CAPÍTULO 1

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Creo que padecer esta enfermedad, no trae nada bueno a mi vida. En serio. Bueno, tengo a mis mejores amigos Arthur y Tess... Pero cada vez vienen menos a verme.

Estaba lloviendo. Muchas veces pienso en algo que Tess me repite constantemente: "Qué suerte tienes. No te mojas con la lluvia, no se te enreda el pelo y no se te mueve el maquillaje".

Eso no es tener suerte. Tener suerte es poder salir a la calle día y noche sin volverte... Una neurótica.

¿Me habéis escuchado bien? Me estoy volviendo una neurótica y una depresiva.

Estaba en el salón viendo la televisión. No tenía nada mejor que hacer.

- Natalie no puede salir de casa, ¿acaso esperas que la deje aquí? - escuché a mi madre hablar por teléfono.

Entré en la cocina una vez que no oí voces.

- ¿Estás bien? - pregunté.

- Tenemos que hablar - dijo ella seriamente. Asentí sentándome en la encimera -. Voy a volver a trabajar.

- Eso es genial, mamá - dije emocionada.

- En realidad, pensaba hacerlo en Francia. Tendríamos que mudarnos.

- No pienso salir de casa - la interrumpí con una gran opresión el pecho.

- Lo sé, cariño, pero escucha...

- No quiero escucharte - dije cortante -. Ya lo intenté... No puedo - Mi madre suspiró.

- Lo sé, cariño - Se recolocó el flequillo -. Una amiga mía vive allí, se llama Marie y tiene un hijo de dieciocho años... - comenzó a decir -. Verás, necesita trabajar para ganarse un dinerillo y estaría dispuesto a venir a vivirse aquí contigo.

- ¿Qué? - pregunté algo incómoda -. ¿Cómo? ¿Dormiría conmigo? - pregunté ahora algo horrorizada.

- En otra habitación. No estaría tan mal, ¿no?

- Claro que estaría mal - concluí -. ¿Cuándo te marchas?

- En ocho días.

- Ocho días... - repetí yo -. Vale. Da igual. Me las apañaré yo solita... Dos meses se pasan enseguida.

- Bueno, en realidad sería un año entero - se apresuró a decir mi madre. Asentí pensativa.

Llamaron a la puerta. Caminé hacia la entrada. Agarré el picaporte y lo giré.

Subimos a mi habitación. Tess dejó en el suelo la mochila.

- Mi madre se va a Francia y yo... Tendré niñero - Tess me miró -. El hijo de una amiga de mi madre.

- ¿Cuántos años tiene? - preguntó ella.

- Un año más que nosotras - Tess enarcó una ceja.

- ¿Y está bueno? - Sonreí.

- Sus padres son horcos - ambas reímos.

* * *

- Tu madre me ha dicho que vendrá un chico a cuidarte  - dijo el médico con tranquilidad.

- Sí - me encogí de hombros.

- Escucha, Natalie, tenemos que hablar sobre el ataque.

- No - dije levantándome de mi cama.

Era un tema que quería evitar. No me gustaba hablar de ello. Recordar ese día hacía que me faltara la respiración. Me mareaba, en serio, cuando hablábamos de ello.


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⏰ Última actualización: Aug 30, 2015 ⏰

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