capítulo24

2.1K 245 11
                                    

Hayes lloró desconsoladamente bajo la lluvia.
Hayes estaba perdido.
Hayes se sentía sólo.
Hayes necesitaba la presencia de la niña de las pulseras rosas.
Hayes necesitaba las manzanas que le daba la niña que siempre vestía de rosa.
Hayes necesitaba escuchar la risa de la niña de moños rosa.
Hayes necesitaba abrazar a la niña que sacó lo bueno de él.
Hayes necesitaba a su novia.
Hayes necesitaba a Destiny.
Hayes estaba frente a la lápida de Destiny.
Hayes llevaba el peluche que Destiny le había comprado.
Hayes llevaba también un arma.
Hayes llevaba el arma con la cuál horas antes le quitó la vida a la chica que mató a su Destiny.
Hayes llevaba la misma arma con la cuál mató a su padre.
Hayes también había matado al chico que se le había declarado a su Destiny.
Hayes era un asesino.
Hayes entre sollozos le imploró perdón a su novia.
Hayes lloraba desconsolado y eufórico mientras arañaba la tierra impulsivamente, la tierra que estaba sobre la tumba de su novia.
Hayes había comprendido que era un monstruo.
Hayes se había dado cuenta que los monstruos como él no merecían un final feliz.
Hayes culpó a Dios por haberle quitado a su Destiny.
Hayes hubiera preferido que se lo llevara a él.
Hayes se dió cuenta de que a pesar de su llanto Destiny no iba a volver para estar con él y decirle que todo iba a estar bien y susurrarle que no era un monstruo mientras lo estrechaba entre sus delicados y reconfortantes brazos.
Hayes decidió que no seguiría sin lo único bueno que le pasó en la vida.

Pink || Hayes GrierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora