[EXO/Oneshot] You're the best

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You're the best




El chapoteo del agua se dejaba escuchar cuando ruidos de pisadas se escuchaban en las silenciosas calles, risas de acompañamientos y jadeos de cansancio. La torrencial lluvia que caía sobre Baekhyun y Chanyeol había sido inesperado para estos, quién habían comenzado a correr para poder evitar mojarse, cosa que no resultaba tan bien como lo había pensado el gigante.

—Ya no puedo más —jadeó —. Sólo–sólo detengámonos.

—Baek —llamó —, vas a enfermar. Ya falta poco, vamos —pidió.

Más sin embargo, el castaño negó, jadeando por la falta de aire.

—Estoy muy cansado, Yeol —le dijo a su amigo —. No puedo seguir corriendo más, además, ¿qué importa si enfermo? Sólo será un resfriado.

El gigante bufó por la poca importancia que su mejor amigo le daba a su salud. Chanyeol puede recordar claramente, todos los días, como Baekhyun cayó enfermó por pulmonía hace dos años y él, por nada del mundo, quería que su princesa volviese a pasar por lo mismo otra vez.

—Baek —refutó —, en serio vas a enfermar.

El mencionado rodó los ojos, cansado del aburrido de su mejor amigo, aunque sabía que la latiente preocupación de su mejor amigo era sincera, como los sentimientos que él guardaba por el gigante.

—No va a pasarme nada —le aseguró el más bajito a Chanyeol, tomándolo de la mano y dedicándole esas preciosas sonrisas —. No va a pasar nada, Yeol.

— ¿Por qué siempre termino cediendo? —cuestionó, mientras una sonrisa se extendía por sus labios.

—Porque me amas —respondió Baekhyun.

Chanyeol rió, apretando más la pequeña y suave mano de Baekhyun. Cuando llegaron a la casa de los Byun, ambos fueron recibidos por una riña de la señora Byun, toallas y chocolate calientito. No era la primera ni la última vez que los amigos se mojaban, pero la mayor parte del tiempo era porque Baekhyun pedía mojarse, cuando el gigante, de mil formas, trataba de evitar que el agua mojara el delicado cuerpo del pelinegro.

Seúl era bañado por la torrencial lluvia que no había dado descanso alguno desde que había comenzado, haciendo que Chanyeol y Baekhyun quedaran encerrados en la habitación de este último, cancelando automáticamente los planes que tenían para esa tarde que, según el canal del clima, sería soleado.

—Esto es una mierda —susurró Baekhyun.

—No digas palabrotas —regañó Chanyeol, dándole un golpecito en la nariz del pelinegro —. Sabes que no te escuchas bonito hablando así.

Baekhyun rodó los ojos.

—Y una mierda de bonito, Yeol —dijo enfurruñado —. Yo no soy bonito.

—No trates de engañarte a ti mismo —discutió el gigante —. Eres uno de los chicos flor de la escuela, Baek y, sinceramente, lo eres , princesa.

— ¡Yah! ¿Quieres morir, Park? —gritó —. Soy masculino.

Chanyeol soltó una carcajada, provocando así que el pequeño puño de Baekhyun fuera a parar al brazo del primero. El gigante continuó riéndose tan fuerte que casi era seguro que los vecinos podían oírlo.

—Muy masculino eh —soltó con sorna, Chanyeol.

— ¡Vete a la mierda! —gritó el más bajito.

Sin embargo, para sorpresa de este, unos labios ajenos se posaron en los suyos, besándolo con calma. Puede que no haya reaccionado tan rápido como hubiese deseado, pero regresó el beso de igual manera, haciendo una danza perfecta entre ambas bocas.

Las manos de Chanyeol fueron a parar en la cintura del más bajito, mientras que este último llevó sus manos a las hebras de cabello oscuro del gigante, haciendo que su cuerpo se juntara más con el de su mejor amigo, profundizando más el beso, llevándolo al borde la locura y pasión.

—No me gusta cuando dices malas palabrotas, Baek —susurró Chanyeol sobre los labios del primero.

— ¿Y eso por qué fue? —cuestionó aturdido el pelinegro, parpadeando —. ¿Por qué me besaste?

— ¿Por qué me respondiste entonces?

Baekhyun bufó.

—No me salgas por la tangente —dijo con fastidio.

Chanyeol rió, lleno de felicidad, era evidente, pero después de unos segundos miró a su mejor amigo, llevando una de sus manos a las delicadas y sonrojadas mejillas de Baekhyun.

—Me gustas, Baek —confesó —. Siempre me has gustado, desde muy pequeños.

El bajito miró a Chanyeol, lleno de confusión por unos segundos hasta que las palabras de este último se calaron muy dentro de sus sentidos.

— ¿Desde muy pequeños? —preguntó juguetonamente —. ¿Desde cuándo, Yeol?

—Desde muy pequeños, ya te lo dije —respondió entre risas el más alto —. ¿Vas a darme el sí? —cuestionó.

— ¿Cómo puedes estar seguro que a mí también me gustas? ¿Qué si digo no? —preguntó Baekhyun, sin dejar de mirar a Chanyeol.

—Estoy arriesgándolo todo por ti, Baek —susurró —. Sí me dices que no, continuaría a tu lado, porque eres el mejor Baek, eres el único.

Baekhyun sonrió tan ampliamente al escuchar las dulces palabras de su gigante, provocando que su corazón se estremeciera de la emoción que recorría cada parte de él.

—También me gustas, Yeol —dijo lentamente —, desde hace un par de años, pero no quería arruinar nuestra amistad por mis sentimientos.

Chanyeol negó.

—Nada podría arruinar nuestra amistad, Baek —arrulló Chanyeol —. Esto es especial.

Baekhyun sonrió, asintiendo a las palabras de Chanyeol y se acercó, dándole un pequeño pico a los labios del último.

—Sí, quiero estar contigo —aceptó —. Quiero ser, a parte de tu mejor amigo, tu novio, Yeol.

El más alto sonrió, juntando castamente sus labios contra los de Baekhyun antes de separarse.

—Tengo algo para ti —avisó Chanyeol.

Baekhyun, sin embargo, no dijo nada, sólo se dedicó a observar al gigante, quién registraba en su mochila, buscando algo entre sus libros de la escuela.

— ¿Qué es? —preguntó finalmente el pelinegro, mirando como Chanyeol se escondía algo en la espalda.

—Cierra tus ojos —pidió el gigante.

—No me fio de ti, gigante —soltó Baekhyun, pero en cuanto vio a su, ahora, novio rodar los ojos, aceptó. Sintió la mano de Chanyeol sujetando la suya, luego algo siendo deslizado por su dedo anular.

—Ábrelos —susurró Chanyeol.

Baekhyun abrió los ojos, mirando rápidamente su mano para encontrar un anillo en su dedo anular. Boqueó como si fuese un pez fuera del agua, sin que nada saliera de su boca. Estaba atónito y no entendía en lo más mínimo.

— ¿Estás tratando de amarrarme a ti? —preguntó después de salir de su sorpresa por el hermoso regalo del gigante.

—Puede —respondió Chanyeol, riéndose de la cara de fastidio de Baekhyun cuando escuchó su respuesta —. Esto es un anillo de pareja, Baek. Aquí —dijo, señalando su propio dedo —, este es el mío.

—Gracias, Yeol —sonrió el más bajito.

Lo que Baekhyun no sabía y nunca lo supo era que, desde que le fue entregado aquel anillo de dulce por un Chanyeol de cincos se había propuesto en casarse con él, y el Chanyeol de dieciocho años estaba dispuesto a cumplir esa promesa hasta que se volviese realidad.

You're the bestDonde viven las historias. Descúbrelo ahora