Los días siguientes Fran y yo habíamos empezado a hablar de forma bastante continua. Para mí era un gran chico al que le podías contar cualquier cosa y él te escuchaba. Era tan diferente a Jonathan.
Os preguntaréis que ha sido de Jonathan, pues no hay gran cosa que contar, ya que el simplemente se dedicaba a irse de fiesta, a fumar y a saber qué más. Nuestras conversaciones se basaban en preguntarnos qué vamos hacer ese día y que tal me iba a mí el instituto.
Nuestra relación si así se podía llamar, empeoraba cada día ya que él solo me estaba demostrando ser una persona totalmente diferente a la que yo conocí. Casi todos los días por no decir todos, yo le preguntaba sobre cuando tenía pensado venir a Barcelona. El siempre me respondía lo mismo "No se lo he preguntado todavía a mis tíos", eso sí con sus habituales faltas de ortografía.
Lo que yo pensaba es que esa repuesta durante los primeros días está bien y podría ser verdad, pero cuando llevas casi un mes, no se lo cree ni su madre. Así que opté por darle un ultimátum, si no yo le dejaba y hasta luego.
Cada vez me preguntaba más sobre qué cosa me había llevado a salir con ese tío ya que al no le importaba otra cosa que irse de fiesta. Estaba cansada ya de ello.
Como era de esperar, nada cambió. E incluso diría yo que empeoro, un día a Jonathan me dijo que se iba a ir de fiesta pero que se quedaba a dormir en casa de una "amiga". Os podéis imaginar mi cara. Eso fue ya la guinda del pastel y decidí dejarle.
Sinceramente no me dio pena ninguna, tal vez porque lo que sentía por él se había esfumado hacía ya mucho tiempo. Lo más gracioso fue que el no entendía el porqué le he dejado, según estábamos genial bla ba.
Resumiendo, lo dejamos y creo que fue lo mejor que hice. Lo que no sabía era que los días posteriores él iba a volver a darme el coñazo diciéndome lo mucho que me quiere todos esos rollos.
No quiero parecer una insensible, todo lo contrario. Yo he querido mucho a Jonathan pero él no ha demostrado nada de eso de lo que ahora me dice, y encima le dije que viniera a Barcelona para así poder salvar lo nuestro. Yo me acordaba perfectamente de lo que me dijo hace un mes "Nos vamos a ver mucho, yo voy mucho a Barcelona".
Pasados unos días cesaron los mensaje de "vuelve conmigo", se dio cuenta de que pasaba de él. Puse fin al capítulo Jonathan.
Era muy obvio que algo así no podía llamarse relación pero yo, ingenua, lo consideré así. Ahora estaba agusto, sola y centrándome en mis estudios, en mis cosas.
Mi integración en el nuevo instituto iba viento en popa, y eso me gustaba. Había hecho muchos amigos y la verdad, me había gustado haberme ido del otro instituto, aunque echara de menos a mis otras amigas, pero el cambio me vino bien.
Haber ido a este instituto me había hecho ver a gente totalmente diferente a la que estaba acostumbrada a ver el en el Sta. Eulalia. La gente era totalmente diferente y aprendí a enfrentarme a otros problemas que jamás se habían planteado en mi vida. Madure rápidamente.
Ya pasado un tiempo y sobre todo pasados los exámenes de la primera evaluación, el cambio que dí ya se podía notar, mi integración en el Carmen Laforet había tenido que ver bastante. Lo que más me gustaba de mis días en ese instituto eran mis clases de educación física, informática, y sobre todo, los recreos en los que yo me dirigía a la verja, la famosa verja roja, oxidada, en la que mis compañeros se acercaban a verme y pasar conmigo esos 15min que nos dejaban de libertad y descanso.
Se podría decir que había entrado en una etapa de mi vida en la que era feliz.
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Mi Realidad
General FictionBienvenidos a mi historia, a mi vida. Amistad, amor, problemas.. Nada que nadie no haya experimentado y, sin embargo, es mi historia. Tan única como yo.