El primer día un horror, y el segundo, mucho peor

84 12 2
                                    

◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘MI RIVAL ES GAY◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘◘

Contuve la respiración. Porque tenía miedo.

Estaba nerviosa. Pensaba que en cualquier momento las chicas de mi secundario me reconocerían.

Me quite los lentes y los remplace por lentes de contacto. Me corte el cabello hasta los hombros y me lo pinte de un rojo borgoña. Me maquille el rostro, una ligera capa de sombras rosadas en mis parpados y a mis pestañas las bañe en rimen negro intenso, puse un poco de rubor en mis mejillas e ilumine mis labios con brillo labial.

Estaba completamente lista para mi primer día en el instituto Harvad. Parada frente a la grande entrada, esperando a mi mejor amiga, Ashley. Esta mañana me desperto con una de sus llamadas, diciéndome que la esperara, que no quería entrar sola en su primer día. Pero ya llevaba esperándola media hora y ella ya se había retrasado. Para variar, en nuestro primer día de clases.

Anteriormente, hace 4 meses, yo era la burla en mi secundario, y era demasiado timida para callar a mis compañeros cuando se burlaban de mi. Me conocían como la nerd del cabello de bruja. Exacto, en ese tiempo yo tenía un cabello terriblemente esponjado, ahora, gracias a mi vecina que es estilista, mi cabello quedo completamente hermoso y sedoso.

Soy diferente. Eh cambiado. Aquella Emma fea, ha desaparecido. Hoy surgía una nueva oportunidad para mi, para brillar como una estrella fugaz.

Me movía a los lugares donde no pudiera ser empujada por los otros estudiantes, ya que entraban como antílopes por la entrada, arrasando con todo a su paso. Me removí y acomode el cabello, hasta que una fuerte ráfaga de viento lo alboroto. Respiro y me pregunto cuánto más iba a tardar Ashley para llegar. Reviso el reloj que abraza mi muñeca izquierda. Prácticamente, faltan cinco minutos para que el timbre llegara.

—¡Emma! — Me volteo hacia la voz femenina. Era Ashley corriendo y cruzando con sus converse sucios la calle para llegar hasta mi. Parecía muy agitada y su rostro estaba enrojecido. —Pot , ese perro carnívoro me correteo e hizo que pasara sobre un campo de piedras, una de las llantas se desinflo y tuve que correr—Anticipo su explicación.

—¿El chihuahua esquelético?

—Si—Inhalo y exhalo.

—¡Pues llegas muy tarde! — Mostré el reloj, cuando ella abrió su boca, no la deje hablar. Tome su brazo y ambas salimos corriendo. No quería llegar tarde a mi clase, no el primer día.

Cuando entramos al edificio después de pasar un gran campo verde, se implantaron frente a nosotras un largo pasillo solitario, lleno de casilleros a los costados. Con compartirnos una mirada, ambas asentimos y buscamos juntas el salón doscientos trece. Era el salón que nos había tocado. Otros dos pasillos se presentaron, uno a la izquierda y otra a la derecha. Tomamos el de la derecha ya que estaba más cerca, y encontramos muchas puertas.

Revisamos los enumerados colgados por encima de cada una de ellas.

—Em, debe ser el pasillo izquierdo, aquí solo hay cifras menores que doscientos diez— Informa Ash, y tenía razón, eran cifras menores a dicha numeración.

—Entonces corramos al otro pasillo. Pero ya. — No paso mucho, cuando al salir del pasillo izquierdo, mi cuerpo choco contra un cuerpo angosto y áspero.

—¡Emma!

La libreta, plumas y demás cachivaches habían salido todos del fondo de mi mochila cuando la solté y se desparramaron detrás de mí. Pero yo no impacte contra el suelo. Una fuerte y áspera mano rodea mi cintura mientras que la otra fuertemente sostiene mi muñeca.

Mi rival es gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora