Mi sangre derramada.

Capítulo 2

Tras volver de Comisaría me eché a llorar en medio del pasillo de mi casa. Si no fuera Inspectora, hubiera gritado todo lo que sentía cuando me miraban, hubiera llorado al ver como mi mejor amiga estaba en el lado opuesto de la mesa, acusándole a su mejor amiga, es decir, a mí, de algo que no hice.

Cuando mi madre decía que la vida era dura, creo que no se paró a pensar que su hija seguiría los pasos de su difunto marido y sería sospechosa de asesinar a su propio jefe.

Las palabras de Laila penetraron en mi mente.

Calmate, calmate.

El timbre de la puerta me inundó con su sonido. Aguanté unos sollozos, me sequé el rastro de las lágrimas, y acudí. Abrí sin preámbulos, mostrando cara rara, puesto que, mi sonrisa estaba en una mueca dura; mis ojos, inexpresivos; la nariz roja de tanto llorar y mi pelo completamente enmarañado.

Era Ty, mi amante. No puedo decir que es mi novio puesto que creo que no llegamos a eso, pero nos queremos mucho, y aunque no digamos que somos "novios", nos consideramos como tales.

-Hola Ty. ¿Qué haces aquí tan temprano?

-Laila me comentó y me dijo que no contactara mucho contigo hoy. Casi suspendo la cena.

-¡¡Será zorra!!¿¡Me detiene y encima te va dando instrucciones a ti!? ¡Esto ya es el colmo!

-Cel, mira mis ojos. ¿Tú crees que me ha importado?

-No.

-Pues deja de decir sandeces, Señorita Celia Conner. Bueno...¿y de qué te acusan?

-Creen que maté a Bane.

-¿Tu jefe?

-Sí amor; mi jefe.

-¡Qué locura! Eres mala, pero no tanto.

-¿Cómo?- Lo miré enfadada.

-Eres una fiera gatita mala en la cama-me susurró.

-Idiota.

Le di en el hombro y me fui a la ducha.

-Acomódate, voy a ducharme.

-Podría ir contigo, ¿no?

-Ty, no estoy de humor.

-Okay, okay... Presiento que esta velada será muy larga...