14

258 29 4
                                    

J

U

L

E

S

Llegué a casa destrozada. Ni si quiera me había escuchado, ¿Dónde esta el viejo Michael?

Me sentía sola, usada por Mónica. No encontraba mi identidad, y pensé que de esa forma la encontraría. Ella me había prometido tantas cosas...

Vaya error.

Estaba pérdida; mis padres vivían peleando y tomando alcohol, el estrés que me otorgaba el liceo era demasiado para mí, la única persona confiable y que me podía escuchar había huido, sin dejar que siquiera hablara.

Las lágrimas inundaban mis ojos y solo pude correr; corrí por mis penas, por el estrés, sintiéndome invencible por cada paso que daba. Salí corriendo hacia mi habitación. La sensación de invencibilidad terminó al tropezar con todo a mi paso: una bici, mi perro y un peluche de mi primo.

Soy un completo deasastre.

...

M

I

K

E

-Jules, ábreme. Soy Mike -toqué su puerta reiteradas veces. La desesperación me consumía, debía arreglarlo todo, debía escucharla.

-¡Vete! -escuché su voz llorosa detrás de la puerta.

-Jules, déjame pasar.

No hubo respuesta de su parte. 

-Jules -ella siguió sin contestar-. ¡Jules!

Comenzaba a desesperarme. ¿Y si se había lastimado? ¿O caído?

No lo pensé más de dos veces y corrí hacia el árbol que daba con la ventana de su habitación.

-¡Jules! -Grité al entrar a la casa y comencé a correr. No me importó nada; ni los peluches que me llevé a mi paso ni las lágrimas que distorsionában mi visión ni el golpe que me di en las escaleras al bajarlas.

-Jules, ¿Dónde estas? -comencé a avanzar hacia su sala de estar- Por favor, sal. Estoy aquí para escucharte. Fui un tonto por dejarte hablando, pero tuve miedo. Fui un cobarde, pero necesito que me des la oportunidad de verte y hablarte.

Seguía un rastro de sangre que me conducía a la sala, no era nada bueno.

-M-ike -una voz lastimosa susurró detrás de mi.

Giré mi cabeza y observé horrorizado su cuerpo lleno de sangre. Se había cortado y se estaba desangrado.

-¡No! -grité corriendo hacia ella y tomándola en mis brazos. Abrí la puerta con sus llaves y con todas mis fuerzas, de chico débil, la acomode en su bicicleta y salí a toda velocidad al hospital más cercano.

Todas las personas que transitaban por mi camino me miraban horrorizadas. Claro, no es muy común ver a un chico hipster llevando en bici a una chica que se está desangrando.

...

La estaban atendiendo, había perdido muchísima sangre. Había pasado mucho tiempo allí tirada cortándose, quién sabe si horas, y sus brazos y piernas habían quedado demasiado dañados.

Sus padres habían llegado. Estaban borrachos y se reían de todo lo que pasaba a su lado. Ahí me enteré de que su familia no era tan perfecta, no era el cuento de hadas que se había formulado en mi cabeza al verle tan alegre.

Yo me limitaba a llorar sin parar como todo un bebé. Tenía riesgo de muerte, y todo por mi culpa.

Pobre chica incomprendida.

...

El próximo capítulo es el final, luego habrá un epílogo.

Gracias por leer, me dan mucha ilusión sus votos y comentarios.

Y gracias a @Kersenbloesem por siempre votar. Creo que si no hubieras votado no hubiera seguido escribiendo.

Cake.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora