Salí de la ducha algo nerviosa. ¡Joder! Mi primer día de trabajo. Miré a mi cama, donde se encontraba mi uniforme que me dieron ayer.Fui hasta la oficina de la Sra. Styles, pensé que ella me entrevistaría, o algo así. En cambio, fue su asistene personal la que me preguntó y calificó. Me llamó dos horas después, tenía el puesto.
Me pongo el uniforme que consta de un vestido azul pálido que me llega a las rodillas, con holanes en las mangas cortas y en el dobladillo del vestido, un mandil que me cuelga de la cintura hasta donde termina el vestido color negro bordeado de un holán blanco. Y unos zapatos de charol negros. Me hago un moño con el pelo y salgo corriendo hacia la cocina.
-¡Es tarde! ¡Es tarde! -le dije a mi mama que me preparaba un sándwich. Me lo dio y le di un mordisco -las veo al rato, las quiero. -les di un beso a mi mamá y a mis hermanas, y antes de que hablasen salí corriendo. Tomé mi bici y pedaleé, faltaban veinte minutos para las ocho, sí llegaría.
Cuando llegué, me asombré por la casa, ya la había visto, pero nunca había entrado y ahora lo haría. Toco el timbre que hay en el gran muro que abarca alrededor la casa.
-¿Quién es? -sonó una voz varonil en un aparato donde hay botones.
Apreté uno rojo y hablé.
-Soy April Ross, la nueva empleada. -no contestaron. Me sobresaltó que la puerta se abriera por sí sola. Entré a traspiés, nerviosa. El jardín era más grande que mi casa, que muchas casas. Era cómo el parque que hay por mi casa, sólo que mucho más grande. Muchas personas regando las flores y cortando arbustos, había un gran garaje con varios autos de colores que eran lavados y limpiados por varias personas, el camino era empedrado y llegaba hasta la gran puerta de la gran casa amarillo canario. La casa tenía muchas ventanas. ¡Santo Dios!
La puerta se abre y me recibe una señora de pelo blanco y algo bajita, con el mismo uniforme que el mío.
-¿Tú eres April? Pasa, cariño, pasa. -entré y pude apreciar la casa. Parecía de película. Y me asombro más, ese salón era sólo la sala principal. ¿También había más salas? ¡Dios mío!
-Bueno, April ¿Sí te llamas así, no? -asentí- Bueno, te encargarás del desayuno hoy. ¿Sabes cocinar? -volví a asentir- ¿No hablas?
-sí, yo... lo...lo siento, estoy impresionada. -dije mirando la casa y ella sonrió.
-Lo sé, yo también estaba así cómo tú el primer día. -rió- Ven, vayamos a la cocina.
La cocina era espaciosa, con miles de almacenes con comida y verduras. Con miles de tipos de cuchillos, cucharas y útiles de cocina.
Wow.
-A la niña Gemma le gusta cereal nesquik con leche y al joven Harry le gustan diferentes cosas cada día, tendrás que preguntarle, es algo... estricto. -hizo una mueca.
-No se preocupe, haré todo. Cereal nesquik con leche y otra cosa que le guste al muchacho. -respondí entusiasmada, esto no era difícil. Es lo mismo que hago con mi familia, preparar el desayuno, limpiar la casa, regar las plantas. El trabajo perfecto.
Para cuando bajaron los dos chicos, yo ya tenía el desayuno listo.
-¡Cereal! -chilló la niña. Gemma, creo. Era pequeña y de pelo ondulado y castaño, ojos miel y una piel cenicienta. Con una gran sonrisa. Ella se paró en seco cuando me vio.
-¿Y la señora Roberts? -dijo angustiada. Supuse que era la señora que me recibió. No me había dicho su nombre.
-Hola, pequeña. Soy April, la nueva empleada. Un gusto en conocerte -le sonreí y ella sonrió.
-Hola, April. ¿Cómo sabes que amo el cereal? -preguntó mientras se sentaba.
-Me lo ha dicho un pajarillo. -le respondí y ella rió.
-Gloria, quiero estofado de cordero, un poco de paté de papa y una bebida ital...-me vio un nano segundo y frunció el ceño- ¿Qué hace ella aquí?
-Harry, es la nueva empleada. April. Sabe que amo los cereales. -dijo Sophie tiernamente y a mí se me helo la sangre. Era muy frío y duro. Dios, tenía razón la señora Roberts al decir que tuviera cuidado con él.
-Bueno, me vale una mierda... hazme lo que acabo de decir. Quiero el paté bien hecho, sin un grumo. O te largas de mi casa ¿entendido? -asentí nerviosa y comencé a preparar.
-No tienes que ser así con ella. Es sólo nueva. -susurró Gemma a su hermano.
-Yo trato como quiera a la servidumbre, Gemma. Cierra la boca. -le espetó y miró su celular.
Terminé de cocinar y se lo entregué a Harry, pero justo cuando le iba a entregar la bebida italiana se me resbaló de las manos y le calló en el regazo.
-¡Eres una... estúpida! -exclamó el furioso. Se levantó estrepitosamente mirándome con los ojos inyectados de furia.
Dios, eres una estúpida, April. Estúpida, estúpida, estúpida.
-Lo siento, joven Harry, yo... No, yo...-supliqué limpiándole el regazo pero el me empujó por los hombros.
-No me toques, estúpida insolente.
-yo... le preparé otra, enseguida... -me interrumpió.
-No, ya no quiero nada. Me largo. -farfulló y subió los peldaños de nuevo. Oh, Dios...perdería el trabajo.
Las lágrimas querían atacar mi rostro, pero no dejé que salieran, no. Soy débil débil, mierda. La chica me dio las gracias en casi un susurro y salió de ahí apurada.
Soy una tonta.
Estaba sentada en el comedor, aburrida. Saqué de mi bolso mi boceto de dibujos y puse una hoja en blanca, necesitaba dibujar para desestresarme de lo que había pasado en la mañana. Comencé a dibujar, pero me entretuve en mis pensamientos, aunque seguí dibujando.
El joven Harry era demasiado estrepitoso. Estricto. Irritable. Debí suponerlo, siempre ha tenido lo que ha querido. Y yo no le agrado. Pero... ¿por qué Gemma no es asi? Ella es muy risueña y encantadora, educada. Siempre educada. Además, Harry no se parecía en nada a Gemma. ¿Por qué se comporta así? Es algo raro...
Miré hacía mi boceto, y me sorprendí al ver que en la hoja yo estaba dibujando el rostro de Harry Styles.
•~•~•~•~•~•~•~MariiMellark de nuevo, gracias por permitirme adaptar tu historia😌 saludos💋
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Dangerous
FanfictionApril Ross era una chica estudiosa, amaba aprender cosas nuevas cada día. Pero sus padres no tenían el dinero suficiente para pagarle la universidad. No tenían mucho dinero y tenía dos hermanas más que tenían que cuidar. April No podía seguir estudi...