Hola, soy Ángeles Sniff tengo 15 años y vine a contarles mi historia.
Actualmente vivo con mi madre y su esposo, ah y también mi hermanita de seis años.
Me considero alguien muy triste, estoy sola siempre, en la escuela todos humillan por ello, pero cada cosa tiene un por qué y aquí estoy yo para contarles.
Hace 7 años.
Contaba con tan sólo 8 años de edad, que para cualquier otra niña esta era una de las mejores etapas, pues jugaban barbie's, se divertian al máximo, pero para Ángeles Sniff no fue así. Fue una de las etapas más dolorosas en su vida.
Vivía con mi madre y mi abuelita de 87 años.
La relación entre Carolina (mi mamá) y yo no era la mejor, me trataba como si fuese un estorbo, también me maltrataba mucho, incluso hasta por levantarme a las 9:00 am.
Un día, decidi salir de mi casa en busca de amigas, para así jugar juntas, y las invite a casa. Carolina no estaba allí, mi abuelita estaba a cargo de las niñas, mi maravillosa abuelita junto a las nenas jugamos horas y horas, nos contaba muchos cuentos y anécdotas.
A golpe de las 7:00 pm llega mi madre a casa, cuando observó que las niñas estaban allí acompañando a su propia hija, se molestó.
Al rato, estaba sola en mi habitación, alguien entró a la fuerza, era mi "madre" a pegarme y a darme varias cachetadas por invitar a las niñas a jugar. Mi abuelita intentó defenderme, pero Carolina también le dio una bofetada, y le dijo, -eres una alcahueta.
Yo muy inocente, como una niña comun de esa edad, fui a levantar a mi abuela del piso, y a regalarle un besito "para que su dolor pasara" así solucionaba mis problemas.
Mi abuela siempre estaba para mi, mientras que mama salía y regresaba muy tarde.Estudiaba en un colegio cercano, donde fui lastimada y humillada muchas veces, no tenía compañeros, ya que todos me decían "Anita la huérfanita" debido a que Carolina nunca asistía a eventos hechos por la institución. A veces mi abuelita iba, pero siempre la atacaban dolores en la espalda y pues es común en alguien de su edad. Me sentía sola, todos mis compañeros de aula iban con sus padres, y yo, yo estaba sola.
No sabía por qué mi mamá me odiaba o simplemente no me aceptaba como su hija, no lo podía entender, con 8 años de edad no era muy grande mi capacidad.
Así pasaron los dias, le ayudaba a la abuelita en la casa ( comidas, limpiezas ) ya que ella sola no podía.
Pasaron las semanas y mi madre-abuela le pidió a Carolina que le trajera sus pastillas para el corazón ya que se le habían acabado, ella muy tranquila nunca se las llevó.