Capítulo 3: Long Black.

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Terminé de doblar la última ropa y colocarla en el armario, di un pequeño bostezo, para luego comenzar a caminar hacia la cocina, aún me sentía cansado, pero no podía pasar todas mis vacaciones durmiendo y saliendo de fiesta, citando las palabras de Satsuki, llegué a la cocina, la cual ahora estaba limpia y ordenada, eso era un logro, a pesar de que no lo ocupaba con frecuencia está siempre estaba sucia.

En verdad no sabía que comer, abrí el refrigerador, pero no había nada, miré la hora para ver si quizás podría salir a comprar algo, pero eran las casi las una de la madrugada. Bufé y me dirigí a mi habitación otra vez, esta noche no comería, entré fijando mi vista en mi cama limpia y ordenada. Sin mucho que hacer me tiré en la cama, tomando mi móvil que se encontraba tirado en la mesa de noche, abrí los mensajes, notando que habían más de Satsuki y algunos otros de compañeros de trabajo y chicas a las que no conocía, o no recordaba conocer. Respondí algunos, y luego me centré en terminar los niveles que me faltaban de un juego, así fue como sin darme cuenta me dormí...

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//—¿Entonces si vendrás? —preguntó la voz del otro lado de la línea. //

—Ya te dije que lo voy a pensar—dije molesto mientras chasqueaba la lengua.

//—Bien, bien, no te molestes, mándame un mensaje si te decides, adiós Aomine—fue lo único que escuché antes de que se cortará la llamada. //

Dejé el celular sobre la cama, estirando mi cuerpo y dando un gran bostezo, me levanté con pereza de la cama para dirigirme a la cocina por algo de comer, tendría que cocinar.

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El olor a cigarrillos, perfumes mezclados con sudor y alcohol inundaba el lugar, la música sonaba a un volumen mayor del que un ser humano podría soportar, claro que esto no molestaba a la gente, ya que todos se movían al ritmo de la música, haciendo suyas las vibraciones que se colaban en su cuerpo. El lugar era una completa locura, muchas luces de colores adornaban el lugar, acompañando así la danza de todos aquellos que esa noche deseaban pasarlo bien, y claro yo era uno de ellos.

Seguí mi camino a través de la gente, moviéndome, cantando y saltando con ellos, sentía el efecto del alcohol recorriendo mis venas y mi vista estaba algo desenfocada, escuchaba la música y los gritos de las personas taladrando mis oídos. Busqué con la mirada a mis amigos, pero sabiendo como eran seguramente estarían follando en algún lugar de este enorme edificio, que por cierto contaba con tres pisos, todos ellos con distintos estilos, por esa razón mucha gente se juntaba aquí.

Me dirigía a la barra por otro vaso, no importaba si mañana no recordaba nada, seguramente la noche carecería de algo interesante de todas maneras. Cuando logré atravesar a toda la gente, me apoyé en la barra, donde me atendió una mujer pelinegra con poca ropa y curvas exuberantes, pero no tenía demasiado pecho, no me llamó la atención en lo más mínimo, le pedí Vodka y ella se dio la vuelta para servirme.

Ya con el vaso en la mano, lo miré detenidamente, ese líquido transparente que fácilmente podría asemejarse al agua me llamaba a beberlo, reí no sabía cuánto había bebido hasta ahora, pero seguramente era demasiado, no tomaría el vodka de esta manera si no lo estuviera ya.

Sin pensarlo mucho me tomé todo el Vodka de un solo sorbo, sentí mi garganta arder lo que me hizo cerrar los ojos con fuerza por un momento, solté un quejido y dejé el vaso en la barra, miré a mi alrededor, apenas era capaz de ver bien, pero no le tomé mucha importancia. Me levanté o eso intenté, ya que estaba un poco mareado por el alcohol y mantener el equilibrio se me estaba haciendo difícil, más con en ambiente encerrado ahogándome, luego de unos intentos más logré pararme, claro sí de alguna manera estar apoyado en la barra cuenta cómo pararse. Vi cómo la gente seguía bailando y decidí que bailar otro poco no me haría mal, me serviría para estar en movimiento y no quedarme dormido ahí tirado en la barra, como pude caminé hasta la pista otra vez, ya me iba acostumbrando así que no se me hizo tan difícil llegar, al haber tanta gente era simplemente fácil mantenerte en pie.

Si ponía un poco de atención, podía notar que había gente en estados peores que el mío, podía notar también como muchos estaban bajo los efectos de lo que debe ser alguna droga. Estaba algo aburrido y como no había señal de mis amigos buscaría una pareja, no sería malo divertirme con alguien en este lugar, seguí paseando entre la gente, hasta que llegué al centro de la pista, el cual a diferencia de lo que pensaba estaba algo vacío. Vi como un par de chicas comenzaban a coquetear conmigo, yo solo les sonreí eran muy bellas, pero no era lo que estaba buscando para esta noche, comencé a bailar, era bueno bailando, por lo que no haría el ridículo, al menos eso esperaba.

Llevaba un buen rato bailando, sentía el sudor recorrer por mi cuerpo y el efecto del alcohol se había ido un poco, a diferencia de antes el centro de la pista se encontraba repleto, pero aún seguía bailando solo. Dejé de moverme, estaba algo cansado, y necesitaba ir al baño, otra vez comencé a caminar a través de la gente, solo que esta vez sin bailar, me sentía muy cansado. Cuando por fin salí del tumulto de personas sudadas con olor a sexo y alcohol, llegué a una especie de pasillo, donde suponía que estaban los baños, no me equivocaba, entré notando que este estaba casi vacío. Me miré en el espejo, estaba rojo y algunos cabellos se pegaban a mi frente por culpa de sudor, di la llave, al instante el agua comenzó a salir y puse mis manos debajo, esta estaba helada, pero eso era justo lo que necesitaba.

Metí la cabeza bajo el chorro consiguiendo refrescarme un poco, luego cerré la llave, y pasé la mano por mi cabello intentando peinarlo un poco. En ese mismo momento algunas risas se escucharon, miré a través del espejo. Fijándome en que eran dos chicos que parecían estar en condiciones como la suya, seguramente irían a follar, no le tome más importancia y seguí tratando de acomodar mi cabello, el cual noté que ya tenía que cortar, estaba mucho más largo de lo que lo acostumbraba a tener, cuando terminé salí del baño, aún estaba algo cansado, por lo que me dirigí a la barra directamente.

Cuando llegué me atendió una chica de cabello verde algo corto, tenía un buen par de pechos, quizás le podría coquetear un poco, al instante se dio vuelta, dejando el vaso frente a mí, iba a darle una sonrisa coqueta, pero se fue rápidamente para atender a otro chico. Chasqueé la lengua, y comencé a tomar esta vez más calmado, aún debía encontrar a Satsuki.

Unos minutos después sentí como alguien chocó contra mí, casi tirándome del taburete en el que estaba sentado, me di la vuelta con el ceño fruncido listo para enfrentar a quien me chocó, notando a un chico pelinegro quien parecía estar algo ebrio, relajé un poco mi expresión, tampoco tenía ganas de comenzar una pelea o algo parecido, iba a dar la vuelta e ignorar lo que pasó, pero una voz me llamó la atención.

—Lo siento, está algo ebrio...—dirigí mi mirada, notando a un chico que me sonreía en forma de disculpa.

En mi rostro se formó una expresión de sorpresa, era el pelirrojo de la cafetería...  

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⏰ Última actualización: Apr 21, 2020 ⏰

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