Transcurrían los días y Hannah asumió que hacía muy bien su trabajo y a pesar de todo lo que hacía por hacerlo rendir, no lo conseguía. Le resultaba gracioso sacarlo de sus casillas y sobretodo pedirle que hiciera cosas que no le estaban permitido a un guardaespaldas hacer.
Uno de esos días fueron invitadas ella y su madre a una fiesta. Era divertida y estaba llena de gente. Después de la comida y la charla, algunos se pusieron en la pista para bailar, ella no se movió de su asiento y les observaba sin ganas. Miró de reojo a Héctor quien estaba depie junto a la puerta, de pronto se le acercó un joven elegante y guapo; por la presentación era el hijo del señor que organizaba la fiesta, le estaba pidiendo que bailara con él pero ella no tenía ganas de bailar y mucho menos con él. Nunca había bailado con nadie que no fuera su padre y no pensaba hacerlo con él, no le parecía agradable después de haberse enterado de que era un mujeriego.
-Lo siento, pero no puedo-le contestó.
-¿Pero por qué?-dijo con una sonrisa seductora-estás muy sola.-Pues.. Te equivocas, estoy con alguien.
Sergio que era el nombre del chico, miró al rededor para ver a quién se refería.
-¿Quién será? -Preguntó arqueado una ceja y mirando al rededor-no veo a nadie a tu lado.
Ella sabía que él tenía razón pero no se rindió. Miró hacia atrás donde se encontraba Héctor observando de un lado a otro como todo un guardaespaldas sin percatarse de lo que hablaba ella con el otro tipo.
-Qué lástima-dijo poniéndose en pie-porque yo sí.
Se acercó a Héctor y sin pensárselo dos veces le tomó de la mano y le acercó a la multitud mientras este tenía la mirada interrogativa sin entender nada.
-¿Qué sucede?
-Baila conmigo-dijo al tiempo que rodeaba sus brazos por su cuello y seguía el ritmo de la suave música.
Héctor vio a Sergio y creyó entender lo que sucedía.
-¿Haría falta recordarla que soy su guardaespaldas y no su objeto de celos?-dijo casi en un susurro mirando al otro lado por si los veía su madre quien por suerte estaba alegremente charlando con el patrocinador de dicha fiesta.
-Pero qué dices. No eres mi objeto de celos solo que no quiero bailar ni estar con él. Nada más simple que eso.
-¡Vaya! Eso dice mucho.
-No te creas, el caso es que no quiero nada con él y nada más.
-Y entonces dice: prefiero bailar con el guardaespaldas al que le hago la vida imposible cuando puedo-y fijó la mirada en ella.
-Tampoco es para tanto-dijo con una sonrisa caprichosa-, yo solo intento divertirme.
-¿A eso le llamas diversión?
-Al menos ya te lo advertí.
Se quedaron un rato mirándose sin pronunciar palabra. Héctor estaba enojado con ella pero tenerla así en sus brazos le hacía olvidarse de todo, tenía ganas de besarla para luego arrepentirse pero sabía que hacerlo seria meterse en la boca del león y no iba a arriesgarse a eso ahora.
Salieron de sus pensamientos al darse cuenta de que hacía rato que se había acabado la música. Héctor la soltó y volvió a ejercer de guardaespaldas. Cuando se hubo alejado, Hannah se quedó quieta intentando comprender en qué estaba pensando cuando provocaba todo eso pero es que tenerlo cerca le hacía cometer cosas sin darse cuenta, era un peligro para ella y con más razón tenía que deshacerse de él. Miró en dirección de su madre y supo que no se había dado cuenta de nada.
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Querido Guardaespaldas (Completa en Buenovela)
RomanceHannah se muda a vivir con su madre a Londres donde conoce a Héctor su nuevo guardaespaldas a quien hace la vida imposible con la intencion de que dimita y la dejen vivir su vida a su antojo pero una vez que lo consigue se da cuenta de que no puede...