Una Semana

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No puedo creer que solo falta una semana para empezar, solo 3 años más y terminó la escuela empiezo la universidad y me alejo lo más posible de mi putrefacto padrastro y mi cobarde madre, lo único que lamento es alejarme de Jack el solo tiene 6 años y eh tratado de alejarlo de esos pasos que yo eh recorrido en mi vida y no quiero que el recorra. Él es lo más importante en mi vida, él y la esperanza de volver a ver a mi hermano Henry y poder ver por primera vez en mi vida a mi padre, poder preguntarle porque nos abandonó? Porque no me quiere y gritarles muchas más verdades que tengo dentro de mí.

Una semana, solo eso para empezar una nueva vida en un liceo diferente, una casa y un barrio. De vivir en los Ángeles mi madre quiso venirse a vivir acá en Brooklyn, bueno no es que quisiera sino que no tuvo más remedio por los problemas que causo Lisandro. Lisandro que nombre más feo tuvo que tener mi padrastro, según mi mamá le tenía que decir Papá ya que él era quien trabajaba para "darnos de comer y ponernos un techo sobre la cabeza", pero bien sabemos que la plata que él tiene- que es mucha- no es por un trabajo honrado, sino es que la plata la consigue vendiendo drogas. De ahí las consigo yo, de ahí consigo las drogas que empecé a consumir desde los 11 años, sé que no está bien- bueno a mí no me molesta consumirlas- pero un día encontré el lugar donde Lisandro las esconde y agarre un poco para probar - ya que nunca había probado- sentí como me iba para otro mundo y me alejaba de este infierno que ni si quiere se puede llamar vida. Vida linda palabra que nunca conocí ya que desde que soy chica mi madre y padrastro me tratan mal, mi hermano mayor desapareció un día sin decir nada - ya que no aguantaba más a mi padrastro y sus maltratos- y me dejo sola en esta casa de terror, a mi padre nunca lo conocí y para peor tomar las decisiones - como juntarme con la pandilla que ahora llamo amigos- como drogarme y cortarme, con las drogas sentía que mi mundo cambia que me sacaban de este infierno y cuando eso no servía - que muchas veces no me sirve- empezaba a cortarme, sentía alivio al ponerme la cuchilla en alguna parte de mi brazo o piernas y apretarla para después sentir un dolor que me hacía sentir como la sangre corría por la parte que me corte, sentir ese sentimiento de-aunque sea raro- alivio.

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En multimedia la nueva casa de los Fissher y Cooper

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