte y cumplir con tu trabajo, cuida de ti mismo.- William aconsejo a su amante, le beso la frente y subió al tren, no podía esperar más, aunque se iba muy preocupado, "¿que seria de su pelirrojo si el no regresaba?". El gerente hizo a un lado todos esos pensamientos, suspiro y se relajo, no tenia porque preocuparse, eran unos meses y volvería, no era una guerra ni nada por el estilo.

Todos los días desde la partida de William Grell le escribía y mandaba cartas con las amadas palomas del gerente preguntando como estaba, esto le causo problemas con el reemplazo de William, era un hombre viejo y malhumorado ademas de acosador de secretarias, peor que Ronald Knox.