Soy un Omega.

Siendo bienvenido..

Alfas, Betas o en todo caso Omegas.

Cada persona se desarrolla de diferente manera, aunque no muchos se dan cuentas de esta pequeña gran diferencia.

Por ejemplo yo.

ㅡ Hey, ya bajate de la mesa Springer!.. Bien atención clase, todos reciban a su nuevo compañero, él es Levi Ackerman, espero le den una calurosa bienvenida ya que ha venido desde lejos gracias a su excelente promedio. ㅡ

Decía la profesora de literatura, pequeña y delgada con cabello rubio pero no porque lo fuera natural.

ㅡ Claro que lo haremos, y será muuuy calurosa~ ㅡ

Se escuchó una voz cínica al fondo del salón, ni siquiera me molesté en ver al tipo.

Así es, había llegado a mi nuevo colegio gracias a un intercambio entre Francia y Japón. La directora de mi ahora antigua escuela me seleccionó por mi dedicación hacia el estudio, ofreciéndome una beca del 100% para estudiar en el extranjero. Y es que no era como si pudiera darme el lujo de rechazarla, podría jurar que ese ha sido el día más feliz de mi vida, pues no disfrutaba en sí de muchas buenas cosas o noticias.

Apenas llegué al nuevo país aprovechándome de los dos meses de vacaciones, conseguí un empleo de medio tiempo, o bueno... en realidad varios para ver cuál resultaba más flexible. El primero como empacador en un centro comercial cerca del apartamento que mi amiga Hanji -Quien también venía de Francia conmigo- me ofreció para vivir, aunque más bien sus padres solo necesitaban alguien que lo cuidara y la cuidara a ella, y al ver la manera impecable en que lo dejé no dudaron en dejarme mudar.

Había crecido en un orfanato, y la educación básica solo la había podido mantener a base de becas y trabajos que surgían desde lavar platos en un buen restaurante, pasear perros, cuidar mocosos que aventaban la comida por la cocina, hasta pintar casas y limpiar estudios o gimnasios, pero realmente no me quejaba ya que gracias a eso había aprendido a sobrevivir y ser autosuficiente por mi cuenta, y ahora recibir los frutos de mi esfuerzo, realmente me hacían sentir dichoso.

Pero ahora... ¿en realidad este lugar era para mí?.. Sí, por supuesto que lo es.

ㅡ ¿Quisieras decir algo, Levi? ㅡ Preguntó la profesora provocando que mis pensamientos se desvanecieran.

ㅡ Solo... es un placer conocerlos...ㅡ Ni siquiera dije que quería llevarme bien con ellos, porque la verdad ni siquiera era mi intención. Así que solo mostré una reverencia que aprendí antes de llegar, aunque igual me sentí idiota ya que la mayoría eran extranjeros y seguro les valía mi fallida cortesía oriental.

Por último la mujer me indicó que tomara asiento, señalando un pupitre que se encontraba casi al fondo, y la verdad me pareció perfecto ya que así podía analizar el nuevo ambiente en el que acababa de integrarme.

Por primero noté a una chica castaña la cual parecía estar cubriéndose con la espalda de su compañero, para así sacar papas fritas de su bolso y comerlas como si fuera algo de contrabando.

Después un chico rubio algo extraño y afeminado junto a una chica de cabello azabache que por alguna razón no disimulaba la manera de mirarme tan fijamente.

Una rubia que parecía disfrutar de estar sola, sentada junto a otra que fácilmente pude deducir salía con la chica morena y castaña que se sentaba detrás de ella por todas esas caricias que le ofrecía a mitad de clases.

Y así saqué mis conclusiones sobre cada uno, excepto por el grupo de ruidosos que estaban detrás de mí. Suponía que por lo menos eran cinco voces diferentes, y por alguna extraña razón sentía que uno de ellos no había dejado de mirarme desde que llegué, y aunque por más que había tratado de voltear para verlo disimuladamente, no pude.