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Mordí mi labio con tan solo verla pavonearse hacia el otro lado de la sala de maquillaje. Aquella falda que le llegaba por la mitad del muslo se ajustaba tan bien a su trasero que perfectamente se notaba el contorno de su ropa interior. Su largo cabello castaño se balanceaba de un lado a otro, brillando bajo la intensa luz de los pequeños camerinos. Uno de los tirantes de su sujetador estaba a la vista debido a que su escote se había corrido un poco hacia el costado.

Maldita la hora en la cual la empresa contrató pasantes menores de edad, ¿Que no saben que los chicos y yo nos ponemos calientes con tan solo verlas? El hecho de que es ilegal acostarse con alguna de ellas no lo hace mejor; no obstante estaban totalmente dispuestas al coqueteo, todas a excepción de ella.

Todas socializaban conmigo y los chicos, mientras que aquella chica llamada ___ ignoraba cualquier tipo de señal de mi parte, incluso averiguar su nombre fue todo un desafío.

Taehyung le sonrió amistosamente una vez terminó de aplicarle un poco de polvo en sus pomulos, ella... le correspondió.

Herví de furia, comprimiendo mi mandíbula y puños. Estaba demasiado celoso, ¿Cómo es posible que llevo intentando desde hace tiempo que siquiera me hable y llega el estúpido de Tae y con tan solo sonreírle ella cae?

No es justo, quería golpear a alguien.

Eché un suspiro rabioso contemplando la escena, doblando casualmente mi tobillo izquierdo sobre mi rodilla derecha. Desordené mi cabello sin ser capaz de apartar la mirada de su trasero, era demasiado tentador.

¿Que ropa interior usará? ¿Qué tipo de bragas acostumbra a comprar? ¿Un culotte o una minúscula tanga? Desde hace días estoy cuestionándomelo.

Cogió los utensilios que utilizó para maquillar a algunos de los chicos, y los colocó pacientemente dentro de su correspondiente estuche.

¿Sus bragas serán de encaje o un simple algodón?  ¿Llegará a cubrir toda su intimidad o solo la mitad con alguna transparencia en el centro? Me crucé de piernas, me estaba comenzando a poner duro.

Luego de despedirse, V abandonó la sala con una enorme sonrisa y cerrando la puerta tras él. La chica echó un suspiro peinando su cabello a un costado, dejándolo todo en su hombro derecho. Se sentó en una banca cogiendo una revista que traía en su bolsa, por lo visto su descanso había comenzado.

Refunfuñé cuando finalmente me decidí a inclinar la cabeza hacia abajo con la finalidad de quitarme la duda que llevaba cuestionándome y que ella cruzara despreocupadamente sus piernas.

Suspiré rendido, relamí mis labios contemplándola a los tres metros de distancia que nos separaban. Fruncí mis labios al ver su expresión facial, parecía entretenida por lo que leía en aquel artículo, pasando las páginas totalmente concentrada.

Me centré en el contorno de su falda, que ahora de encontraba un poco desacomodado debido al repentino cruce de piernas. Sus carnosos y tentadores muslos me llamaban a pasar mi lengua sobre ellos, y más por encima de donde estaban...

Me incliné hacia adelante cuando cambió de cruce, fijé mi atención. Un pequeño triángulo se formaba entra la tela de la falda y sus muslos, permitiendo ver por debajo de ella. Relamí mis labios satisfecho de poder finalmente quitarme aquella duda existencial.

¿Eso era celeste o rosa? Fruncí mi ceño sin poder ver del todo claro. Me crucé de brazos inclinando mi cuerpo hacia adelante con la clara intención de obtener una vista más nítida de sus bragas.

Dios...

Suena demasiado morboso.

Frunció su nariz, y ese gesto me pareció totalmente adorable. Al parecer algo escrito allí le molestaba. Me incliné más hacia adelante, apoyando sobre el asiento no más que la punta de mi trasero.

Descruzó sus piernas, y al separarlas levemente su falda se impulsó hasta hacer contacto con su ropa interior, literalmente envolviéndose alrededor de sus caderas.

Sonreí, un leve encaje estaba sobre los bordes de sus braguitas, y finalmente puedo confirmar que son color rosa. Unas ganas de meter mi mano dentro me invadieron, cerré fuertemente mis ojos intentando contenerme.

Los abrí suavemente; sus delicadas manos cambiaron de página sin percatarse aún de la posición de su falda. Relamí mis labios, demonios...

La fina tela rosa se había incrustado entre los pliegues de... ya saben, dejando una línea totalmente marcada.

Tragué saliva, aguantando un gutural gemido que luchaba por salir.

Agudizando la mirada, una leve humedad parecía estar allí mismo. No podía aguantarme, mi vista se tornó más borrosa de lo que ya estaba. Mis labios estaban entreabiertos por instinto, y por poco derramando saliva.

Alzó la vista de la revista, frunció su ceño al ver en mi dirección, bajó la vista a su falda totalmente subida. Abriendo sus ojos de sopetón, su rostro adquirió un intenso color rojo, no dudó en ponerse de pie acomodando su falda. 

Sonreí por alguna razón; totalmente cegado por mi necesidad abrumadora, mis piernas se movieron por ellas mismas, caminando en su dirección. Ella se percató de ello, aceleró su paso a la salida, la cogí fuertemente del brazo impidiéndole que salga.

Tragó saliva, volteó su rostro totalmente aterrorizada, viendo a mis ojos.

Chica inteligente, ella sabía perfectamente.

No dijo ni palabra, estaba paralizada en su sitio. Estirando el brazo detrás de ella, puse el cerrojo de la puerta, su brazo se tensó debajo de mi apretado agarre. 

- Hey gatita, ¿Por qué esa mirada asustada?...-Susurré poniendo mi mano libre en su espalda baja, acercándola a mi cuerpo. Su fragancia de vainilla ingresó por mis fosas nasales embriagándome enseguida.

-Jimin, ¿Qué quieres?- Su voz quebrada la delató, estaba tan asustada que se pondría a llorar. Tragué saliva viendo sus preciosos ojos llenándose con un poco de agua.

-Gatita...-Volví a ronronear dulcemente, aparté el cabello de su rostro con la finalidad de apreciar mejor sus delicados rasgos.-Tranquila, no te haré daño, ¿Vale?- Con mi pulgar recorrí su pómulo derecho, bajando hasta sus labios. Acercando mi rostro al de ella, rocé nuestras narices.

-D-D-Déjame... p-por por favor.-Murmuró escuetamente, con su labio temblando.

-Me temo que...-Mi propia respiración chocó contra mis labios.-No puedo hacerlo.

Me impulsé contra sus labios, acoplándolos con los míos. Una calidez me abarcó al máximo, coloqué mi mano detrás de su cabeza para evitar que se separara al notar que tenía esa clara intención. La besé, como tantas veces había fantaseado que hacía. Giré mi rostro, buscando profundizar aquel dulce contacto, a duras penas, noté como vencida iba cediendo.

La tenía, finalmente, entre mis brazos; gemí satisfecho envolviendo mis brazos en su pequeño cuerpo de aproximadamente 17 años. Refregué mi entrepierna contra ella, parecía resistirse aún.

Iba a cambiar aquello, me estaba cabreando.

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Holuuuu!! falta la segunda parte, veré luego cuando la publico <3

Restrictions| One-Shot Lemon| JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora