Capítulo 1: Expresso.

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Abrí mis ojos un poco, tratando de acostumbrar mi vista, sentía que había dormido años, mi cuerpo era pesado y mis ojos no querían abrirse del todo, di un gran bostezo al momento que me sentaba en la cama con pocas ganas. Suspiré resignado, y cuando mi vista pareció mejorar miré a mi alrededor inspeccionando la habitación en la que me encontraba, esta era algo pequeña, pero estaba muy ordenada y bien decorada. Fije mi vista en la persona a mi lado, era una chica de cabello verde y corto, estaba dormida por lo que no lograba verla bien, pero parecía linda, no creía poder recordarla correctamente.

Bostecé otra vez, restándole importancia y me levanté, sintiendo el frío recorrerme, le di otra mirada a la habitación, esta vez buscando mi ropa, cuando la encontré me la puse con algo de lentitud y torpeza, por culpa del sueño. Cuando ya estaba listo salí de la habitación y me dirigí al baño, el que encontré exitosamente, el departamento era pequeño, así que no tuve que buscar mucho, era la única otra puerta que había y que no era la salida.

Me miré en el espejo, mi pelo estaba algo desordenado, pero no era un desastre completo, abrí la llave dejando correr un poco el agua, para luego poner mis manos debajo del chorro, estaba fría por lo que una mueca de disgusto se formó en mi rostro, pero sin pensarlo mucho más moje mi cara logrando despertar un poco más, mi cabeza dolía y estaba seguro que mi aliento apestaba, vi el cepillo que creía era de la chica, bueno, ya habíamos tenido sexo, ¿qué mal podía hacer?

Con suerte no tuve que hacer mucho esfuerzo para salir, el lugar estaba desbloqueado, me retiré del complejo notando que afuera estaba frío y había algo de viento, que hacía el clima algo molesto para caminar. Chasquee la lengua, no sabía en dónde me encontraba, además mi celular estaba apagado, por lo que no tenía nada que me indicará la hora, aunque parecía que era muy temprano, ya que apenas y había un poco de luz.

Metí las manos en los bolsillos de mi abrigo tratando de buscar calor, agradecía haber salido abrigado de casa o en este momento estaría muriendo a causa del frío, aún no era capaz de ubicarme completamente, por suerte no tenía nada importante que hacer, así que llegar a casa ahora no era una emergencia, pero sí estaba cansado y con dolor de cabeza, quería llegar rápidamente para seguir durmiendo.

Pasó alrededor de una hora, cuando me resigné a seguir caminando hasta casa, al parecer no estaba nada cerca de ella, intenté mirar a mi alrededor otra vez, pero no encontraba nada que me ayudara a ubicarme.

Sin darme cuenta llegué a una pequeña plaza, estaba algo cansado, por lo que me dirigí a una banca que había ahí, iba a sentarme, pero algo en la calle de enfrente llamó mi atención, era un local, parecía ser un café. Sin pensarlo más me dirigí hasta allá, un café realmente no me haría mal, estaba muriendo de sueño, y ni decir de la resaca que tenía.

Entré, recibiendo el agradable calor que irradiaba y miré dándome cuenta de que solo había tres personas, todas sentadas en una mesa cerca de la ventana. No les preste más atención y me dirigí a la caja, ya que se veía vacío como para que hubiera gente atendiendo, debía ser bastante temprano. Al llegar una chica bajita de cabello castaño me atendió, era linda, seguramente si estuviera completamente centrado o en un mejor estado le hubiera coqueteado un poco, pero en este momento solo tenía ganas de tomar algo para que se me pasara la resaca, de hecho, mi cabeza ya comenzaba a doler demasiado otra vez, y el frío no ayudaba para nada.

Al terminar de pedir las cosas y pagarle, tuve que esperar alrededor de unos ocho minutos más hasta que la chica trajo todo, había comprado también algunos sándwiches, ya que moría de hambre. Tomé las cosas que me entregaba, despidiéndome y caminé hasta la salida. En ese momento venía entrando otra persona, hubiese chocado conmigo, si no fuera porque retrocedí a tiempo, era un chico pelirrojo, esté se veía algo apurado y venía jadeando, pensé que quizás había estado corriendo o haciendo ejercicios, ya que llevaba unas zapatillas deportivas, y Aomine tenía que reconocer que eran su modelo favorito.

—jefa, siento la demora tuve un pequeño problema—pasó a mi lado ignorándome totalmente, la chica solo dijo unas cuantas palabras, las cuales no escuché.

El hecho que me haya ignorado me molestó un poco, casi tira todas mis cosas, debía agradecer que fuera tan ágil, pero ni siquiera me dirigió una mirada. Iba a reclamarle cuando vi cómo este abría la puerta que se encontraba al lado de los baños y se encerró ahí, suponía que para cambiar su ropa.

Sentí una mirada sobre mí, miré a mi alrededor, encontrándome con la mirada de la chica castaña, está parecía algo confundida, bufé algo molesto y salí de ahí, tomando un sorbo de mi café, estaba bueno, pero había probado mejores. Seguí caminando, hasta que noté que estaba cerca de mi casa, que en verdad era un departamento, al parecer no estaba tan lejos, podría apostar a que si hubiese estado en mejor estado no me hubiese demorado más de una hora caminando, quise golpearme por no haberme dado cuenta antes.

Al llegar a la puerta del departamento, busqué las llaves, por un momento pensé que las había perdido, pero estas estaban en el bolsillo trasero de mis pantalones. Suspiré aliviado, tomándolas y abriendo la puerta, estaba demasiado cansado, el café no había ayudado mucho. Ingresé, notando que todo estaba desordenado, pero le resté importancia, cerrando la puerta con llave otra vez, para luego dirigirme a mi habitación, esta estaba igual o más desordenada que el resto de la casa.

—Mierda...—gruñí, no tenía ganas de ordenar mi cama ahora, pero esta se encontraba repleta de cosas sobre ella.

Me saqué la ropa, solo quedando con mi polera y mi ropa interior, tomé las cosas que estaban encima y las tiré al suelo, sin mucha delicadeza, levanté las frazadas, acostándome entre ellas. Suspiré, agradecía haber cambiado las sábanas antes de salir, así por lo menos cuando despertara tendría una cosa menos que hacer, también quizás volvería al café, después de todo quedaba cerca, y la chica castaña era linda, podría ir a coquetear con ella, di un bostezo y una lágrima se formó en mi ojo.

Cerré los ojos, cayendo dormido casi al instante.

The best coffee [AoKaga]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora