Deja que tus recuerdos crezcan y crezcan más fuertes
hasta que estén ante tus ojos
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→→ Después, al día siguiente →→
Por suerte para los despertadores, lo que despertó a Levi esa mañana fueron los rayos del sol estampándose en su cara.
La casa entera olía a zumo de naranja, café y bizcocho. Sí, un gran bizcocho de chocolate estaba haciéndose en el horno.
Entró en la cocina con los ojos a medio abrir y el pelo revuelto. Aunque el sueño que tuvo fue reparador, era muy tarde cuando cayó dormido y las consecuencias eran notables en ese momento.
Hange estaba sentada, comiendo un plato a rebosar de tortitas con miel, y casi se atragantó de la risa al verlo en la puerta con ese aspecto.
—Buenos días, Levi. Veo que has dormido muy bien.
—Cállate, loca. ¿Eres tú la que está horneando eso? —dijo señalando el bizcocho. Ella asintió enérgicamente.
—Este será nuestro último día aquí y quise prepararles algo a la parejita para cuando vuelvan del trabajo. Me da mucha pena que estas vacaciones se acaben.
Mientras Levi preparaba su desayuno, ella terminó el suyo. Se quedó mirándole por largo rato, con una sonrisa amigable que para Levi era una sonrisa siniestra. Sabía que estaba planeando algo en su contra.
—¿Se puede saber qué tengo en la cara? —preguntó molesto.
Hange se encogió de hombros.
—Nada... ¿No vas a decirme por qué estás tan cansado?
Su respuesta fue un suspiro, pero la mirada de Hange siguió clavada en él, expectante. Y no se levantó de la silla hasta que, por fin, logró su objetivo.
—No entiendo nada. Hace unos días pensaba que lo sabía todo. Pero mi teléfono desapareció, fue encontrado por un mocoso que dice estar enamorado de mí y que me conoce más que yo mismo. Ah, y anoche tuve sexo telefónico con él.
A Hange casi se le cayeron los platos al suelo. Levi teniendo sexo por teléfono era algo que escapaba de toda lógica. Era algo inimaginable.
—Y eso no es todo —Porque no, aún quedaba por decir lo peor de aquella historia, lo que realmente le asustaba—. Ese chico dice vivir rodeado de murallas en un mundo infestado de titanes, grandes criaturas que se alimentan de humanos. Salir de esas murallas significa la muerte.
La joven de cabello castaño respiró hondo y contuvo el aire unos segundos. Procesar información como esa era normal para alguien como ella, pues ya había leído sobre esas murallas. Lo que nunca se mencionaba en los testimonios que leía era la existencia de esos titanes.
—Hange —dijo Levi, con la mirada perdida en el fondo de su taza ya vacía—, ¿a dónde ha ido mi móvil? ¿Quién es Eren?
—Bueno —respondió ella, pensando en voz alta—, creo que ese mundo puede ser perfectamente el nuestro en el pasado. Sí, unos mil años en el pasado. Los testimonios de los que te hablé, ¿recuerdas? Esos testimonios eran de personas que habían soñado con ello y éstos se mezclaban con la realidad. He leído artículos donde se expone la teoría de que "el gran cataclismo" no es más que el derrumbamiento de dichas murallas.
Había soltado todo eso a la vez que fregaba los platos y, cuando se giró para mirar a su amigo, se encontró con su cara de total desconcierto.
—¿Y eso qué tiene que ver conmigo y mi móvil?
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Endless | SAGA Lullaby #2
Fanfiction| Shingeki no Kyojin | Eren/Levi | Un día estaba matando titanes. Al otro, llorando las pérdidas de los que se fueron demasiado pronto. Aún extrañaba el calor de Levi por las noches y el llanto era su único consuelo. Pero el destino es caprichoso. E...