[Magia Negra] ©

Prólogo

Éste fue el día en el que todo sucedió:

Era un viernes por la tarde, todo iba bien, el día estaba tranquilo, faltaban horas para que se acabara mi semana y así saliera del instituto como se suele hacer de rutina y luego obtener dos simples días de mini vacaciones. Había ido a la biblioteca, sentada en el suelo cerca de los estantes con muchos libros, a la hora del receso, como solía hacer siempre. De repente sentí una picazón en la nariz, la arrugué y luego estornudé, debió ser polvo de los estantes llenos de libros, miré hacia arriba y fue entonces cuando me sucedió y empezó mi desgracia.
Ví como caía un libro de uno de los estantes y venía directamente hacia mí, golpeando y dejándome una parte de la frente roja, me quejé por el dolor pero no fue mucho, luego miré hacia abajo y ví aquel libro abierto, me fijé en sus páginas, estaban vacías y eran de color crema. Lo volteé y achiqué mis ojos, traté de ver bien lo que decía en la portada... "Magia Negra", me asusté por un momento y cerré el libro. Luego de unos minutos volví a abrirlo, esta vez tenía una letra escrita en cada página, y cada una estaba llena desde el principio de la hoja hasta el final, sin ningún espacio. La tinta era color plateado brillante. Quería saber qué decía pero el idioma en el que estaba no lo entendía. Tampoco sabía cuál era.

Decidí poner el libro donde estaba, y fingir que no se había caído.
Guardé mis cosas en mi mochila y salí de aquél lugar, me fuí directamente a casa en el metro.
Y cuando llegué, seguí leyendo mi novela en el sofá de mi pequeña sala, esta vez estaría más cómoda.
Iba a levantarme para ir a buscar algo de comer pero escuché un toque en la ventana ¿cómo tocarían mi ventana desde el tercer piso sin balcón? me asomé y el ruido volvió a sonar, me asusté más cuando me di cuenta que no había nada pero se veía como la ventana era tocada por algo y creaba ese sonido, me llamó la atención un papel rojo que estaba pegado al vidrio, el cual tenía una escritura en dorado como en las páginas de aquel libro extraño y decía Me conocerás mejor pronto, mi ataque de pánico comenzó e intenté respirar profundo. Los nervios estaban revoloteando por todo mi cuerpo, mi corazón lo sentía retumbar en todas parte, era una emoción terrible, cuando ves algo fuera de lo normal pero al enfrentarlo no hay posibilidad de que acabe bien. Ese miedo que se te cala en los huesos, te deja sin respiración y sin saber qué hacer. Lo peor es preguntarse ¿Cómo pasó? Alguien podría estar haciéndome una broma pero no tendría sentido, no tengo enemigos y siempre paso desapercibida. Tenía que volver a la biblioteca para buscar ese libro, mi único problema fue que cuando regresé ya no estaba.

Cuando todo empeoró, la única forma de arreglarlo era reiniciar. ¿Cómo reinicias si no eres una máquina?

Aquél libro formó parte de mi vida como una dieta, y me ayudó en algo que no estaba planeado.

...
Gracias a ese libro, él se convirtió en una persona importante en mi vida y también me di cuenta que él nunca debió serlo.