La Cura

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Se levanto perezosamente de su cama para comenzar otro día de trabajo.

Aun el sueño le invadía, pero había cosas por hacer y no podía darse el lujo de continuar durmiendo.

Mientras Lay se colocaba sus zapatillas color azul, observó la cama frente a él. Habían pasado cuatro días desde la discusión con Tao, y aún así no paraba de sorprenderse o de sonreír, cuando veía a Sehun dormitando tranquilamente en ese cuarto.

-Sehun...- susurró para despertarlo, pero al acercarse notó que tenía puestos sus auriculares color blanco -Otra vez olvidaste quitártelos- caminando unos cuantos pasos hasta su cama se sentó en ella y removió lentamente ese aparato de sus orejas -Te dije que no durmieras con esto puesto, vamos despierta-

-Hmm...Hyung...déjame dormir- murmuró el menor, cubriendo su rostro con la almohada y emitiendo leves quejidos.

-Lo siento pero no puedo dejar que lo hagas, si despiertas pasearemos por donde tú quieras...- esperó su respuesta y sin poder contener su expresiones de "enamorado despistado", posó su cabeza en el hombro del quien aun yacía recostado, y éste con un tono perezoso en su voz aceptó.

Lay se reincorporó rápidamente de la cama para salir del cuarto, pero antes de eso fue detenido.

-Levántame Hyung...tengo mucho sueño...- pidió el menor, mientras extendía su mano hacia él, sin abrir los ojos.

-Está bien...- suspiró, tomando su mano y tirando de él para que se sentara en la cama -Ahora vístete, estaré en la sala- fue lo último que le dijo al Maknae antes de salir del cuarto esbozando la sonrisa más grande que sus labios pudieron formar.

Pero cualquier pensamiento o sensación perfecta fueron bloqueadas cuando un brazo lo sujetó y arrastro hasta una de las habitaciones cercanas.

-Por favor necesito que me ayudes...-

***

Luego de horas y horas de constante entrenamiento en la sala de ensayos, los dos compañeros descansaban sobre el oscuro sofá de cuero, empapados en brillante sudor.

Hacía tiempo que Lay no compartía este tipo de momentos con Sehun, ya que este siempre se encontraba con su novio o con sus amigos.

Pero ahora, el menor era suyo a cada momento.

Para cualquier persona enamorada eso era una bendición, pero el unicornio tenía muy en claro que no debía evitar la realidad. "El ama a Tao", repetía para sí mismo cada vez que el Maknae le abrazaba, llamaba y sonreía.

-¿Puedes darme un poco de agua?- pidió Sehun, sacando al mayor de sus pensamientos y haciendo que este le dé su botella -No creo que haya salido bien la ultima parte...no estoy haciéndolo bien-

-Todo salió bien, estos días has estado trabajando muy duro y...- antes de continuar con sus palabras el celular del menor comenzó a sonar de repente, pero este lo removió de su bolsillo apagándolo al instante -Sehun...-

-No- determinó, sabiendo que Lay le sugeriría contestar y hablar con él.

-Te ha estado llamando cada noche, de seguro está preocupado-

-Solo quiere seguir inventando excusas para que volvamos a estar juntos, pero eso no va a pasar- levantándose del sofá, caminó hasta su mochila tomándola entre sus dedos y se dirigió a la puerta -¿Vamos Hyung?...quiero salir a pasear...- pidió, haciendo que Lay asintiera con resignación y lo siguiera hasta la salida.

"¿Así será siempre? ¿Seré solo un escape de la realidad y las obligaciones?" pensó el unicornio, mientras ambos caminaban en silencio por las calles de Seúl.

Healing Love (HunLay/Sexing)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora