Capitulo 6

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Jonathan.

Llevo cuatro días sin saber de Vannia y creo que me he vuelto demasiado insoportable. La he buscado por todos lados y ni rastro de ella.
Mi madre se ha ido con Osmar a tomar unas vacaciones "de mi"  ya que los he fastidiado con mis preocupaciones y cambios de humor constantes a tal grado de alzar la voz; solo Ana permanece conmigo ya que ella es la única que me soporta cuando estoy así.
Y es que es inevitable, Vannia ha causado un revuelo en mi corazón incontrolable, me he enamorado locamente de ella, de su belleza, de su ser, de su alma; a tal grado que siento que se ha vuelto una obsesión totalmente justificada.


Cierro la computadora con un suspiro y miro el reloj por octava vez. Cinco cincuenta de la tarde. Por lo menos mis labores están por terminar, necesito respirar, necesito aire fresco.
Un sonido agudo y constante suena de repente. Con un nuevo suspiro levanto el auricular y contesto el teléfono de mi escritorio.

—Señor Firtz—dice Conny.— Una mujer quiere verlo, insiste en que es importante.


Mi corazón se acelera. ¿Será Vannia? ¿Ana, con nuevas noticias? Autorizo a Conny para que suba la "mujer" y cuelgo. Siento que el corazón se saldrá de mi pecho, me levanto y aliso mi traje, no sé por qué pero estoy ansioso, nervioso y emocionado al mismo tiempo. Joder, como deseo que sea Vannia.
Paso saliva justo cuando la puerta se abre y la veo entrar. Cabello negro, ojos grises, labios carmín, vestido vino corto y tacones color vino también... Marisol.

—Hola querido—dice cerrando la puerta detrás de ella.
—¿Qué haces aquí?—pregunto malhumorado.
—Vine a ver a mi marido, ¿qué hay de malo en eso?
—Que no soy tu marido.
—Oh, cariño, claro que lo eres.


Se acerca a mi despacio, moviendo sus caderas seductoramente. Ruedo los ojos, ya va a empezar. Se detiene a pocos centímetros de mi cuerpo y me mira a los ojos.


—No nos hemos divorciado, por lo tanto sigues siendo mi marido. Así que—susurra cerca de mis labios. — ¿por qué no gozamos de nuestro matrimonio?

En eso me toma de la cadera y me pega contra el escritorio, besándome con fuerza. Coloca sus manos en mi pantalón y lo desabrocha con rapidez, me baja el pantalón junto con los bóxers y se inclina. Me separo de ella volviendo a subirme el pantalón lleno de asco.


—¿Estas enferma o que te pasa? ¡Carajo Marisol!
—Ay vamos Jasiel, no me vengas con eso. ¿No quieres recordar viejos tiempos? Donde lo hacíamos en cualquier lugar, donde fuera, te encantaba que te chup...
—Lárgate de aquí— la interrumpo abrochándome el pantalón.

Carajo, debí ponerme cinturón. Ella se pone de pie y se cruza de brazos.


—Vamos, hemos pasado tanto tiempo separados que hace falta una reconciliación.
—Tú me dejaste, ¿lo olvidas? ¿Por qué crees que querría regresar contigo?
—Por que me amas, siempre me amaste. Dejaste a tu ultima novia por mi, me amas desde que íbamos a la secundaria, ¿y ahora resulta que ya no? Por favor...
—Eso cambio. Arruinaste las cosas cuando decidiste irte con un hombre drogadicto.
—Y rico— dice sonriendo. — Tu no podías darme la vida que quería y Katia solo empeoro las cosas.

La miro furioso, si fuera hombre le arrancaria la cabeza por lo que acaba de decir. Ella solo se encoge de hombros.


—Te creía capaz de muchas cosas Marisol, pero jamás que dejaras a tu hija, que renegaras de ella, en serio estas loca.
—No estoy loca, soy una mujer que sabe lo que quiere, que busca de todas las maneras para conseguirlo. No pensé que fueras a darme lo que quería, pero creo que ahora te ha ido muy bien, como para darme la vida que me merezco.
—Jamás regresaría contigo, ni por Katia lo haría, ella se merece algo mejor

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⏰ Última actualización: May 11 ⏰

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