Capítulo uno: Mi dignidad está acabada.

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Fue el 9 de enero del 2015, el día en que mi dignidad se esfumó. Aquél día había empezado terriblemente mal. Primero que nada,mi despertador se averió y me desperté con una hora de retraso. Mi cabellera pelirroja lucía como un nido de pájaros, las ojeras que tenía abarcaban casi todo mi rostro. 

Y como cereza del pastel, no había ropa limpia así que tuve que usar ropa vieja, los pantalones apretaban mis muslos y la única playera vieja que me entraba llevaba unas grandes letras fosforescentes que decían "Se feliz y ama a tus padres'', pero eso era mejor que llevar ropa apestosa.

Mi padre se ofreció a dejarme en el instituto, él trabajaba cerca de mi escuela así que siempre me llevaba, era un poco vergonzoso llegar en el carro de tu padre pero como nunca nadie se fijaba en mi, no le tomaba importancia.

Cuando salí del coche y me despedí de mi padre, tuve un mal sabor de boca , la sensación de que todos tenían sus miradas sobre mí, y cuando alcé la cabeza pude comprobar que así era. Cada uno de los presentes me miraba con exactitud, como si ellos supieran algo de mi que yo no sabía, algunos me miraban con lástima y otros cuchicheaban cosas entre ellos y se reían.

Trate de ignorarlos, tome un respiró profundo y busque a Amanda entre la multitud. No tenía idea de lo que estaba pasando, pero seguramente Amanda lo sabría, ella estaba enterada de todo lo que conllevara chismes escolares.

No logré encontrar a mi amiga, así que me dirigí a mi primera clase, Literatura. Con el profesor Benson, la clase comenzaba a las siete y media, y ya eran las ocho, estaba retrasada pero con suerte lograría entrar. Los pasillos estaban solitarios así que pude ir a mi casillero con tranquilidad y sacar los libros que necesitaba.

— Eres tu, no es verdad. La chica famosita, de la que todos hablan —Voltee para ver a la persona que hablaba conmigo. Era una chica alta, castaña, llevaba un labial rojo y su cara estaba embadurnada en maquillaje. 

— No se a que te refieres, yo no uso las redes sociales —contesté mientras cerraba mi casillero—. Y si me disculpas, me tengo que ir, tengo clases.

Aquella chica seguro me había confundido, yo no usaba las redes sociales, ni tampoco me relacionaba con los demás. El salón era el número 320 así que no fue difícil llegar a el sin que nadie me viera. Oí voces en el interior y aupé que la clase había comenzado. Rogué para que el profesor me dejara entrar, y toqué la puerta. Todos dirigieron sus miradas hacía mi, y con ellos mi profesor. 

— ¿A que se debe su tardanza, Señorita Olive? —tragué saliva, debía darle una explicación lógica.

— Es que el coche de mi padre se daño...Y pues tuvimos que venir a pie. Lo siento muchísimo, le juro que no vuelve a pasar —El profesor asintió y me dejo pasar. Él  siempre me ayudaba, por eso era mi profesor favorito. Escuche algunas risillas al entrar al salón.

Me senté en mi butaca e ignoro las risas de mis compañeros, no entendía lo que pasaba, ellos nunca se fijaban en mi. 

El profesor continuo con la clase, y empece a hacer anotaciones en mi libreta. Justo antes de que la clase terminara, alguien toco mi hombro.

— ¿Eres la chica del video? —preguntó con timidez, y yo no tenía idea de que hablaba.

— ¿A que video te refieres? —ella sonrió dandose cuenta de que no sabía absolutamente nada.

— El video donde apareces cantando, ya sabes desafinando, haciendo la vergüenza — 

Mierda, mierda, mierda. 

Habían publicado mi video cantando.

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⏰ Última actualización: Mar 03, 2019 ⏰

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