Capitulo 1

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Odio este maldito lugar. Lo odio con todas mis fuerzas.

Después de que Astrid me amenazara con internarme accedí a ir por las "buenas"
Me levante de mi asiento y camine a la salida con Astrid por delante y mi madre y los enfermeros detrás de mi. Salimos del consultorio y bajamos las escaleras.
Mi madre trato de acercarse a mi pero evite que me tocará tan siquiera un cabello, estaba tan molesta que quería gritarle de lo peor.
Empezamos a salir por un pasillo largo, hasta el modulo donde te registras y pagas la consulta, cuando por el rabillo del ojo vi la salida. No lo pensé tanto y empuje a Astrid para salir disparada a toda velocidad hacia la salida.
Detrás de mi, mi madre y los enfermeros corrían, tratando de alcanzarme. Mi madre gritaba "¡Vannia, detente, ya basta!" Pero la ignore por completo. Esa traidora.

Llegue a la salida, pero había olvidado los policías que siempre estaban cuidando la salida.
Ellos se voltearon, exaltados por los gritos de mi madre, corrí más rápido, tratando de evitarlos, pero un policía me atrapo por la cadera. Patalee y grite que me soltaran, pero la otra policía me tomo de las piernas deteniéndome y entre ambos me cargaron mientras me retorcía gritando que me dejarán en paz. No les importo.

Me llevaron al módulo y me hicieron entrar a la fuerza. Me llevaron contra mi voluntad a un consultorio, donde una enfermera ayudo a la policía a desnudarme y quitarme todos los objetos que tuviera. Me colocaron una pijama color vino y me sentaron en una silla de ruedas, atandome para que no huyera.
Recorrimos un largo pasillo, dónde la gente en el lugar no dejaba de verme asombrada y apenada; como si necesitara su lastima. Pasamos por más pasillos hasta llegar a una puerta doble de color blanca.
Me hicieron despedirme de mi madre más a la fuerza que de ganas y me metieron al salón.

Esta es de color blanco con carmín. Sin nada de vida en las paredes. Me desataron y me quitaron de la silla de ruedas para que fueran a dejar mis datos a las enfermeras que están en el pequeño módulo del centro de la habitación.

Y veinte minutos después sigo aquí, parada en el centro, mirando a mi alrededor, tratando de encontrar alguna salida.
Enfrente de mi esta la salida, pero flanqueada por dos policías. Detrás esta un mini modulo donde están los enfermeros y un poco más al fondo las camillas donde duermen las pacientes. Del lado derecho hay unos sillones gastados, una pantalla de plasma apagada y un futbolito, que al parecer nadie puede usar. Y del lado izquierdo el mini comedor.
Algunos dirían "no está tan mal" pero créanme, esta muy mal.
La comida te la dan fría y aveces tiene cabellos. Solo te dan 5 o menos tiempo para bañarte. Eso es lo único que sé por ahora, y eso porque escuche a otras pacientes hablar de eso.

No hay salida de aquí. Suspiro triste y fastidiada. Me siento en una silla junto al modulo, no quiero tener que convivir con estas locas dementes. Yo no tengo nada, yo no debería de estar aquí. ¡Maldita sea madre!

Mi visión periférica capta una sombra, pero ni quiero voltear. Ya se que es una chica del lugar que quiere hacerme conversación . ¡Por Dios! Es la quinta chica en estos veinte minutos.
Ella toma una silla y se sienta delante de mi.

—Hola— dice.—Soy Ingrid. ¿Como te llamas?

Me quedo callada, no quiero compañía, ni contestarle mal.

—Yo estoy aquí por intento de suicidio ¿y tu?

Silencio.

—¿Que pasa, no puedes hablar?— insiste.
—No te quiero hablar—gruño.— Eso es lo que pasa.
—¿Y por que no? Que no te de miedo, no soy lesbi como las demás chicas.

Alzo la cabeza sorprendida

—¿Lesbi?
—Si. Aquí algunas son Lesbi, Hetero y Bi.

Placer DeleitadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora