Capítulo 6

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¿Nunca os sentisteis como si estuvierais dentro de una película? Pues eso me está pasando a mí.

El sobre con el CD me dejó con muchas preguntas, pero si quería respuestas tendría que llegar a casa y ver que contenía ese CD. Salí del instituto corriendo y vi como el autobús se marchaba dejándome atrás. Estuve un buen rato pensando que hacer, mi casa está demasiado lejos y no tengo el móvil para llamar a mi madre, pero por suerte un profesor con el que me llevaba bien se ofreció a llevarme. El camino hasta casa se hizo incómodo, era mi profesor de biología y bueno, no teníamos nada de lo que hablar que no fuese sobre la materia. Al llegar le di las gracias y entré corriendo en casa.

-¡Mamá! ¿Dónde estás?- Dije a la vez que recuperaba el aliento.
-¡En el comedor, cielo! ¿Por qué llegas tan tarde, se retrasó el bus?
-En realidad me retrasé yo... Me trajo a casa un profesor. Lo siento, vamos a comer.- Mi madre ya estaba sentada en la mesa con la comida delante, pero me había esperado. Comí lo más rápido que pude para poder subir a mi habitación, pero mi madre por suerte no me retuvo en la mesa hasta que ella acabara.

Dejé entrar escasamente la luz a través de las rayas de la persiana, me senté en la silla del escritorio y encendí el ordenador. Abrí la carpeta y en ella había un vídeo de 36 minutos. Lo abrí y tenía ganas de matarme, estaba roja de la vergüenza, asustada y a la vez enfadada.
Por lo visto la fiesta de Jackson no solo se había quedado en una noche, también quedó en un vídeo. En el vídeo salíamos yo y Jackson cuando subimos a la habitación, no voy a daros detalles, pero si ese vídeo se difundía sería el fin de Aubrey Hunter. Ni siquiera vi los 36 minutos más vergonzosos de mi vida, saqué el CD y lo guardé entre dos libros de mi estantería.
Lo peor era el mensaje que había escrito en el sobre:
"Otra más de la lista. Firmado: tu cruel destino."

Yo no quería ser otra más de la lista de Jackson, yo me merezco algo mejor, pero él fue un capullo y yo una idiota. Seguro que si no estuviera borracha no me habría acostado con Jackson, tengo que aceptar que sólo lo hizo por una apuesta.

A mi brillante cerebro se le ocurrió la idea de presentarme en casa de Jackson. Cogí mi abrigo y salí disparada por la puerta sin ni siquiera darle explicaciones a mi madre, lo sé, soy una rebelde.

Y ahí estaba yo, delante de la casa de ese experimento fallido de ser humano. Llamar al timbre es de gente pacífica así que opté por el viejo truco de la piedra y la ventana, todo un clásico. Además no quería que salieran los padres y tener que explicarles que voy a matar a su hijo por ser un imbécil. Con un poco de suerte conseguiría romper el cristal de la ventana de su cuarto y así bajaría a hablar cara a cara conmigo, o más bien su cara y mi puño. Vale, está bien, necesité mucha suerte para dar en el cristal, pero tras unos dieciséis intentos lo conseguí.

-¡Jackson!, ¡ASQUEROSO SEMINFÓMANO! -Grité a todo pulmón.

Ese maldito bastardo no contestaba ni salía así que cogí una piedra un poco más grande y la volví a tirar, escuché que algo se rompió y corrí rápidamente a esconderme detrás de unos setos que había en su jardín. Observaba desde mi escondite su ventana, hasta que una cabeza asomó por ella, ese condenado se va a enterar. Salí de detrás de los setos para que me viera y en cuanto me vio se escondió. ¡JÁ! ¿Cree que no lo he visto?

-¡BAJA AQUÍ AHORA MISMO! ¡ENFRENTA TUS PROBLEMAS MALDITO COBARDE!

Su cabeza se asomó por la ventana, unos segundos más tarde ya lo tenía casi en frente mía.

-¿Aubrey? Tranquila, no querrás ir a la cárcel por asesinato... No es lo que parece, bueno sí que lo es pero no exactamente... Lo siento, de verdad. Te lo explica... -Jackson ya no pudo decir nada más porque salió la Aubrey salvaje de mi interior.

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⏰ Última actualización: Aug 27, 2015 ⏰

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