Cómo un diamante.

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-Tengo miedo de salir de casa de noche, soy demasiado pequeña... - Me mensajeó altas horas de la madrugada aquella chica que conocí en mi instituto.

Ese mensaje me ofrecía millones de oportunidades de restregarle por la cara todas esas veces en la que alardeaba de madura.
-No me refiero a la edad, me refiero físicamente. A pesar de mi edad siento cómo las miradas de los ancianos ebrios clávandose en mi mi fragil y pequeño cuerpo que con voz marrón suelta barbaridades que ensucian mis oidos quitandome el sueño durante días. Odio ser mujer...

Tenía la oportunidad de chincharla soltando un "TLDR", pero no tenía nada mejor que hacer durante el trayecto del bus a mi casa con lo que lo mejor era prestarle atención. Ese mensaje casi había acertado mi pensamiento. Quería seguir leyendo, así que solté aquella palabra que nunca fallaba para dar luz verde a que siguiera contando sin que este fuera notorio de mi extremo interés: "Entiendo."

-Lo peor de todo es llevar falda. La primera vez y última que lo hice un hombre bebido me miró de arriba a bajo sabiendo yo sus oscuras intenciones; imaginar mi desnudo cuerpo mientras alzaba la copa y repetía: "Unaa... Una...". Mi madre estaba delante. - Continuó su perrantecioneo.

"I must not to fap." Pensaba mientras Anon JR. se levantaba de la siesta.
No me excitaba la idea de imaginarmela a la pequeña, delgada y debil chica llorado de importencia mientras es manoseada por un viejo (Raro, ¿No?). Lo hacia la idea de hacerlo yo, obligar a una chica entre sollozos a desnudarse a la fuerza y disfrutar su cuerpo sabiendo que ese miedo de ser descubierta no nos delataría.

El resto del viaje no paré de escuchar llantos y respiraciones agitadas en mi cabeza mientras iba empalmado.

No puto, no.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora