7:30, suena el despertador que tanto aborrece escuchar Mónica, se levanto con un sonoro bostezo y cogió lo primero que se le vino a la mano, en este caso un pantalón pitillo negro y una camiseta ceñida magenta, la ventana esta empañada y hace tanto viento que tiemblan las paredes de su cuarto, esa noche la tormenta parecía querer destruir el cielo, rayos truenos y una lluvia torrencial que había dejado sus rastros en el rocío de esa mañana. Como de costumbre, su madre se había marchado antes de lo acordado al trabajo y ella volvió a desayunar con un sitio vacío a su lado, al salir de su casa el frío aire invernal chocaba contras su cara pálida que a igual que el resto de su cuerpo luchaba contra el viento norte que parecía querer dejarla tumbada en el suelo.
El instituto, su caja de aire durante las próximas 6 horas hecho un vistazo al horario, lengua a primera hora. El resto de clases transcurrieron con normalidad ella seguía siendo la chica de la última fila cuyo nombre carecía de importancia, en ocasiones, era tan distante que hasta los profesores se atrancaban al mencionar su nombre, cuando esto ocurría Mónica seguía con la mirada fija en su cuaderno sin prestar atención para que ellos se rindieran y pasaran al siguiente alumno. Estaban en mitad de una explicación de física cuando sonó el timbre de el final de las clases, la gente salió rápidamente de las aulas formando un tapón en las escaleras todos empujaban para abrirse paso menos Monica que se había quedado en la clase, le parecía tonto que todos salieran a la vez ya que con ese sistema los empujones y las patadas no valdrían la pena pudiendo salir ordenadamente. Cuando no había mas que un par de alumnos bajando recogió sus cosas y se dirigió hacía el comedor. Ella no necesitaba llegar de primera al comedor para saber que estaría en la misma mesa solitaria de siempre, debajo de la ventana, la mesa 6 fría y distante en ocasiones esa mesa le recordaba a ella misma, desde primero nunca había comido con un compañero de mesa pero eso no le importaba ni lo mas mínimo es mas le alegraba que nadie entrara en su pozo de emociones neutras, que nadie le hablara no le molestaba, lo que tenia era a ella misma, no mas, ¿y para que? Acaso quería sonreír? Acaso quería llorar? Le latia el corazón respiraba y tenia pulso, ya esta era lo que necesitaba realmente.
Ya 10 minutos desde que había pedido sus macarrones con queso y su yogur con avellana, estaba a punto de terminar el primer plato cuando alguien se sentó a su lado, en ese momento le dio un vuelco al corazón, para cualquier otra persona seria algo de lo mas corriente pero para Monica era algo estaño, no le gustaba esa sensación. Sentía como si acabaran de entrar en su vida, y su vida ya estaba muy bien , aunque ella ni había levantado la vista de la pared de enfrente que había estado mirando todo el rato de comedor . Era un chico, un chico moreno y bastante alto lo que se definiría como guapo.- Perdón ¿ puedo sentarme aquí?
A Mónica le pareció una pregunta sencillamente estúpida ¿acaso no lo había hecho ya? Le traía sin cuidado y no le contesto
- bueno... - continuo el chico tendiéndole la mano- yo soy Daniel ¿y tu nombres es?.
Después de un rato Mónica no le respondió, seguía inmóvil. Daniel retiro su mano.
-Veo que no eres de muchas palabras..., te eh visto en clase, si que no hablas mucho... Pero de verdad, me gustaría saber tu nombre.
Monica siguió sim prestarle atención
-Bueno si no me lo quieres decir lo entiendo...
-¿Acaso importa?-dijo Monica hablando por primera vez- escúchame, si te digo mi nombre las palabras simplemente llenaran el silencio se disiparan el aire y aunque llegarán a tus oídos mañana ya ni te acordarás del Y cuando crezcas Éste será simplemente otro momento perdido, en estos segundos en los que yo te diga mi nombre podrías haber estado haciendo cualquier otra cosa y te arrepentirás de haber perdido el tiempo en una cosa tan insignificante como cuál es mi nombre y ¿sabes que pasará? ¿ acaso sabes que pasara? Porque yo sí lo se, se que pasará, qué este momento, está palabra se perderán en tu memoria y yo abre gastado saliva para nada ¿entiendes 'Daniel'? ¿Entiendes lo que pasara?Daniel de había quedado perplejo, esa chica le intrigaba ¿como verían sus ojos el mundo? Quedandose mudo la miro con los ojos como platos. Monica ni lo había notado pero sabia que para una persona así, normal, conocerla sería otro mundo,
<pues muy bien, adiós no necesito que nadie entre en mi para destrozarme, no puedo prohibirle sentarse, que asco> pensaba.
Apenas 30 segundos desde la respuesta que le había dado Mónica, y Daniel decidió bromear.
- Hubieras gastado menos saliva si me hubieras dicho tu nombre- se rió- de esa forma has gastado mas.
Monica se ponía nerviosa, inquieta, cambio la vista por primera vez, se dirigió a Daniel y le dijo:
-Y no volveré a hacerlo.
Recogió sus cosas sin darse cuenta que en su mochila ponía claramente < Monica Ranger>
Daniel sonrío pícaramente, tanta historia para que total Monica se descubriera a ella misma. Salió del comedor intentando no cruzarse con nadie y emprendió su camino hacia casa.
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РазноеEncerada en su habitación escuchando canciones al puro estilo rock por los cascos, Mónica es una chica neoyorquina de 16 años un tanto peculiar, se pasa todo el tiempo en su habitación con su rímel hasta las cejas y su pinta labios color sangre fuer...