Sus labios y mis labios eran como piezas exactas de un rompe cabezas, nuestras lenguas se convertían en lazos irrompibles. No me importó si me consumías, si tus besos eran veneno, sólo sentía como si me dieras vida, por que eso me dabas vida, eras mi fruto prohibido, eras todo lo que yo había pedido, pero como un gran estupido he perdido lo que un día fue mío.